22 diciembre 2025

Una segunda oportunidad tras la ruina: la historia de un autónomo que recuperó su vida

David Muñoz Por David Muñoz
CEO y socio fundador de Ézaro Legal

Un autónomo que vio su negocio destruido por un accidente ha logrado exonerar más de 151.000 euros de deuda gracias a la Ley de Segunda Oportunidad. Su historia es un testimonio de resiliencia y una llamada de atención sobre una herramienta legal que, aunque conocida, sigue siendo una gran desconocida para muchos.

La vida de este autónomo cambió por completo cuando un accidente eléctrico arrasó con su negocio. Lo que siguió fue una espiral de deudas que parecían no tener fin. «Llega un punto en el que tu forma de vida se adapta por completo. Asumes que vives de alquiler, que no conseguirás ningún préstamo ni podrás tener propiedades, ni siquiera cambiar de compañía de teléfono», relata.

Fue entonces cuando, casi por casualidad, descubrió la Ley de Segunda Oportunidad. «Sabía que existía, pero pensaba que solo era para empresas», admite. Esta ley, sin embargo, también ampara a particulares y autónomos que, como él, se encuentran en una situación de insolvencia fortuita.

El camino no fue fácil. Revivir el trauma, recopilar documentos y someterse a un control exhaustivo de sus finanzas fue un proceso emocionalmente agotador. «Lo más duro, emocionalmente, es ver lo mal que lo pasan los que más quieres y el miedo constante a que cualquier paso en falso vuelva a hacerles sufrir», confiesa. No sentía vergüenza ni culpa, sino «rabia e impotencia por haber llegado a esa situación por pura mala suerte».

Uno de los conceptos clave en este proceso es la «buena fe», demostrar que la insolvencia no fue provocada. En este caso, el accidente eléctrico fue la prueba irrefutable. «La buena fe significa haber hecho las cosas correctamente, haber trabajado y cumplido con tus obligaciones hasta donde te fue posible, y que aun así la situación se te fuera de las manos por algo que no podías controlar», explica.

Tras un año de incertidumbre, la resolución favorable llegó el pasado 22 de octubre de 2025. Este autónomo se enfrenta ahora a un plan de pagos de poco más de 500 euros durante 5 años, una cifra asumible frente a la losa de más de 151.000 euros que arrastraba. «Evidentemente es un alivio. Sabes que, en poco tiempo, tendrás un desahogo económico cuando ya habías asumido que ibas a estar embargado toda la vida».

Lamenta la falta de información clara sobre la ley y la lentitud de la burocracia, que en su caso retrasó la paralización de los embargos. Sin embargo, su mensaje para otros autónomos en su misma situación es claro: «Que presenten su caso. Si cumple los requisitos, sé que lo van a defender con toda la profesionalidad. Y si no pudiera tramitarse, al menos no perderán nada más que un poco de tiempo, y obtendrán una orientación clara sobre su situación y las opciones que tienen».

Su historia es un ejemplo de que, incluso en las circunstancias más adversas, existen salidas. La Ley de Segunda Oportunidad se presenta como una herramienta fundamental para que las personas ahogadas por las deudas puedan, como su propio nombre indica, tener una segunda oportunidad.

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