19 abril 2022

Legaltech para todos

Eugenia Navarro Por Eugenia Navarro
@eugenianavarros

Puede existir la tentación de pensar que la tecnología no tiene nada que ver con la profesión de abogado y mirar hacia otro lado con la esperanza de que sea verdad. No solo no es cierto, sino que quien piense que la tecnología no va a afectarle en su ejercicio como abogado, procurador, registrador, notario o juez, está en un error. El legaltech llega para todos y lo hace para hacer evolucionar el sector legal hacia una abogacía más eficiente, rápida, precisa y segura.

No hay que imaginar una abogacía llena de robots que sustituyen a los abogados o jueces resolviendo casos con solo apretar un botón. Eso es una fantasía que no corresponde a la realidad de la tecnología hoy en día. La aplicación de tecnología al sector legal pasa por aplicar sentido común: clasificar y ordenar documentos, encontrarlos por palabras clave, ser capaces de tener un borrador cuando ya has hecho muchos contratos extrayendo el conocimiento, automatizar tareas repetitivas, estandarizar, gestionar mejor…  en definitiva, hacer más eficiente y mejorar la calidad del servicio. Ahí está uno de los grandes retos de la utilización de la tecnología en el sector legal.

Creo que es necesaria una reflexión sobre las diferentes definiciones de Legaltech y llegar a un consenso de lo que significa. No existe una única definición y eso puede generar confusión. Podemos encontrar dos acepciones mayoritarias que, en mi opinión, deberían englobarse en una única. Por una parte, se entiende Legaltech o también Lawtech aquella parte de la tecnología aplicada al sector legal que podría conllevar la no utilización de abogados a través de procesos automatizados, utilización de platillas o modelos… generando un empoderamiento del usuario/ comprador de servicios jurídicos. Se trata de una desintermediación como ha ocurrido en otros muchos sectores, implica innovación en productos y servicios. Otra acepción de Legaltech se refiere a la optimización de los procesos de gestión y los modelos de entrega, pero cómo no, también implica generar innovación.

Así pues, en estas dos definiciones encontramos la esencia de lo que creo que puede ser la definición única de Legaltech: Aplicación de la tecnología al sector legal para generar innovación en los productos y servicios a la vez que eficiencia en los procesos y modelos de entrega de valor.  Esto aplica a todos los profesionales del sector legal, sin excepción. Innovar y ser eficiente se convierte en una obligación como profesionales para mejorar la calidad de servicio y para adaptarse a los nuevos retos que exigen tanto los clientes como la ciudadanía. No toda la tecnología es Legaltech como por ejemplo utilizar webs o CRM… Se trata de Legaltech cuando afecta al modelo de prestación de servicios, al producto o a la eficiencia en el proceso de entrega.

El Legaltech ha llegado para todos y es necesario formarse, entender qué ofrece el mercado de la tecnología y estar en permanente alerta para mejorar en los procesos, innovar y generar valor. No ha habido ningún otro momento en la historia en el que formarse fuese tan fácil y necesario. De nada sirve lamentarte y pensar en una abogacía artesanal de otros tiempos.

Las profesiones legales siguen requiriendo de ingenio, creatividad y trato humano, algo en lo que difícilmente la tecnología podrá sustituir al humano. No obstante, eso no implica que no se utilicen las herramientas adecuadas y que no se innove en la forma de prestar el servicio. Los proveedores de tecnología están más abiertos que nunca a formar, explicar y a dar a conocer sus productos. Existen múltiples cursos de valor (presenciales y online) y los colegios profesionales están apostando seriamente por formar a sus colegiados. No hay excusa para no evolucionar y no integrar la tecnología en el ejercicio de cualquier profesión jurídica, el no hacerlo es, irremediablemente, la pérdida de competitividad en un mercado cada vez más exigente.

¿Dónde está afectando la aplicación de tecnología en el sector legal? En un estudio que presenté recientemente (diciembre 2021) en ESADE LAW SCHOOL, preguntábamos a los abogados in-house (de empresa) y de firmas externas dónde se podía innovar. Se espera que el derecho que evolucione siguiendo a la sociedad y a la evolución tecnológica, pero también en nuevos servicios, nuevos modelos de entrega y empresariales.

Así pues, el Legaltech forma parte del sector legal, generando un ecosistema más rico, con más oportunidades, pero a la vez más competitivo.  Hay que empaparse de lo que está ocurriendo, comprender la tecnología y analizar desde la perspectiva de un abogado que quiere ser mejor profesional y prestar un mejor servicio.

Competir en el mercado actual requiere de la toma de decisiones estratégica sobre el modelo de servicio que se quiere optar. Las firmas tendrán que apostar por un modelo de negocio determinado: volúmenes con enfoque a proceso para el trabajo estandarizable o ir realizar trabajo más artesanal para procesos singulares y complejos, con altas rentabilidades. La abogacía tiende a polarizarse en estos dos sentidos, las reglas para jugar en uno u otro campo no son las mismas. En el trabajo de repetición, la inversión en tecnología y la industrialización del proceso son claves. Los despachos que basen su modelo de negocio en este tipo de abogacía sin utilizar tecnología sufrirán enormemente, ya que el precio será una de las variables clave. Las firmas tradicionales podrán sobrevivir si acotan su trabajo a la parte a la parte más sofisticada del trabajo legal, invirtiendo en talento y manteniendo una alta rentabilidad.

Pero no solo la tecnología impactará en el sector legal, también la utilización de talentos diferentes, diversos y la combinación de abogados con tecnólogos ayudará a la creación de nuevos servicios y profesiones dentro del sector legal. Se trata de un momento único de grandes oportunidades y grandes retos, pero eso requiere conocer y entender el Legaltech.

Por Eugenia Navarro
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WEB: www.tamaprojects.com

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