18 mayo 2018

A Blondie

Álvaro Moreno Pla. Colegiado 1486 del ICA de Córdoba y miembro de su Comisión de Derecho Animal y Medioambiental. @almopla

Visionando hace pocos días una cadena de TV sobre historia me di de bruces con un documental que me sorprendió por abrirme los ojos ante un tema que desconocía y que no era otro que la promulgación de leyes “animalistas” en la Alemania de 1933 pocos meses después de la llegada al poder del partido NSDAP, (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, conocido coloquialmente como Partido Nazi).

Espero que toda persona que lea estas breves líneas lo haga desde un prisma jurídico e histórico y no me aplique sin más la picota tan habitual en las redes sociales.

En el mundo actual la protección legal de los derechos de los animales, de compañía o no, es algo asumido cada vez más por la población y nadie debería extrañarse de que nuestros códigos legales introduzcan sanciones para quien cause daño físico e incluso psíquico a otro ser vivo y en este caso no humano.

Pues bien, sorprende saber que en el régimen político que durante el siglo XX encarnó al mal en su definición más extensa y que provocó tragedias cuantitativas y cualitativas que no se han vuelto a producir, pese a la existencia de imitadores empeñados en ello, se dictasen y promulgasen leyes de protección animal de una “modernidad” que nos causa estupefacción hoy en día.

El 21 de abril de 1933, se aprobó la breve Ley sobre Sacrificio Animal, (Gesetz über das Schlachten von Tieren), que estableció la obligación de anestesiar a los animales o aturdirlos antes de sacrificarlos lo que, en la práctica, suponía una prohibición de facto del ritual judío, (según el cual, el animal ha de ser degollado para que se desangre rápida y totalmente o su muerte no será kosher).

Ese mismo año se publicó la Ley de Protección Animal, (Reichstierschutzgesetz), de 24 de noviembre de 1933, posteriormente, se legislaron la Ley de Caza, (Reichsjagdgesetz), de 3 de julio de 1934; y la Ley de Protección de la Naturaleza, (Reichsnaturschutzgesetz), de 26 de junio de 1935.

Llama poderosamente la atención leyendo las mismas que, si se hiciese abstracción del momento histórico en que nacieron, todos pensaríamos que surgieron de un parlamento democrático, moderno y sensible a esta cuestión.

En 1934, el NSDAP, (Partido Nazi), fue anfitrión de una conferencia internacional sobre la protección de los animales en Berlín. Detrás de los distintos oradores, en una enorme pancarta, se leía lo siguiente: “Se necesitarán épocas enteras de amor para retribuir a los animales su valor y servicio”. Y mientras se celebraba esta conferencia mundial, miles de seres humanos eran sometidos a todo tipo de torturas y experimentos sin ningún tipo de miramiento ni compasión.

Como ejemplo de medidas que se llegaron a adoptar y aplicar antes del inicio de la II Guerra Mundial y casi en los últimos días del régimen nazi, podemos destacar las siguientes: se instituyeron las cartillas de racionamiento para perros…y se adoptaron medidas especiales para transportar animales en automóviles, sobre la manera menos dolorosa de herrar a los caballos o se instauró hacer menos doloroso el modo de cocinar langostas evitando que se cocieran vivas…

Los jerarcas que gobernaron Alemania entre 1933 y 1945, especialmente Göring y Himmler, y atendiendo a sus principios de privilegio de la raza aria llegaron a crear, el primero de ellos, una reserva en un bosque polaco para la recuperación de la extinguida raza del Uro, (una especie de bisonte y toro), extinguido en Europa años antes…eso sí, para ello “limpió” de habitantes toda la región con un elevado coste en vidas y sufrimiento para los mismos.

El segundo de estos gobernantes, Himmler, visitó España el 19 de octubre de 1940 y al día siguiente asistió a una corrida de toros en la Plaza de las Ventas en Madrid donde impuso una condecoración alemana al torero Marcial Lalanda. A Himmler no le gustaron los toros. “Un espectáculo deleznable y extremadamente sangriento”. Salió horrorizado e incluso sufrió un desmayo, teniendo que ser atendido por los servicios médicos.

Este mismo alto cargo nazi fue el máximo responsable de la denominada “Solución Final” que terminó costando la vida a más de seis millones de personas.

Esta paradoja entre la coexistencia temporo-espacial de la legalizada protección animal y el “legalizado” exterminio de seres humanos, no evita reconocer que la mayoría de las leyes vigentes en el mundo actual se inspiran en las leyes promulgadas en su día a instancias del régimen Nacionalsocialista.

Como colofón, incluyo un extracto de  la ley Nacionalsocialista sobre el trato justo de los animales, de 24 de noviembre de 1933.

Reichstierschutzgesetz (Ley de Protección Animal del Reich).-

Sección I – Crueldad contra los Animales:

  • Está prohibido atormentar innecesariamente o maltratar a un animal.
  • Uno atormenta a un animal cuando repetidamente o de forma continua causa dolor o sufrimiento apreciable; el tormento es innecesario ya que no sirve para nada, no tiene propósito ni justificación racional.
  • Uno maltrata a un animal cuando le produce un dolor apreciable, el mal manejo es cuando este corresponde a un estado de la mente insensible.

Sección II – Medidas para la Protección de los Animales

Está prohibido:

– El utilizar a un animal innecesariamente a lo que excede claramente sus poderes o causa  un dolor apreciable, o que como consecuencia de su condición es, obviamente, incapaz para dicha actividad.

– El sacrificar a su animal doméstico con el fin de deshacerse de él.

– El acortar las orejas o la cola de un perro de más de dos semanas de edad. Esto es posible si se hace con la anestesia…

(A Blondie la perra pastor alemán de Hitler que nunca llegó a percatarse de la insania mental de su dueño y que lamentablemente siguió sus pasos en el bunker de la cancillería del Reich, el 30 de abril de 1945).

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