21 junio 2018

9 claves para ser “un buen jugador de equipo”

María Antonia Carmona Por María Antonia Carmona
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Actualmente el trabajo en equipo es una realidad. Tanto si trabajas dentro de una firma como si trabajas por cuenta propia, siempre tendrás que relacionarte con otros colegas o con otros profesionales (personal administrativo, personal de juzgados, procuradores, etc.). Aparte, evidentemente, de la relación con tus clientes.

Si eres un buen “jugador de equipo” tienes mucho ganado en tus relaciones profesionales. Seguro que tienes a alguien cerca, con una gran facilidad para conseguir sus objetivos a través de los demás y que consigue la mayoría de la veces que otras personas colaboren de buen grado con él/ella y atiendan y resuelvan sus peticiones, además de ser la persona con la que todos/as desean trabajar.

Pero, ¿qué implica saber trabajar en equipo? ¿Qué has de hacer para conseguir que tus relaciones con los demás sean fluidas, productivas y satisfactorias?

Presentamos a continuación 9 claves que te pueden ayudar a “ser un/a  buen/a jugador/a” de equipo:

  1. Piensa que formas parte de un sistema

Y como todo sistema “las acciones individuales influyen en el todo”. Es importante que analices cómo pueden influir tus acciones en el resto del equipo. Tu trabajo es una pieza clave del todo y cómo lo hagas influirá en el trabajo de los demás y en la eficiencia y eficacia del equipo.

  1. Muestra interés y predisposición para trabajar en equipo

¿Tienes una actitud positiva para colaborar con otra persona y ayudas cuando te lo piden? Además, ¿te interesas por mantener buenas relaciones con aquellas personas con las que interactúas?

  1. Ten un buen control de tus emociones

Si un día estás de mal humor por perder un cliente o porque las cosas no han salido como quieres. O si estas agobiado/a por el volumen de trabajo, ¿cómo crees que reaccionaras ante las peticiones de tus compañeros/as o cuán dispuesto estarás a participar en las actividades del equipo? O, ¿cómo pedirás las cosas al personal de soporte? ¿O cómo reaccionarás ante un cliente problemático? Ten en cuenta que las emociones se contagian y llegan a condicionar el clima del despacho. Una persona que sabe crear un buen ambiente de trabajo lo hace animando, motivando, evitando los conflictos en un gran valor para todo equipo.

  1. Focalízate en la solución de problemas

Cuando se plantee un problema es importante que pongas tu atención en: “cÓmo” (cómo lo podemos solucionar) antes de en el QUÉ (qué pasa, por qué pasa, de quién ha sido la culpa, quién lo ha hecho mal, etc.). La mayoría de personas prefieren trabajar al lado de alguien que busca soluciones a los problemas antes que al lado de alguien que, ante un problema, le da vueltas y vueltas, se pierde en quejas y en buscar culpables.

  1. Comunica, comunica, comunica

Las lecturas de mente no existen y nadie va a leer tu pensamiento y adivinar lo que estás pensando o lo que quieres o necesitas. Así que expresa de forma clara lo que quieres, necesitas. Pregunta a los demás si necesitan tu ayuda y pregunta cuando no sepas algo. El no preguntar cómo hacer algo muchas veces puede llevarte a emplear más tiempo del necesario en hacerlo o a hacerlo mal. Y, sobre todo, nunca des nada por “supuesto”: “yo creía”, “yo pensaba”, “esto es de sentido común”, etc… puede llevarte a encontrarte con sorpresas desagradables como que las cosas no están hechas para cuando las necesitas o estén mal hechas. Por ejemplo: hacer entender que los señalamientos son la base esencial para que no se pierdan casos por falta de comunicación en el equipo, es un buen ejemplo de la importancia de la comunicación entre todos los miembros del despacho.

  1. Pon el control tus propias acciones

¿Dónde pones el control de lo que pasa, en los demás o en tu propia actuación? Ante algo que ocurre: por ejemplo el personal de soporte  se olvidó de enviar una documentación importante. En este caso: ¿Dónde pones el foco? ¿En el otro, diciéndole: “Es tu trabajo, es tu responsabilidad, etc”? Y aunque tengas toda la razón, decir esto ¿va a solucionar el problema? Mejor poner el control de las situaciones en tus propias acciones: es decir “asegurarte días antes que la persona sabe lo que tiene que hacer y lo va a hacer”. 

  1. Ten en cuenta que hay distintas percepciones

El equipo es una suma de las singularidades de cada uno de sus miembros. Como dice la frase “`para gustos los colores” y cada uno tiende a ver la cosas de diferente manera en función de sus valores, intereses, motivaciones, etc. Por ejemplo, si tú consideras vital el orden de la documentación en el despacho, cada vez que no encuentres un expediente porque tus compañeros no le dan importancia a esta cuestión, en vez de enfadarte explícales la importancia de este tema y sus ventajas para la buena marcha del despacho o idea un sistema de archivo.

  1. Comparte conocimientos y habilidades

Para que los conocimientos y las habilidades de todos/as se combinen y complementen. Esto aportará que cada caso a resolver, se pueda enriquecer con la aportación de todos, obteniendo enfoques y soluciones a las que quizá individualmente no se habría llegado.

  1. Entiende la colaboración como valor fundamental

Esto supone entender que “todos los clientes son de todos”, sin importar que un caso lo lleve uno u otro abogado/a, ya que si algo se hace mal redunda negativamente en el despacho.

Ahora te invito a que hagas una reflexión y analices tu actuación en cada uno de los puntos señalados ¿Eres un buen miembro del equipo? ¿Qué nota del 1 al 10 te darían cada uno de tus compañeros?

Maria Antonia Carmona Carles

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