Innovación Legal
16 junio 2025
Por Albert Ferré
Hace unos días, en una conversación preciosa con un profesor de Derecho en Madrid, hablábamos sobre sus alumnos y su relación con la inteligencia artificial. Me dijo: «Muchos sienten miedo… porque todo lo que saben, ya lo sabe la Ai».
Y ahí, en ese instante, me di cuenta de que esta confusión no es solo suya. Es colectiva. Y es urgente desmontarla.
Sí, la IA es poderosa. Puede generar borradores de contratos, revisar jurisprudencia en segundos, incluso escribir propuestas de sentencia. Pero no olvides algo: la IA *no entiende. Solo procesa*. No sabe de justicia, no siente el conflicto, no percibe el silencio incómodo en una sala de reuniones, ni detecta una mirada de miedo en un cliente.
La IA acelera. Pero tú decides.
Vamos al grano: la IA tiene velocidad, pero nosotros tenemos discernimiento y creación disruptiva. La IA ofrece datos, pero nosotros formulamos las preguntas. La IA repite patrones, pero nosotros sabemos cuándo romperlos. La IA propone opciones, pero nosotros decidimos cuál es la correcta. ¿Lo ves?
La abogacía no se va a extinguir por la tecnología. Va a evolucionar gracias a ella. Siempre que sepamos poner sobre la mesa lo que ninguna máquina puede dar: nuestro juicio, nuestra empatía, nuestra intuición, nuestro sentido del tiempo, del conflicto, de la humanidad.
Te cuento una historia que creo que ilustra perfectamente de qué estoy hablando.
En 2023, un joven empezó sus prácticas en una gran firma. Venía de la universidad con buenas notas, pero también con miedo: miedo a fallar, a no estar a la altura, a no conocer las herramientas, a no ser suficientemente bueno.(lo que nos paso a todos, o a mí como mínimo) sin duda lo peor era que la IA lo abrumaba. Sentía que llegaba tarde a todo.
Pero algo cambió. Gracias a su capacidad de aprendizaje, al apoyo del despacho y a la complicidad de sus compañeros de universidad, *decidió dejar de compararse* y empezó a formarse a fondo en inteligencia artificial.
Un año y medio después, sigue en la firma. Pero ya apuesta por la carrera de socio de mercantil. Hoy es una pieza fundamental y brillante en el equipo que revisa la adopción tecnológica del despacho.
Ayuda a los equipos senior a identificar las mejores herramientas para trabajar más y mejor. Forma parte de un grupo selecto que pone orden, sentido y humanidad en la forma en la que el despacho esta evolucionando: personas, metodologías, y por ultimo tecnologías.
¿Y porque brilla? porque ha encontrado su lugar allí donde *entiende lo que está en juego*.
Esta historia me fascina porque demuestra algo fundamental: el futuro de la abogacía no está en competir con la IA ni con el resto de tecnología. Está en cooperar con ella desde lo más humano que tenemos.
Y ahora viene lo mejor:
Tú también tienes estos superpoderes. Los tienes desde siempre, pero quizás no los valoras:
*La empatía*, para conectar con tus clientes (externos e internos) pero de verdad.
*La escucha activa*, para entender lo que no se dice.
*La creatividad*, para imaginar soluciones donde nadie las ve.
*Y la ética*, para no confundir lo posible con lo deseable.
Lo he dicho muchas veces, y lo he leído en muchos compañeros, pero no me cansaré de repetirlo: *Hemos necesitado crear inteligencias artificiales para empezar a valorar la humana*.
Así que felicidades, sisi felicidades porque hoy, tú como abogada o abogado, *no estás en peligro*. Estás en el centro. Y solo necesitas recordar de qué estás hecho para brillar.
Y si te entra la duda, apaga el ordenador, vete a tomar unas cañas con tus amigos y comparte tus miedos. Así verás de qué te estoy hablando. La humanidad necesita tocarse, reír y compartir para avanzar y ser feliz.
No te formes para competir con una IA. *Fórmate para ser lo que una IA nunca podrá ser: profundamente humano.*
Porque al final, triunfaremos NO por dominar la tecnología. Triunfaremos por entender que nuestro valor no esta en lo que sabemos, sino en cómo lo aplicamos con sentido, con propósito, con humanidad. Y eso, ninguna máquina podrá hacerlo jamás.
Así que ese momento, somos invencibles.