15 junio 2022

El rol de los Colegios de Abogados en la transformación digital del colegiado

Por María Jesús González-Espejo

CEO del Instituto de Innovación Legal y Presidente de la Innovation in Law Studies Alliance

En este artículo hago algunas reflexiones sobre el rol de los colegios de abogados en la transformación digital de sus colegiados y sobre cómo puede ejercerse éste. Porque la realidad es que la involucración de los colegios profesionales de forma comprometida, bajo un plan con objetivos concretos y que incluya acciones eficaces, capaces de ayudar al abogado a comprender mejor el entorno que le rodea y anticiparse a los cambios, a entender los conceptos básicos necesarios para innovar, así como el impacto que la tecnología tiene en el Derecho y en su trabajo y permitirle aprovechar lo que ésta le ofrece para ser más eficaz, no debería hacerse esperar más tiempo.  La abogacía necesita abrazar el cambio ya. Lo pide el entorno, se lo piden otros operadores y si no lo hace, será un colectivo inadaptado a las necesidades de la sociedad y la economía. Y lo lógico, es que lo haga de la mano de sus colegios profesionales.

¿Qué rol están jugando los colegios profesionales en la transformación del colectivo?

El rol que los Colegios de Abogados deben jugar en la llamada transformación digital de la abogacía está aún en proceso de definición en la mayoría de los países europeos, si bien en algunos, éste es mucho más claro y de liderazgo que en otros.  Hace solo unas semanas el Council of Bars and Law Societies of Europe (CCBB) publicó un informe llamado “Guide on the use of Artificial Intelligence-based tools by lawyers and law firms in the EU”, en el que citaba como ejemplo de buena práctica la que lleva a cabo el Conseil National des Barreaux en Francia, en el desarrollo y la investigación relacionados con las herramientas de inteligencia artificial.

En efecto, este país es, de entre los estados europeos, uno de los que está liderando la modernización. Sus colegios son citados con frecuencia como caso de éxito en la promoción de la transformación del colegiado, por dos tipos de acciones: las formativas y la red de incubadoras desde las que promueven que los abogados emprendan y desarrollen soluciones LegalTech (El Réseau National des Incubateurs de Barreux es una asociación, que fue creada por iniciativa del Colegio de Abogados de París en octubre de 2017 y tiene como objetivo federar las Incubadoras de todos los Colegios de Abogados franceses).

En nuestro país los colegios de abogados no están siguiendo un patrón común. Mientras unos pocos llevan a cabo acciones consistentes esencialmente en formar al colegiado en materia digital (incluyendo más bien el Derecho Tecnológico y en menor medida otros temas igual de importantes como: el emprendimiento, la innovación, la transformación digital y el análisis y enseñanza del manejo de tecnologías específicamente diseñadas para nosotros los juristas)  y en la organización o el apoyo puntual de algún evento de los que tienen capacidad transformadora, como los hackáthones. En la avanzadilla estarían colegios como Madrid, Málaga y Barcelona. Recientemente el ICAM anunciaba la creación, bajo la dirección de Francisco Javier Orduña, del Instituto de Investigación e Innovación Jurídica I+D ICAM siguiendo la estela del fundado por el ICAB, Instituto I+Dret. Por su parte, el Colegio de Abogados de Málaga presentará en los próximos días su Oficina de Desarrollo Profesional ODP, desde donde este año impulsará con la colaboración del Instituto de Innovación Legal entre otras actividades, un hackathon y otras dirigidas a analizar y debatir sobre el futuro de la abogacía. Otros colegios, apenas han comenzado a asomarse a este nuevo mundo.

¿Qué rol deberían jugar los Colegios de Abogados?

En nuestra opinión, uno fundamental. Sin embargo, no todos tienen las mismas posibilidades. Éstas dependen en esencia del equipo humano con el que cuentan y de los presupuestos y éstos dependen a su vez, del número de colegiados que tienen y de las subvenciones y ayudas públicas que pueden llegar a recibir y estas últimas, ahora con el plan Next Generation, pueden llegar a ser muy interesantes.

Tal y como señala el informe antes citado “…a medida que las herramientas de IA se conviertan en una parte más útil del conjunto de herramientas de un abogado, los colegios de abogados tendrán que considerar si hay formas adecuadas de apoyar a los abogados en sus propias jurisdicciones”. Sin embargo, tal y como indicaba también el informe: “No puede haber una receta única para los colegios de abogados sobre qué hacer dentro de la UE, porque lo que los colegios pueden y se espera que hagan depende de las diferentes circunstancias nacionales”. El informe sugiere a continuación una serie de acciones, como:

  1. Crear directorios de soluciones de Inteligencia Artificial (IA).
  2. Revisar soluciones emitiendo informes sobre ellas.
  3. Contratar a terceros para que evalúen o validen que las soluciones corresponden a lo que publicitan de ellas sus titulares.
  4. O fomentar la estandarización en ámbitos tan importantes como los formatos de exportación e intercambio de datos o las API, que podrían resolver los graves problemas de dependencia de los proveedores y de fragmentación de los mercados.

Por otra parte, el informe propone que los colegios de abogados desempeñen un papel activo en la defensa de los principios fundamentales de la profesión en interés de los clientes y del Estado de Derecho, algo que en su opinión puede sobre todo afectar a los pequeños despachos y a los abogados independientes que ofrecen sus servicios a través de plataformas en línea (Marketplace), cuando las recomendaciones algorítmicas no resulten ser independientes. Además, el informe alerta del riesgo que corren la libertad de pensamiento y expresión del abogado, así como la libre competencia, exactamente en línea con este otro artículo que hace solo unos días nos publicaba Hay Derecho.

En mi opinión, todas estas propuestas del CCBB son interesantísimas, pero:

  1. No deberían circunscribirse al ámbito de las soluciones de IA, sino ampliarlo al de la familia completa de las LegalTech. Y sí, desde luego, que los Colegios podrían realizar una labor estupenda, sirviendo de filtro en lo relativo a la oferta de LegalTech, analizando todas las soluciones, creando fichas informativas sobre ellas, pero siendo siempre ecuánimes con todos los proveedores del mercado. Es decir, respetando la llamada “neutralidad tecnológica” por razones obvias: evitar distorsionar el mercado y ofrecer al colegiado una visión completa de la oferta existente. Para poder hacer este trabajo de filtrado e información correctamente los colegios pueden apoyarse en recopilatorios de soluciones como comparador-legaltech.com o desarrollar sus propios directorios.
  2. Además, las propuestas que se acometan deberían formar parte, como he señalado antes, de un plan de transformación digital de la profesión de abogado, que incluyera entre sus líneas de trabajo, otras tan necesarias como:
    1. La creación de centros de análisis y prospectiva.
    2. El desarrollo de mecanismos que fomenten la colaboración interdisciplinar.
    3. Centros especializados en User Experience (UX), desde donde se profundice en el conocimiento del cliente / ciudadano /consumidor. Solo comprendiendo los cambios de patrón que se están produciendo y acercándonos a ellos, podremos los abogados transformarnos de la forma más idónea para afrontar el futuro con éxito.
    4. El diseño de actividades que permitan aprender haciendo y conocer las metodologías más comúnmente usadas para innovar y desarrollar tecnología.
    5. Imbricar los ODS en ese necesario plan para empapar a la abogacía en su conocimiento y lograr que el colectivo se convierta en adalid del desarrollo sostenible y de los derechos fundamentales.

¿Por dónde empezar?

Nuestra propuesta es que los colegios hagan un primer ejercicio, consistente en responder a esta serie de preguntas, que son las que en algún momento tendrán que centrar el debate y sobre las que deberían girar las acciones a realizar en el futuro: ¿Cuáles son las competencias y conocimientos que deberían tener sus colegiados para alcanzar el llamado “digital mindset”? ¿Cuál es el estado de la técnica en LegalTech?, ¿Qué soluciones LegalTech deberían conocer y utilizar nuestros colegiados? ¿Qué rol vamos a realizar para ofrecer a los colegiados la información que necesitan sobre soluciones LegalTech? ¿Vamos a validarlas, llegando incluso a “certificarlas”? ¿Negociaremos condiciones especiales para nuestros colegiados aprovechando nuestro que representamos a un colectivo tan numeroso? ¿Debería el Colegio invertir en algún desarrollo de software porque no existe solución alguna para cubrir una necesidad relevante del colectivo? ¿Debería patrocinar y/o albergar el Colegio una incubadora, aceleradora o lab? ¿Debería invertir o subvencionar el Colegio en soluciones LegalTech de terceros? ¿Debería ofrecer un calendario completo de actividades dirigidas a fomentar la innovación? ¿Cómo podría el Colegio apoyar los datos abiertos y la mayor y mejor interoperabilidad de los sistemas?  ¿Qué debería hacer el Colegio para apoyar la defensa frente al uso abusivo o inadecuado de la tecnología y garantizar así el respeto de los derechos fundamentales de la profesión en interés de los clientes y del Estado de Derecho?

Ahí las dejo… por si a fueran de ayuda a algún Colegio que decida dar respuestas al inaplazable reto de apoyar de forma expresa la transformación digital de sus colegiados.  Las respuestas de cada colegio serán seguro distintas, como distintas serán las propuestas a realizar a sus miembros, lo que no es distinta es la necesidad que todos los abogados tienen de que lo digital sea parte esencial del servicio que les ofrece su Colegio profesional.

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