28 junio 2021

Servicio de Orientación Jurídica en estado de alarma: el valor de un servicio esencial

EL TURNO QUE CAMBIA LA HISTORIA

Durante los meses de confinamiento del año pasado, los teléfonos de los Servicios de Orientación Jurídica (SOJ) no pararon de sonar. Y no solo para resolver dudas legales. “Vivimos situaciones muy dramáticas, como el de una mujer que tenía un cadáver en casa y no sabía qué hacer con él”, recuerda Elena Ruiz, coordinadora de uno de los SOJ de Madrid.

En esos días tan difíciles al inicio del confinamiento, con nuevas leyes y cambios legales prácticamente a diario, los teléfonos de estos servicios, dependientes de los Colegios de la Abogacía, fueron de las pocas líneas oficiales que funcionaron sin tregua después de que sus oficinas cerraran y habilitaran la atención exclusivamente telefónica. “Éramos de las pocos teléfonos en los que la gente encontraba alguien al otro lado. Y notábamos que se sentían reconfortados y escuchados”, recuerda Ruiz.

El Colegio de Abogados de Valladolid fue de los más previsores y desvió el teléfono del Colegio y el del SOJ al personal de guardia del Colegio, según su actual decano, Javier Martín, que entonces era encargado de la Comisión del Turno de Oficio. “Uno de los aspectos positivos de la pandemia es que se ha mantenido el sistema de cita previa para acudir a este servicio. Esto ha venido para quedarse”, declara Luis Nieto, consejero de la Abogacía y anterior decano del Colegio de Abogados de Salamanca.

Muchas de las consultas que se recibían eran sobre temas laborales. “Ciudadanos que habían acudido a su lugar de trabajo y, sin previo aviso, se lo encontraron cerrado o personas que no habían recibido ninguna cantidad desde hace meses y habían entrado en ERTE. Muchos casos no podríamos resolverlos, pero tampoco tenían dónde llamar ni nadie que se los resolviera. El SEPE y los Servicios de Ayuda Social estaban cerrados y todas las tramitaciones eran a través de internet”, cuenta Marisol Cuevas,  directora de Servicios a la Ciudadanía del Colegio de Abogados de Madrid.  Pero no solo hubo consultas laborales: “Muchos ciudadanos no sabían cómo presentar una solicitud o pedir una pensión de viudedad vía telemática, asesoramiento que también desde el Colegio les ofrecíamos”, añade Cuevas.

“Los casos que predominaban en las solicitudes eran de derecho laboral, reflejo de la crisis económica y de derecho civil y bancario, desde hipotecarios hasta monitorios”, destaca Carles Lorente, abogado de Sabadell y miembro de la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita del Consejo.

La pandemia puso a prueba el compromiso social de los abogados adscritos al turno de oficio. Coordinación, comprensión y colaboración. Esas fueron las claves de los abogados para seguir prestando el servicio de asistencia jurídica durante todo el estado de alarma. Determinados servicios, como el prestado por los SOJ, pudieron pasar a realizarse de manera exclusivamente telefónica. Pero hubo otros, como la asistencia que se ofrece durante las guardias del turno de oficio, que siguieron siendo presenciales. Y en los primeros días del confinamiento se llevaban a cabo sin las medidas más imprescindibles de seguridad.

Los abogados lamentan que no había medidas de protección en los juzgados. “Teníamos que procurarnos nosotros mismos los medios y muchos compañeros se negaron a prestar el servicio o pusieron las quejas correspondientes”, según Lorente. Según Martín, los centros de detención eran un caos. “Te dejaban en un cuartucho con el detenido sin distancia y sin ventilación, sin guantes y sin mascarilla”.

Para asegurar las asistencias, el Colegio de Abogados de Valladolid creó una bolsa de ayuda en guardias, para que voluntariamente se apuntaran letrados durante el confinamiento. Pero en cualquier caso, gracias al compromiso de los profesionales de la abogacía nadie que lo necesitara se vio privado de la asistencia jurídica durante lo más duro de la pandemia.

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