
Blog de Comunicación y Marketing Jurídicos
15 septiembre 2016
Por Berta Santos
¿Te has planteado alguna vez cuál es tu misión como abogado/a? ¿Tienes clara cuál es la misión de tu despacho? ¿Qué es lo que diferencia a tu despacho de los demás? ¿Qué tipo de clientes y colaboradores deseas atraer?
La respuesta a estas cuestiones es fundamental en la práctica profesional, para situar a tu despacho en el mercado y lograr su diferenciación.
La oferta de despachos es muy elevada y elegir entre uno de ellos no siempre resulta fácil para el posible cliente. ¿Cómo puedes ayudar al futuro cliente a elegir tu despacho? ¿Cómo puedes atraer al tipo de cliente y los colaboradores que más deseas?
Todas estas cuestiones pueden resolverse definiendo cuál es tu misión como abogado y la misión de tu despacho. La misión representa a nivel del individuo y del despacho lo que la Constitución, como norma fundamental, es para el ordenamiento jurídico.
La misión es la norma fundamental y la base para tomar decisiones acerca de tu orientación profesional y la que regirá los pilares fundamentales de tu despacho: cómo vas a desarrollar tu práctica profesional, qué colaboradores deseas para tu organización y la tipología de clientes.
Un buen enunciado de la misión del despacho posibilita crear un marco de referencia, el núcleo de la organización y un conjunto de criterios bajo cuya guía habrán de regirse todos sus colaboradores. Lo cual contribuye a la alineación, a aumento del compromiso y a la cohesión de todos los miembros del despacho, para el logro de objetivos y resultados.
En una profesión como la abogacía con tanta exigencia y complejidad resulta cada vez más necesario conocer la motivación y el significado del para qué ejercer como abogados/as y poner en marcha un despacho. Esa misión conviene recordarla en momentos de dificultad y de estrés en los que puedas llegar a olvidar qué te motivó a crear tu propio despacho.
A este respecto, resulta importante determinar los elementos clave para definir una misión que pueda servirte de guía en tu práctica profesional. ¿Cuáles son estos elementos?
La definición de estos elementos será determinante para la redacción de la misión y para su posterior implementación. De nada servirá tener una misión perfectamente definida si no eres capaz de ponerla en práctica. Para ello, es fundamental tenerla muy presente y verificar que la toma de decisiones está alineada con esta visión.
Adquirir el sentido de la misión supone contar con el poder de evaluar efectivamente todas las decisiones concernientes a la gestión del despacho, asistencia de actos, formas de prestación de servicios, o aceptación de nuevos clientes para determinar si están conformes o no con esta misión. De lo contrario, existe el riesgo de que el despacho pierda su identidad y su esencia, lo cual determinará la falta de control y rumbo del despacho.
Las principales empresas cuentan con misiones definidas y las tienen siempre presentes a lo largo de los años. Éstos son algunos ejemplos:
Google: Organizar la información mundial para que resulte universalmente accesible y útil.
Facebook: Dar a las personas el poder de compartir y hacer del mundo un lugar abierto y conectado.
Asimismo, algunos líderes de la humanidad también han contando también con misiones claras y que han marcado sus actos:
Martin Luther King “Libertad: Terminar con la discriminación racial y las injusticias sociales”.
Charles Darwin “Evolución: Observar el cambio y la adaptación al entorno”.
La definición de la misión profesional forma parte de un proceso de reflexión, que permitirá clarificar y ayudarte a tomar perspectiva de lo que verdaderamente deseas ser y hacer en tu vida profesional y cómo deseas desarrollar tu práctica jurídica en el despacho, para que sea congruente y equilibrada con tus intereses personales.
Berta Santos
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