07 agosto 2012

La periodista Lydia Cacho sale de México tras ser amenazada de muerte

La periodista mexicana Lydia Cacho ha decidido abandonar México temporalmente tras recibir nuevas amenazas de muerte. Cacho ha confirmado a través de Twitter que es una medida de seguridad: “Solo salí mientras hacemos estrategia de seguridad. Nadie me sacará de mi hogar”.

Según Amnistía Internacional México, Lydia Cacho estaba en su casa de Cancún trabajando el 29 de julio cuando su transductor de mano, utilizado únicamente para emergencias, se encendió solo. Ella respondió, pensando que podría ser un colega del trabajo, y oyó una voz de hombre que la llamaba por su nombre y le decía: “Ya te lo dijimos, pinche puta, no te metas con nosotros, se ve que no aprendiste con la vueltecita que te dieron. La que te va a tocar va ser en pedacitos, así te vamos a mandar a casa, en pedacitos, pendeja”. Lydia Cacho ha denunciado formalmente esta amenaza ante la Procuraduría General de la República.

Un portavoz de Artículo 19, asociación que defiende los derechos de los periodistas mexicanos,  considera que el Estado ha respondido de manera “muy lenta y a cuentagotas” en este caso. “El riesgo que viene enfrentando Lydia Cacho lleva varios años y pese a todas las denuncias y la presión internacional, las autoridades no han actuado con diligencia”.

Artículo 19 asegura que la periodista cuenta con una amplia red de apoyo y que su estado anímico es bueno. “Ella es una persona muy fuerte, muy consciente de los riesgos que sufre, pero a la vez muy apegada a sus convicciones. Por eso sabe que esta lucha no es solo por ella, sino también por muchos otros periodistas. Si en un caso como el de Lydia, tan conocido, el Gobierno ha sido tan lento, cuánto más lo es con los periodistas anónimos de Juárez o Veracruz”.

Lydia Cacho empezó a recibir amenazas y a sufrir acoso tras publicar en 2005 Los demonios del Edén un libro en el que sacaba a la luz una red de pornografía infantil que, al parecer, actuaba con el conocimiento y la protección de políticos y empresarios de los estados de Quintana Roo y Puebla. A consecuencia de las denuncias por difamación presentadas contra ella y de los irregulares procedimientos judiciales, en diciembre de 2006 fue detenida y sometida a amenazas y acoso. Después de eso, se publicaron en los medios de comunicación conversaciones telefónicas intervenidas en las que se implicaba en su detención y acoso a ex altos cargos gubernamentales del estado de Puebla. Desde entonces, Lydia Cacho ha seguido recibiendo amenazas, en ocasiones como represalia por su trabajo como periodista y defensora de los derechos humanos en un albergue para mujeres en Cancún.

En 2009, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió al gobierno mexicano que adoptara medidas cautelares para Lydia Cacho. En 2010, Lydia Cacho publicó otro libro, Esclavas del poder, en el que, una vez más, sacaba a la luz la trata de mujeres y niñas y revelaba los nombres de individuos presuntamente vinculados a estas redes delictivas.

PERIODISTA, PROFESIÓN DE RIESGO

Los periodistas de México corren un grave peligro de ser agredidos o asesinados a causa de su trabajo. Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, al menos 70 periodistas han sido asesinados desde el año 2000, y sigue sin conocerse el paradero de otros 13 periodistas secuestrados. Quienes investigan o denuncian la delincuencia y la corrupción están especialmente expuestos a ataques o intimidación. En la gran mayoría de los casos, los responsables no comparecen ante la justicia, lo que crea un clima de impunidad.

 

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