06 agosto 2012

La Subdirección de Seguridad del penal de Zuera ha prohibido a ASAPA el contacto con los presos adscritos al FIES

Este titular resume la noticia aparecida el 5 de agosto en el Periódico de Aragón. Los indicios apuntan a una represalia. Desde hace 11 años, la Asociación de Seguimiento y Apoyo a Presos en Aragón (ASAPA) mantenía contacto con los presos adscritos al FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento). Instituciones Penitenciarias no ha ofrecido ninguna razón para la prohibición, tampoco a la propia Asociación.

No ha gustado, al parecer, el informe que remitió la asociación al Comité contra la Tortura del Consejo de Europa y al Relator Especial de la ONU para la Cuestión de la Tortura. En él se denunciaban las condiciones de los presos en primer grado (el régimen de mayor aislamiento en prisión) en Zuera y Daroca, y se aportaban algunas denuncias sobre presuntas torturas ocurridas en los últimos cinco años en ambas cárceles.

El informe dirigido a la atención del relator especial de la ONU era crítico con la situación y lamentaba tener que comprobar cómo el incumplimiento de las previsiones legales referidas en particular a este régimen de cumplimiento de condena ha sido continuado en el tiempo en la prisión de Zuera, se mantiene a día de hoy lamentablemente, y las afecciones a la salud mental y física que acarrean para quienes están sometidos a esta modalidad de encierro van mucho más allá de las cargas que como personas bajo custodia, sometidas a la relación especial de sujeción con la administración del Estado, tienen obligación de soportar.

Instituciones Penitenciarias podía haber optado por leer el informe detenidamente y adoptar las medidas oportunas, en los casos y situaciones que debiera hacerlo, quizás no ha querido ver lo que ocurre allí, quizás no le ha interesado contar con observadores externos que saquen a la luz aquello que es denunciable. El saldo final de todo esto, aislamiento total de estos presos, cárceles dentro de otras cárceles como matrioskas que se suceden, y perjuicios irreparables para los internos en régimen FIES, pero también para la imagen de la Institución Penitenciaria, aunque ella no lo esté percibiendo así.

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