30 septiembre 2016

La marca personal de un abogado

Alberto MataPor Alberto Mata
TWITTER @Matwin83

En los últimos años el concepto de “marca personal” ha tomado una gran relevancia dentro del marco del desarrollo profesional. Aun así, parece que los abogados todavía no hemos valorado la importancia de tener una buena marca personal y los beneficios que puede aportar en nuestra carrera.

Son múltiples las definiciones de marca personal que podemos tomar como punto de partida. Por ejemplo, Jeff Bezos –fundador de Amazon– ha definido este concepto como “lo que la gente dice de ti cuando no estás presente”. Asimismo, David McNally en su libro “Be your own Brand” define la marca personal como “las percepciones o emociones que otros tienen sobre ti, que describen tus cualidades e influencian la relación de dichas personas contigo”. Sea cual sea la definición que sigamos, el concepto de marca personal se basa en lo que cada uno de nosotros, ya sea en nuestro ámbito personal o en el profesional, proyectamos hacía los demás.

Diseñar una marca personal no significa tratar de ser alguien que no eres, ni tener que actuar siempre siguiendo unos mismos patrones. Todos, incluidos los abogados, tenemos una marca personal que consiste en la manera en que utilizamos nuestros valores y cualidades a la hora de provocar un impacto en la vida y/o los negocios de otras personas. Sin embargo, lo importante es que dicha marca personal sea lo más fuerte posible, que nos acompañe a lo largo de los años y que nos identifique y diferencie frente a los demás.

¿Te has parado a pensar qué se dice de ti después de una reunión? ¿Hablarán de tu gran nivel técnico? ¿Valorarán tu capacidad para negociar? ¿Elogiarán tu facilidad para resolver el problema? ¿Criticarán tu nivel de expresión en otro idioma distinto?

A la hora de valorar la fuerza de tu marca personal lo primero que tienes que hacer es analizar el impacto que provocas en los demás, y en este caso, como abogado, el impacto que provocas en tus clientes. Para ello, hay dos factores que juegan un papel fundamental. El primero de ellos es la percepción que tus clientes tienen sobre ti. El segundo factor es la importancia de marcar la diferencia en tus relaciones con los clientes. En otras palabras, si la percepción de tus clientes es que eres profesional, serio, técnico, resolutivo… y además tu relación con ellos les añade un gran valor añadido, entonces tu marca personal se encuentra en un lugar destacado.

No cabe ninguna duda que es muy difícil controlar las percepciones que provocas sobre tus clientes y saber, a ciencia cierta, si tu relación con ellos tiene un impacto de gran valor añadido. A pesar de ello, se puede afirmar que si tu forma de actuar es (i) singular y específica, basándose en tus conocimientos, valores y experiencias; y (ii) relevante en relación el problema que tiene tu cliente y te ha pedido solucionar; y además se basa en la consistencia y la regularidad, tu marca será reconocida y valorada con facilidad.

Por si todo eso fuera poco, ten en cuenta que no sólo con tus clientes juegan un papel fundamental en la definición/creación de tu marca personal, sino también con tus compañeros de profesión. Conoce el sector, relaciónate lo máximo posible, busca maneras de crear valor añadido en lo que haces y colabora en lo que sea posible. No olvides que no eres tú quien valorará tu marca personal, sino los demás.

Conoce tu marca personal y utilízala como un instrumento para tu desarrollo profesional.

Alberto Mata

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