27 junio 2018

75 años al servicio de la Abogacía y de la Ciudadanía

El pasado 19 de junio celebramos el 75 aniversario de la creación del Consejo General de la Abogacía Española. Desde los inicios de esta institución, en 1943, han cambiado muchas cosas. Pero la esencia de la profesión es la misma, los valores permanecen vivos y los derechos de la ciudadanía y la defensa sin límites de los derechos humanos siguen siendo el motor que mueve a los abogados porque son parte nuclear de la profesión.

Durante estos 75 años, la Abogacía ha demostrado que no hay justicia sin defensa y que cuando los abogados están en primera fila, los valores de la Justicia, de la Libertad y de la Democracia son más fuertes, la cultura del acuerdo y del pacto funciona mejor y los derechos humanos están más protegidos y mejor defendidos.

El papel relevante de abogados y abogadas en nuestra historia reciente se demostró con su intervención en la elaboración de la Constitución de 1978. Muy especialmente el decano de Madrid y presidente del Consejo de la Abogacía Antonio Pedrol Ríus y el senador Ramón Sáinz de Baranda, introduciendo en el texto constitucional una clara referencia al papel de la Abogacía en la sociedad y en la justicia y al rol imprescindible de los Colegios Profesionales.

También lo demostraron los abogados en 1970, en el famoso Congreso de León, en pleno franquismo, en el que se consagró el secreto profesional, se defendió la libertad y la independencia de la profesión y se pidió la supresión de las jurisdicciones especiales, la reforma del sistema judicial, la inclusión de los derechos de la mujer así como la abolición de la pena de muerte, el indulto de los presos políticos y la democratización del país. “El Congreso no debe servir en ningún caso para hacer política”, dijo el ministro de Justicia de entonces. “Nosotros no hacemos política, le contestaron los abogados. Nosotros nos limitamos a luchar a favor de un Estado de Derecho”.

Este papel se reafirmó en 1977, con motivo de la matanza de los abogados de la calle Atocha de Madrid, un cañonazo contra la incipiente y débil democracia española, un claro intento de acabar con ella. Entonces los abogados, con el decano de Madrid y presidente del Consejo de la Abogacía dieron un ejemplo de solidaridad, de responsabilidad, de dolor, de unidad. Y el entierro masivo de las víctimas logró lo contrario de lo que pretendían los asesinos: hacer fuerte y sólida esa democracia de todos.

El servicio a la ciudadanía lo ejemplifican todos los días los 51.000 abogados de oficio que hay en España en estos momentos y todos los que han prestado este servicio en estos años. Decía Carlos Carnicer que el dinero que se dedica a la justicia gratuita no es un gasto sino una inversión en paz social. Y esto es así porque se destina a los ciudadanos más desfavorecidos, a los más vulnerables, a los que se ven privados de todo menos de la posibilidad de defender sus derechos. Gracias a esos abogados de oficio que hoy siguen siendo un valor a defender por todos.

También se demuestra este compromiso en nuestra lucha por la Ley de Acceso, finalmente conseguida, o por la derogación de las tasas, junto con las asociaciones de consumidores y usuarios y de toda la ciudadanía que hizo que su eliminación por el mismo Gobierno que las implantó fuera una victoria de todos y una derrota de la injusticia. Además, la Abogacía ha hecho y hace una clara apuesta por Europa y reitera su compromiso de estar siempre allí donde se produzcan violaciones de los Derechos Humanos, para denunciarlas y para ofrecer a los más vulnerables la garantía del ejercicio de su derecho de defensa, irrenunciable en un Estado Social y de Derecho.

Vivimos un momento decisivo para la Justicia en España y en Europa. El diagnóstico está hecho y lo compartimos todos los actores jurídicos casi al cien por cien. No podemos esperar otra legislatura para conseguir la justicia eficaz, eficiente, moderna y que España y su ciudadanía exigen. Por eso, en nombre de todos los abogados y abogadas, he pedido a la recién nombrada ministra de Justicia, Dolores Delgado, que trabaje activamente para hacer posible ese Pacto de Estado por la Justicia que la Abogacía viene reclamando desde hace tanto tiempo. Se puede conseguir si hay voluntad política de dialogar y ceder. Se tiene que conseguir porque la sociedad española lo reclama también de forma mayoritaria. Una Justicia con medios. Una Justicia para responder a las necesidades actuales. Desde la Abogacía vamos a ayudar a conseguirlo, con nuestra disposición y nuestro trabajo. También con nuestras demandas y con las de los ciudadanos. Como actores protagonistas de la Justicia, aseguramos lealtad y colaboración, pero no comodidad ni complacencia en todo lo que concierne a los derechos y libertades de los ciudadanos, a la elaboración y aplicación de las leyes y al funcionamiento de la Justicia.

Quiero aprovechar también estas líneas para expresar mi agradecimiento a los ex presidentes del Consejo General de la Abogacía Española, y muy particularmente a Eugenio Gay y a Carlos Carnicer, que han llevado nuestra profesión a la modernidad, al despertar tecnológico, al compromiso radical con los derechos humanos y a la vanguardia. Gracias a ellos, la abogacía es la profesión jurídica mejor valorada, según el CIS. Yo trato de seguir sus pasos y de caminar de una Abogacía que se transforma a una Abogacia transformadora. Lo dice muy claro el lema de nuestro próximo Congreso Nacional, que tendrá lugar en Valladolid en 2019: “Fuimos Presente. Somos Futuro”.

No quiero dejar de recordar también especialmente a las consejeras de la Abogacía desde Carmen Conde, que fue la primera, que han trabajado para demostrar que la igualdad no es un problema, es una necesidad. El siglo XXI será el de la igualdad, o no será. Y lo conseguiremos entre todos y todas. Y este agradecimiento no estaría completo sin unas palabras de reconocimiento para todo el personal que ha trabajado y trabaja en el Consejo General de la Abogacía.

Escribió José Saramago que “sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir”. La memoria de esos 75 años del Consejo General de la Abogacía Española es la historia de la defensa del derecho de defensa y la responsabilidad es la esencia demostrada de esta profesión. Este 75 Aniversario nos da fuerza y legitimidad para seguir siendo esa voz social y profesional que defiende nuestro Estado Social y Democrático que, además, lo es de Derecho. Iniciamos una andadura de otros 75 años, con la misma ilusión que hemos mantenido en este tiempo.

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