
Blog de Comunicación y Marketing Jurídicos
30 junio 2025
Por Salva Cortés, gestor administrativo y consultor jurídico
¿Sabes cuál es el beneficio real obtenido por cada asunto? Esta pregunta no responde tanto a la facturación, sino al resultado neto después de restar: el tiempo invertido, la energía depositada en cada asunto, los desplazamientos, coordinación, incluso el desgaste emocional. Medir la rentabilidad por tipo de asunto no es solo una cuestión contable, sino también ha de ayudarte a tomar decisiones que protejan tu tiempo, tu equilibrio y la sostenibilidad de tu despacho.
Establecer mecanismos de medición de rendimiento ayuda a los despachos a mejorar y avanzar, a fin de poder establecer corrección que nos ayuden a dirigir el despacho.
Los KPI’s (Key Performance Indicador) son indicadores clave de rendimiento son fundamentales para cualquier despacho, sea del tamaño que sea y permiten una gestión del despacho cara, con criterio y objetiva. ¿Cuáles son las características de los KPI’s?
-Un KPI no es un número cualquiera.
Es un dato que tiene sentido, contexto y utilidad. Sirve para tomar decisiones: qué servicios potenciar, qué clientes priorizar, dónde estamos perdiendo rentabilidad o si nuestro esfuerzo está realmente dando frutos.
-Un buen KPI es específico, medible, relevante y comparativo.
Tiene poco sentido saber “cuántas horas trabajamos”, si no distinguimos cuántas de ellas son facturables. O saber cuánto ingresamos, sin tener en cuenta cuánto nos costó generar esos ingresos.
-Un KPI no describe, orienta.
Permite comparar resultados, detectar ineficiencias, identificar oportunidades y anticiparse a problemas. Y, sobre todo, construir una visión estratégica del despacho con base real.
¿Qué KPI’s pueden ser útiles en un despacho de abogados?
Aquéllos que nos ayuden a tomar decisiones mejor fundamentadas y que nos ayuden a marca la diferencia en la gestión del despacho.
• Rentabilidad por tipo de asunto o cliente. ¿Qué procedimientos te aportan más beneficio real? ¿En cuáles trabajas muchas horas para ganar muy poco? Este KPI es uno de los más importantes para tomar decisiones sobre especialización, precios, inversión de tiempo o redefinición de servicios.
• Tasa de conversión de consultas a clientes.
¿Cuántas personas que piden cita acaban contratando tus servicios? Si la respuesta es baja, puede haber un problema en la comunicación, en la propuesta de valor o en la estructura de tarifas.
• Ticket medio por cliente.
Muestra el ingreso promedio que deja cada cliente. Ayuda a prever ingresos, planificar acciones comerciales y ajustar tu estrategia de captación.
• Tiempo medio de resolución.
No solo interesa saber cuánto dura un procedimiento. Interesa saber si ese tiempo se corresponde con lo que, presupuestas, y si puedes gestionarlo de forma más eficiente.
• Horas facturables frente a horas no facturables.
Muestra qué parte del tiempo efectivamente genera ingresos y cuál se consume en tareas no remuneradas (administración, reuniones internas, gestiones improductivas…).
• Ratio de impagos.
Facturar no es lo mismo que cobrar. Este KPI te protege frente a tensiones de tesorería y te ayuda a mejorar tu sistema de cobros.
• Clientes por recomendación.
¿Tus clientes te recomiendan? Este indicador refleja mucho más que marketing: muestra confianza, vínculo y reputación.
¿Cuáles son los dos grandes mitos que utilizan algun@s abogad@s para evitar la incorporación de los KPI’s en sus despachos?
– “No tengo tiempo para medir”
No hace falta implantar un sistema complejo ni dedicarle un gran volumen de tiempo. Se puede empezar con algo tan accesible como una hoja de cálculo. Lo importante es:
• Definir entre 3 y 5 indicadores clave, bien pensados.
• Establecer una frecuencia de revisión mensual o trimestral.
• Registrar datos con constancia.
• Revisarlos, interpretarlos y tomar decisiones en base a ellos.
Con el tiempo, estos indicadores dejan de ser un “extra” y se convierten en una herramienta de apoyo real. Permiten ajustar presupuestos, detectar fugas de rentabilidad, priorizar mejor y entender qué áreas del despacho funcionan como deberían.
-Medir es un acto de demasiado control
Medir no es controlar. Es proteger. Proteger el tiempo, el equipo, la rentabilidad y el equilibrio del propio despacho. Los KPI’s no están pensados para castigar errores, sino para detectar oportunidades. No sirven para obsesionarse con los números, sino para ganar perspectiva. Incorporarlos no solo mejora la eficiencia: también reduce la incertidumbre. Y eso, en el día a día de un despacho, no es un detalle menor.
Implementar KPI’s en el despacho es un paso hacia una gestión más profesional, más consciente y sostenible. No es complicado. No exige tecnología avanzada. Solo requiere compromiso con la mejora continua.
Porque al final, en un entorno tan exigente como el jurídico, tomar decisiones con datos reales no es un lujo: es una ventaja competitiva.
Y todo puede empezar con una pregunta tan simple como estratégica: ¿Qué asuntos son verdaderamente rentables para tu despacho?