21 septiembre 2020

Abogados 2.0: Adaptarse o morir

Barbara RomanPor Bárbara Román
TWITTER @NoLegalTech

Si es que ya lo decía Darwin, que no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta a los cambios del entorno.

En el transcurso  de esta pandemia queda claro que las reglas del juego han cambiado y que este nuevo paradigma nos obliga a todos a transformar el modo en que entendemos el ejercicio de la abogacía.

Nadie puede permitirse ignorar esas tendencias sutiles y el cambio de comportamiento en el sector, porque al fin y al cabo nos estamos jugando nuestra propia supervivencia:

  • Los clientes se han “digitalizado”, porque la pandemia los ha obligado a adoptar nuevos hábitos de consumo de servicios;
  • El trabajo a distancia sí que “ha llegado para quedarse”, especialmente en ciudades en las que debes invertir más de una hora para llegar a tu puesto de trabajo;
  • Las herramientas tecnológicas se han “generalizado”, resultando más accesibles, pero, sobre todo, más habituales en los entornos de trabajo;
  • Las tareas jurídicas se han “automatizado”, porque el trabajo distribuido implica ser más eficientes en nuestros procesos y contamos con menos personas a nuestro alrededor para gestionar un despacho.

Conocerlas nos permitirá saber cómo reaccionar en el mercado y sobrevivir mejor.

Si ya lo dicen todos los post de emprendimiento: en tiempos de crisis hay que saber reconocer las oportunidades.

Ya asoman las orejas de la próxima crisis económica que se está gestando por la Covid-19 y este, querido lector, es el mejor momento para que sentarse y pensar en como vamos a encarar lo que está ocurriendo, cómo queremos desarrollar nuestra carrera y, sobre todo, pensar cómo queremos que sea la abogacía.

Seamos realistas, esta situación nos ha pillado a todos con el pie cambiado. Otra cosa serán los juicios telemáticos y otras herramientas a disposición que tendrán que ir mejorando por momentos, pero ahora que ya le hemos cogido el truco a esto del teletrabajo, ¿vamos a dejarlo? Ahora que los clientes se han acostumbrado al mundo digital, ¿vamos a renunciar a esa oportunidad?

¿Después de lo que estamos viviendo queda alguna duda de que debemos abrazar el 2.0, dejar atrás los viejos complejos y cesar las hostilidades con la tecnología?

Espero que no. Espero que podamos aprovechar la oportunidad y transformarnos, como indicaba en el último Legal Open Space Marta Tamargo.

Marta hablaba sobre la figura de los abogados Knowmads o “nómadas digitales” y su encaje en el sector. Personalmente prefiero pensar en términos de puntocerismo, pero, para que entiendas a qué se refería Marta te pongo un ejemplo:

¿Te acuerdas cuando antes un abogado era alguien con el mobiliario de su despacho y se pasaba horas y horas leyendo pesados libros sobre jurisprudencia y el BOE nuestro de cada día? Eran abogados 1.0.

Si lo piensas, ya no queda ninguno. Los libros siguen en las estanterías, pero las consultas de la base de datos se hacen en el ordenador.

Nuestra nueva oficina es un portátil, si me apuras, un móvil. ¿Qué razón tenemos para seguir anclándonos a espacios físicos, cuando podemos movernos?

Te pondré un ejemplo de lo que creo que debería de ser una abogada 2.0, te darás cuenta de que no es tan distinto a lo que ya eres ahora:

La abogada 2.0 es más eficiente con su trabajo, por lo que puede reaccionar más rápido y ejecutar tareas en menor tiempo.

La abogada 2.0 es una ultraespecialista en su materia, porque ha encontrado el nicho de mercado que la necesita y da un buen servicio gracias a ello.

A la abogada 2.0 le da igual donde este su cliente, si en Cuenca o en Santoña, porque en este mundo hiperconectado y con un móvil con acceso internet en la mano puede gestionar a su cliente desde cualquier sitio, incluso desde una terraza mientras se toma un café.

Porque la abogada 2.0 sabe que la interacción ya no está en los campos de golf, sino en las redes y en el mundo online, aunque el cara a cara es importante, ya no es el pilar fundamental de una relación.

La abogada 2.0 ha ganado tiempo y espacio para desarrollar su vida personal, para cuidar su salud mental, si, esas dos grandes materias  que las abogadas dejamos totalmente de lado, porque sabe que, al final del día, quien le espera en casa vale más que un cliente que puede que nunca regrese por la puerta.

Y hablando de clientes, la abogada 2.0 entiende que los clientes quieren resultados, no oficinas con obras de arte en las paredes y no se le olvida que la tarea principal de un abogado es sencilla:

Debe solucionar problemas legales, algunas veces, incluso, antes de que estos problemas aparezcan.

Y todo esto lo sabe la abogada 2.0 porque ha comprendido que hay que adaptarse a un mundo que va camino del 5G desde un sector al que le gustan mucho los faxes.

Ya que has leído lo que es una abogada 2.0 piensa en ti ¿eres ya una abogada 2.0? Recuerda en este mundo tendremos que adaptarnos o morir.

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Bárbara Román
TWITTER:NoLegalTech 

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