20 diciembre 2023

Más humanos que digitales

Vivimos en un momento de la historia en el que las máquinas parecen estar asumiendo casi todo el protagonismo sobre lo que está sucediendo y, sobre todo, lo que sucederá en las próximas décadas. La inteligencia artificial nos asombra con sus capacidades y sobre todo con el potencial que ofrece para transformar nuestras vidas a un ritmo mucho más acelerado del que ha mostrado la irrupción de internet. Echo la vista al pasado y aún me recuerdo utilizando la vieja Olivetti del despacho.

En paralelo a la inteligencia artificial surge la preocupación por su control. Las máquinas no pueden terminar imponiendo su ley ni quienes las programan dejar que sean ellas quienes decidan. El destino está claro: el software por muy autónomo e inteligente que pueda ser, deberá estar siempre al servicio de las personas.

Es por todo ello por lo que la Fundación Abogacía Española decidió otorgar sus premios de esta edición a quienes se han distinguido en la promoción de los Derechos Humanos digitales. Es decir, aquellas entidades o personas que trabajan para que el avance tecnológico no se convierta en una nueva barrera social que divida a quienes están integrados en el nuevo mundo hipertecnologizado y quienes, por diferentes motivos, se quedan al margen de esta evolución.

Explican algunos expertos que, al contrario de lo que pueda parecer, la inteligencia artificial hará más sencilla la comunicación entre las personas y las máquinas, diluyendo la barrera de acceso al mundo digital para quienes hasta ahora han tenido más problemas. Sin embargo, también hay expertos que nos explican que las personas que programan esas inteligencias no humanas introducen en su comportamiento los sesgos que llevan consigo; trasladando la exclusión que de forma inconsciente todos cargamos con nosotros en alguna medida.

Ofrecer visibilidad a quienes han observado la importancia de reducir la brecha digital en estos momentos de expansión es para la Abogacía un reconocimiento, pero también un advertencia de cara al futuro. Los letrados y letradas españoles tenemos la obligación de velar por el acceso de todos a sus derechos con plenas garantías. Y si el mundo del presente y del futuro precisa del acceso al mundo digital para materializar muchos de esos derechos, lo primero que debemos hacer es garantizarnos que nadie queda excluido de la digitalización.

Conocer la historia de éxitos de personas como la fiscal María José Segarra, la asociación La Columbeta, el trabajo de la Policía, la Guardia Civil o la verificadora Maldita.es nos alientan a seguir trabajando en esa dirección. El futuro está lleno de oportunidades, pero para que el avance que ofrece el mundo digital merezca la pena tenemos que conseguir que nadie se quede al margen.

PD: Mi más profunda admiración para Amina Bargach, premio Nacho de la Mata, con el agradecimiento de los miles de niños a quienes ha permitido ser tratados como tales a pesar de las dificultades. En ocasiones, unas pocas personas llenan de esperanza las situaciones más desesperadas.

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