30 octubre 2023

Fundación Abogacía pone en marcha en dos prisiones la VII edición del programa “Restauravidas”

El programa “Restauravidas” de la Fundación Abogacía Española ha comenzado su VII edición en octubre en el centro penitenciario de Soto del Real, con 20 españoles que han sido trasladados de Perú, Australia, Japón, Alemania, Colombia, Francia y Noruega para terminar de cumplir sus condenas en España, y en el de Alcalá Meco con seis mujeres españolas que han llegado de Perú, México y Chile.

Este programa forma parte del proyecto de apoyo a personas españolas presas en el extranjero, que fue lanzado en 2016 con el objetivo de ofrecerles asesoramiento jurídico y apoyo en sus solicitudes de traslado a España para terminar de cumplir sus condenas en centros penitenciarios más cercanos al lugar donde tienen arraigo.

Si bien el momento de la llegada a España es de alivio y muchísima alegría, también es cierto que supone el comienzo de nuevos retos y desafíos. Para la mayoría se trata del primer delito cometido y por ello no conocen el régimen penitenciario español a su llegada.

Desde la Fundación se ha identificado que el tiempo que pasan en un centro penitenciario en Madrid hasta que se les concede nuevamente el traslado al centro más cercano posible a sus provincias podía ser un momento idóneo para ofrecerles participar en un programa que hiciera de puente emocional entre la experiencia vivida en la prisión extranjera y su llegada a España.

A este programa se le llamó Restauravidas y está basado en los principios de la Justicia Restaurativa. Desde el centro penitenciario Madrid V en Soto del Real, para hombres, y Madrid I en Alcalá Meco, para mujeres, filtran en sus bases de datos quienes han llegado trasladadas del extranjero y les proponen participar en una primera sesión informativa en la que se les explica en qué consiste el programa, la metodología empleada y los principios de la justicia restaurativa.

Las personas deciden libremente sobre su participación y a partir de ahí se constituye el grupo. Las sesiones están distribuidas en 10 sesiones semanales facilitadas por personas expertas en justicia restaurativa y la herramienta utilizada para llevar a cabo esos encuentros restaurativos es el círculo.

En las sesiones se comparte y se reflexiona sobre las vivencias personales en relación con la detención, el proceso judicial, la experiencia en la prisión extranjera, la llegada a España, la revinculación familiar con los seres queridos, la preparación de los encuentros con familiares, la responsabilización del delito y la reparación del daño.

El grupo se va conociendo poco a poco, generando una identidad común y se crea confianza entre los propios participantes y con las facilitadoras. El sentirse en un espacio de diálogo seguro les permite compartir vivencias que no han podido expresar con nadie, y el círculo les hace sentirse vistos, escuchados, tenidos en cuenta.

A pesar de venir de países muy diversos y tener circunstancias de vida dispares, encuentran en ese espacio común a otras personas con las que poder sentirse identificados. Para quienes vienen de vivir en ocasiones situaciones límite en las que se han sentido ciudadanos invisibles y de segunda, estos encuentros les abren una ventana a volver a confiar poco a poco en el sistema y en ellos mismos.

Una vez forjada la confianza del grupo, se reflexiona en torno al reconocimiento de la responsabilidad por el delito cometido y al intento de reparación del daño ocasionado. Estos encuentros restaurativos grupales no suelen finalizar con el encuentro entre la persona ofensora y la persona ofendida como en otras modalidades de programas basados en la justicia restaurativa, debido a que la mayor parte de las personas participantes están condenadas por delitos contra la salud pública y no hay una víctima directa.

Sin embargo, se reflexiona igualmente en torno a la reparación del daño a la comunidad a través de la representación de organizaciones que atienden casos de personas con toxicomanías, y de una manera especial, se trabaja en torno a la reparación a los familiares, como víctimas directas ante la experiencia vivida.

Hoy en día, 918 personas españolas (803 hombres y 115 mujeres), se encuentran en situación de privación de libertad en 70 países del mundo. El 55% lo hace por delitos vinculados al tráfico de drogas y este porcentaje sube a casi el 70% en el caso de las mujeres.

Desde que se inició el proyecto han participado 76 personas a las que se ha acompañado en las diferentes fases de sus procesos. En la Fundación Abogacía confiamos en la justicia restaurativa como enfoque de la justicia, y como herramienta de transformación de las personas para reconocerse, responsabilizarse y retomar la propia vida.

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