19 septiembre 2023

¿Cómo prevenir el “burn out” en la práctica abogacía?

Berta SantosPor Berta Santos

 

Según el estudio de Wellbeing in the law 2023 realizado por la consultora Real Recruit el 62% de los abogados encuestados han experimentado burn out en su trabajo, por la sobresaturación de asuntos que l@s abogad@s tienen que sobrellevar y la imposibilidad de llevar un equilibrio entre su vida personal y laboral.

El burn out se produce cuando la persona soporta una carga de estrés excesiva y continuada en el tiempo, lo cual comporta una manera desadaptativa de responder ante el mismo. El desgaste profesional puede conllevar una falta de energía, agotamiento físico, mental y emocional y, en consecuencia, una disminución de la productividad laboral.

Entender las señales que nos están indicando ese posible desgaste resulta fundamental para observar nuestros hábitos y ser capaces de rectificarlos, como medida de prevención. Entre algunas señales podríamos destacar las siguientes:

1. Persistencia del cansancio
La sensación de cansancio es un signo habitual en determinados períodos del año, en los que estamos experimentando un aumento de nuestra actividad habitual. No obstante, cuando el cansancio se normaliza y se cronifica puede ser un signo inequívoco de una carga de estrés excesiva.

2. Detección de irritabilidad ante clientes o colaboradores
La irritabilidad es un estado emocional que conduce a que la persona se enoje fácilmente. Como resultado, determinadas situaciones cotidianas pueden conducir a reacciones hostiles.

La irritabilidad no puede normalizarse ni justificarse por la exigencia de la profesión, por cuanto puede poner en riesgo la relación con los demás, ya se trate de clientes o con las personas del despacho. Todo ello, puede producir comportamientos tóxicos que inciden en el clima laboral del despacho.

La irritabilidad muestra, en ocasiones, una falta de respeto de uno mismo ante las propias necesidades, y, por tanto, es importante entender las causas que nos están produciendo ese tipo de respuesta emocional.

3. Cinismo o excesiva crítica ante el trabajo o el despacho
En ocasiones, la omisión de la responsabilidad en la toma de decisiones sobre la propia vida laboral y personal puede conducirnos a la crítica y a buscar culpables externos.

Ninguna persona puede obligarnos a realizar ninguna acción en contra de nuestra voluntad, ya sea clientes, colaboradores o superiores jerárquicos. La posibilidad de elección es una condición del ser humano, aunque, en ocasiones, nos resulte difícil de comprender ante las complejidades de la vida, o la realidad de nuestro trabajo. Siempre estamos eligiendo seamos conscientes o no. Buscar culpables externos de nuestras elecciones inconscientes nunca puede ser la solución. Recuperar la consciencia sobre nuestras decisiones y chequear nuestra toma de decisiones nos ayudará a recuperar la autogestión y el dominio de nosotros mismos.

4. Cambio en los hábitos de sueño
El descanso es fundamental para el desempeño profesional. Las preocupaciones, los plazos, las dificultades de los asuntos pueden interferir en nuestros hábitos de sueño. No obstante, es importante buscar herramientas para ayudarnos a combatir las preocupaciones, ya sea realizando algún deporte, desconectando nuestra mente, o bien buscar ayuda profesional, para el caso que no podamos realizarlo por nosotros mismos. Nuestra mente es la herramienta principal en el ejercicio de la profesión. El descanso y la desconexión son claves para poder realizar de forma óptima nuestro trabajo y mantener el rendimiento.

5. Pérdida de foco y concentración
La pérdida de foco y concentración son las consecuencias de todo lo mencionado anteriormente. A medida que cedemos el control de nuestra agenda y nuestro tiempo a los demás, perdemos nuestro centro y, con ello, nuestra productividad, concentración y motivación acaban resistiéndose.

Por todo lo mencionado anteriormente resulta fundamental poder adoptar una serie de hábitos para ayudarnos a redirigir nuestras conductas y prevenir el desgaste por nuestro trabajo. Algunos de estos hábitos podrían ser los siguientes:

-Planificar y bloquear tiempos de descanso

La planificación es una herramienta clave para el dominio de nuestro tiempo y la dirección de nuestro trabajo.

Planificar requiere un ejercicio de examen y de observación de la realidad, para poder evaluar lo que está sucediendo. La reserva en la agenda de estos espacios de tiempo es una tarea imprescindible y tendría que formar parte de nuestro día a día.

-Establecer límites a los demás

Los límites son un instrumento necesario para la mejora del bienestar. En su definición los límites son una línea real o imaginaria que separa dos territorios. En un entorno personal, la línea real o imaginaria de separación de dos territorios se refiere a la diferenciación entre las necesidades propias y las necesidades de los demás, para poder entablar relaciones equilibradas con las personas y también con nuestro trabajo.

En ocasiones, cometemos el error de desgastarnos al máximo por los demás, y eso nos genera una gran frustración e insatisfacción, al no haber sido capaces de respetar nuestros espacios. Por ello, es importante lograr relaciones equilibradas en las que sintamos que nuestro espacio personal se vea respetado. Es una responsabilidad de cada uno y no podemos dejarla en manos de los demás. Los límites son intransferibles y únicos.

-Tomar tiempo para estar con las personas queridas

Ser capaces de desconectar y dedicar tiempo a las personas queridas puede ayudarnos a recuperar la motivación y el sentido de esta profesión. Lograr ese equilibrio entre el tiempo personal y el profesional constituye un verdadero reto, aunque no es imposible.

Trabajar en una adecuada gestión del tiempo para disponer de espacio personal resulta una prioridad y una responsabilidad para hacer de esta profesión, una profesión atractiva para las personas más jóvenes. Todo ello exige un esfuerzo personal, además de colectivo, para conseguir una evolución de la profesión, ayudándonos de las nuevas tecnologías y cambios de hábitos en las relaciones con los clientes.

-Practicar el journaling

El journaling es una técnica de registro de pensamientos, deseos y reflexiones, plasmados por escrito en un cuaderno. Es una forma muy práctica de poder vaciar los pensamientos, para procesarlos de forma más efectiva y liberar tensiones. Escribir en un papel todos los pensamientos puede ayudarnos a ordenarlos y entenderlos mejor. Todo ello, contribuirá a tomar consciencia de cómo tomamos las decisiones, así como en la mejora de nuestra salud mental.

Por todo ello, la salud mental de la abogacía debe ser una prioridad para garantizar el bienestar de la profesión, y evitar construir espacios de trabajo tóxicos. Ésa es una responsabilidad de cada persona integrante del despacho, que no puede dejarse al azar o a la desidia. El autocuidado y la atención del despacho supondrá poder facilitar un mejor servicio a los clientes, y, sobre todo, ejercer la abogacía de una forma saludable y con una motivación máxima.

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