
Blog de Comunicación y Marketing Jurídicos
21 abril 2025
Por Cristina Ruiz
En el contexto actual en el que cualquier empresa u organización está en el punto de mira, siendo evaluada por la sociedad y por el mercado por el impacto tanto positivo como negativo que produce en el entorno, en las personas y en su actuar ético, la narrativa de la sostenibilidad ha comenzado a quedarse un tanto obsoleta.
Sí, el hoy marcado por el cambio climático, la desigualdad social, la presión regulatoria y la transformación digital exige un cambio de paradigma: la sostenibilidad debe integrarse como parte fundamental del propósito y de la estrategia, también de los despachos jurídicos.
Los despachos de abogados no somos ni debe ser ajenos a este cambio, máxime cuando jugamos un papel esencial como garantes del cumplimiento y de la gobernanza responsable.
Y por ello es imprescindible no solo revisar nuestras prácticas sino repensar el lenguaje con el que comunicamos el compromiso asumido.
DEL COMPROMISO SIMBÓLICO AL IMPACTO TANGIBLE
Términos como la responsabilidad social o el compromiso ético que han sido muy valiosos, aunque a veces han sido utilizados de manera ambigua y desconectada del negocio de la empresa o del despacho, hoy en día “suenan” insuficientes frente a la exigencia social del impacto medible, la transparencia radical o el compromiso estratégico.
Algunos ejemplos de términos evolucionados:
El cambio en la narrativa no busca suavizar el mensaje, sino dotarlo de mayor rigor y concreción. Hablar de impacto, de inclusión estructural o trazabilidad obliga a actuar, a medir y a rendir cuentas.
Para los despachos legales, nuevamente, la sostenibilidad significa oportunidades y desafíos:
Una narrativa oportunista perjudica seriamente nuestro prestigio y nuestra reputación.
Una narrativa vacía puede traducirse en pérdida del talento clave para la firma y desconexión generacional, y por tanto, pérdida de ventaja competitiva.
Una narrativa obsoleta nos impide ofrecer servicios sustentados en la innovación legal.
Una narrativa desactualizada nos deslegitima para operar.
DO’S & DON’TS: COMUNICAR LA SOSTENIBILIDAD EN CLAVE JURÍDICA
La narrativa, la nueva narrativa no es solo un ejercicio comunicativo, es una forma de expresar con claridad y con ambición el propósito.
EL LENGUAJE CAMBIA, PERO EL PROPÓSITO PERMANECE
La sostenibilidad no reemplaza la ética: la refuerza. Sí, el lenguaje cambia, pero no se trata de reemplazar principios esenciales como la ética, la transparencia o el propósito de vocación de servicio, ni de sustituir el compromiso real y efectivo jurídico con la sociedad, sino de actualizar el lenguaje para que esos valores se proyecten con credibilidad, impacto y relevancia en un entorno cada vez más exigente.
El lenguaje jurídico ha sido y es una herramienta de poder, y también de transformación por lo que cambiar la narrativa sobre sostenibilidad en los despachos jurídicos no es una cuestión superficial sino una decisión estratégica, profesional y ética.
Adoptar una narrativa moderna y coherente no es una moda, sino una necesidad para los despachos jurídicos que quieran posicionarse como referentes éticos, competitivos y relevantes.
Al fin y al cabo, la sostenibilidad, como la justicia, también se defiende con argumentos sólidos, palabras bien escogidas y una visión transformadora.