18 mayo 2020

Cómo los tribunales españoles y del mundo se adaptan a los juicios online

Jorge MorellPor Jorge Morell

El pasado 6 de mayo tuvo lugar en España el considerado como primer juicio mediante Internet. El mismo se celebró en el juzgado número 2 de Barbastro y trató sobre la modificación de las medidas de custodia de una menor en un divorcio. Mientras que los abogados de las partes y la fiscalía participaron desde casa, la jueza, la secretaria judicial y la auxilar lo hacían en sala.

Algunos días después, el 11 de mayo, tenía lugar el primer juicio telemático en la jurisdicción contencioso – administrativa, en este caso en el juzgado número 2 de Santander. Se trataba del recurso contra una sanción urbanística en el que la parte recurrente solicitó la celebración de la vista oral por medios telemáticos para evitar un tercer aplazamiento del juicio.

A los pocos días, el juzgado número 1 de lo contencioso – administrativo en Elche fijó 12 vistas en remoto para el próximo día 1 de junio, tras ver el ejemplo de Santander y entender que era posible seguir sus pasos.

Estos y otros ejemplos son muestra de la nueva normalidad introducida en parte del sector legal nacional, concretamente el que hace referencia a la transformación digital de la Justicia, tras la llegada del Real Decreto-ley 16/2020, de 28 de abril, de medidas procesales y organizativas para hacer frente al COVID-19 en el ámbito de la Administración de Justicia.

 

De hecho, el Consejo General del Poder Judicial está trabajando en una guía para la celebración de juicios telemáticos que perfilará mucho más el cómo se pueden hacer, indicando las condiciones preferentes, las tecnologías recomendadas o las mejores pautas a seguir.

Todo ello pone de manifiesto que la maquinaria de los juicios online se ha puesto en marcha en la Justicia española. Sin duda llevará tiempo su generalización, ya que existe un obvio problema a nivel de medios técnicos disponibles y formación de los participantes en cuanto a la tecnología a utilizar. Además, deben resolverse cuestiones jurídico-tecnológicas, como la identificación de las partes, la integridad documental, la garantía del principio de inmediación o el cumplimiento de la tutela judicial efectiva.

De hecho, el propio Tribunal Constitucional pone pegas al formato online, al haber suspendido sus plenos en línea por miedo a ciberataques y argumentar que las deliberaciones de las sentencias requieren un debate presencial que es más fácil de realizar alrededor de una mesa.

A pesar de los pesares, de todos estos acontecimientos transpira la sensación que ha comenzado algo que difícilmente va a deshacerse. Tardará más o menos en ser lo común o incluso una opción habitual válida. Pero ahora sí, el primer paso en firme ya se ha dado.

Ahora bien, ¿cómo lo están haciendo en otros países?

El sector legal anglosajón es el que sin duda ha tomado con mayor impulso la oportunidad generada. Por ejemplo, los juzgados y tribunales de Inglaterra y Gales han usado tecnología, ya sea audio o vídeo, en más de 3000 procesos a lo largo del mes de abril.

Los tribunales supremos de EE.UU., la India, China, el Reino Unido, Singapur, Noruega o Brasil han gestionado asuntos en las últimas semanas mediante videoconferencia, indicando por ejemplo cómo las partes y terceros como periodistas pueden participar o asistir. La Corte Suprema italiana permite las conexiones en remoto desde inicios de mayo, considerando el espacio en el que el juez se encuentra como si de una sala de vistas se tratara. Por su parte, la Corte Suprema irlandesa publicó su experiencia con los primeros procesos online.

Al otro lado del mundo, los tribunales de Nueva Zelanda han publicado sus guías de actuación para realizar juicios online mediante Microsoft Teams, al igual que los de Australia. Por su parte, los jueces de la Corte Nacional de Justicia y de las Cortes Provinciales de Ecuador están ya usando Zoom para realizar audiencias en remoto. Al igual que en Perú, México o Argentina, donde también se ha dado el salto a lo virtual para permitir que la Justicia siga funcionando.

Por su parte, el Colegio de Abogados de Ontario (Canadá) aprobó recientemente una guía de mejores prácticas en juicios telemáticos, incluyendo tres checklists sobre la preparación del caso.

En Estados Unidos el uso de tecnología en tribunales seguramente haya sido incluso más acentuado que en otros países, con el Centro Nacional sobre el Estado de los Tribunales mapeando cómo en cada estado se están usando las vistas online, con el estado de Nueva York monitorizando a diario cómo y dónde se están aplicando los juicios online y con múltiples ejemplos y experiencias sobre ello.

De hecho, una reciente encuesta a más de 700 jueces de EE.UU. indicaba que el 48% está utilizando Zoom en sus vistas online, mientras que el 25% aplica WebEx.

La verdad es que podríamos estar enumerando muchos más ejemplos: en Uganda, Nigeria, Sudáfrica, Japón, Suiza, Rumanía, Chile o Qatar, por citar algunos. La casuística es casi infinita.

De tantos y tan variados ejemplos parece ponerse de manifiesto que se ha puesto en marcha un cambio que difícilmente va a dar marcha atrás. Sin duda existen numerosos obstáculos que deberán ser resueltos, hay falta de medios, debe mejorarse la formación de los participantes y surgirán nuevas problemáticas, pero la nueva normalidad de la Justicia va a tener una vertiente digital que difícilmente alguien podía predecir a inicios de año.

La seguiremos de cerca, aunque sea en remoto.

Jorge Morell
Fundador de Legaltechies
TWITTER:Jorge_Morell

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