23 marzo 2020

Innovación en tiempos de coronavirus

Alejandro Sánchez del CampoPor Alejandro Sánchez del Campo
TWITTER @replicantelegal

Los que me conocéis sabéis que soy una persona a la que le gusta más la práctica que la teoría. Creo más en hacer cosas y sacar conclusiones que en dedicar mucho tiempo a planificar en la casilla de salida. En cualquier caso, las circunstancias mandan. El coronavirus nos ha cambiado el paso completamente y estoy aprovechando estos días de confinamiento obligatorio para leer más. Ya habrá tiempo para la acción más adelante. De momento, acabo de terminar dos libros sobre innovación que me han parecido interesantes. Uno aborda la cuestión a nivel general y el otro se focaliza específicamente en el sector legal.

El primero, escrito por Ángel Alba, se titula “Manual (mínimo viable) de innovación. Herramientas y tácticas imprescindibles para innovadores de verdad” y, como apunta el propio autor, no se trata de un libro al uso sino de un manual “do-it-yourself, como las instrucciones de los muebles de Ikea, para que puedas construir las capacidades y procesos que necesitas para innovar en tu empresa día a día, sin grandes palabras ni postureos”. Coincido con esto último. Se nota que Ángel lleva años involucrado en estos temas porque va al grano y da consejos aplicables desde el primer momento, tanto si tienes experiencia previa como si no.

Arranca con una definición sencilla pero potente: “innovar es convertir conocimiento en riqueza” y continúa explicando cuál es la mejor forma de fijar objetivos y retos realistas, qué herramientas aplicar, cómo generar ideas innovadoras, cómo elegir las mejores y cuál es la manera más efectiva de medir el impacto real de las iniciativas disruptivas. El capítulo que más me han gustado es el relativo a la creación de una cultura innovadora y a la gestión de los trolls y la resistencia al cambio.

El libro termina con 30 reflexiones, entre las que destaco “para innovar se necesita tiempo, espacio e incentivos”. Lo de los incentivos es uno de los retos más relevantes en cualquier proceso de cambio y pocas veces se le da la importancia que merece.

El autor del segundo libro es el abogado y profesor americano Dennis Kennedy. Se acaba de publicar y la pena es que solo está disponible en inglés. Su título es “Successful Innovation. Outcomes in law. A practical guide for law firms, law departments and other legal organizations”. Es el mejor libro sobre innovación en el sector legal que he leído. De nuevo se nota que el autor no solo conoce la materia, sino que ha estado muchos años participando en proyectos de este tipo en su etapa como abogado de Mastercard y actualmente como consultor.

Los capítulos son muy cortos (una o dos páginas la mayoría) y todos terminan con una “pro tip” a modo de resumen. El lenguaje no es académico ni doctrinal y, en muchos casos, es crítico con la forma en la que los abogados afrontan estas cuestiones (“los abogados tienen la molesta tendencia a pensar que todo lo que hacen es único y personalizado y que solo ellos pueden hacerlo” o “Los abogados han sido entrenados para pensar de forma opuesta a lo que recomiendan las buenas prácticas de innovación. Tienden a poner toda su atención en los problemas, en los riesgos y en los precedentes”). De hecho, los capítulos 14 y 51 se dedica a identificar las principales barreras a las que se enfrentan los innovadores legales, ofreciendo soluciones para mejorar la situación.

Es un libro muy práctico que explica las distintas metodologías y herramientas que se pueden utilizar y aborda otros aspectos relevantes en un proyecto de este tipo como por ejemplo qué cuestiones deberías plantear en primer lugar si te ponen al frente de un departamento de innovación, qué podemos aprender de otros sectores, cómo formar un equipo (con especial foco en el tema de la diversidad), cómo colaborar con equipos internos y externos o cuál es la mejor forma de manejar el fracaso de las iniciativas. El libro finaliza también con una lista de consejos. El que más me ha gustado es “Mete a tus clientes en la conversación desde el primer momento y encuentra fórmulas para que esos contactos sean directos, fluidos y constantes.”

En ambos casos, la bibliografía y la lista de materiales y recursos que recomiendan es excelente.

He mencionado al principio el coronavirus. Es una tragedia de la que nos va a costar tiempo recuperarnos pero, siendo positivos, creo que podemos extraer algunas lecciones en lo que atañe a la innovación, entre ellas las ventajas que supone ser flexible, reaccionar rápido y estar preparado para lo imprevisto, así como el papel esencial de la tecnología para poder seguir trabajando en remoto cuando no es posible acudir a la oficina.

En cualquier caso, me gustaría aprovechar este artículo para enviar todo mi cariño y afecto a quienes están sufriendo por la enfermedad y a sus familiares, así como a los trabajadores, autónomos y empresas que pierden sus puestos de trabajo o ven seriamente perjudicados sus negocios.

Quiero terminar agradeciendo de corazón a las personas que están poniendo todo de su parte para salir de esta situación lo mejor y lo antes posible, especialmente a los médicos y a todo el personal sanitario, que están haciendo una labor absolutamente espectacular.

Alejandro Sánchez del Campo

Of Counsel de Garrigues en el área de  startups and open innovation
Twitter: @replicantelegal
Web: http://replicantelegal.com/

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