23 enero 2023

Deontología para principiantes 4: Piensa antes de hablar. Repasa lo escrito.

Por Albino Escribano. Miembro de la Comisión de Deontología del Consejo General de la Abogacía Española y decano del Colegio de la Abogacía de Albacete. 

“La forma, al fin y al cabo, apoya al fondo”

Victoria Ortega Benito

Nos encontramos muchas veces con actuaciones o expresiones que pretenden justificarse en base al derecho de defensa, el cual se utiliza como patente de corso para cualquier hecho que no guarde demasiada consideración con los principios deontológicos.

Una de ellas es utilizarlo para la justificación de la llamada al procedimiento a un compañero o compañera para que declare sobre hechos relativos a su actividad profesional, infracción prevista en el artículo 11.12 CDAE.

Otra para justificar la aportación de comunicaciones con el profesional contrario, prohibida por el artículo 5.3 CDAE.

En casos como esos, suele invocarse el derecho de defensa como un derecho divino del cliente que permite realizar lo que se nos antoje. No existe ningún derecho que no tenga límites, y el desconocimiento del secreto profesional del compañero o la falta de lealtad profesional son cuestiones de decisiva importancia igualmente vinculadas al derecho de defensa, que también asiste, aunque a veces nos olvidemos, a la parte contraria.

Pero quizás donde menos evidente sea la vulneración del derecho de otros es en relación a los escritos presentados ante los Tribunales o ante las expresiones vertidas en la Sala. La falta de educación personal y profesional, o la ausencia de una mínima elegancia en la expresión, oral o escrita, hace que en demasiadas ocasiones veamos en las comisiones de deontología verdaderas refriegas de bar que tratan de hacerse pasar por actuación profesional.

El artículo 11.3 CDAE lo expresa con suficiente claridad: exigencia del respeto más absoluto a quien defiende a las demás partes, evitando toda alusión personal. Lo que repite como trato considerado y cortés hacia la parte contraria el artículo 13.3 CDAE.

Existe sin duda la posibilidad de defender cualquier asunto en derecho sin utilizar expresiones más propias de una intervención en un programa de televisión poco edificante. Como a veces la temperatura es superior a la obligación, es necesario pensar antes de hablar, así como repasar lo que se escribe antes de utilizarlo. En último término, seamos egoístas: no hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti. Si nos gusta la falta de respeto y consideración, quizá elegimos la profesión equivocada.

El derecho de defensa es demasiado importante para utilizarlo como excusa.

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