03 octubre 2025

Prohibir las granjas de pulpos en España: el momento es ahora

Por María González Lacabex, coordinadora del Grupo de Estudio de Derecho Animal del Colegio de la Abogacía de Bizkaia. Miembro de INTERCIDS, Operadores jurídicos por los animales.

Desde que en 2021 una multinacional anunciara su intención de instalar una granja de pulpos en España se ha suscitado una gran contestación ciudadana que a día de hoy sigue demandando a los poderes públicos que eviten este tipo de actividad, por su crueldad para los animales y por sus nocivos efectos sobre el ya deteriorado medio marino.

La asociación INTERCIDS-Operadores jurídicos por los animales elaboró una propuesta para la prohibición de la acuicultura con pulpos en España, que fue registrada como proposición de ley en el Congreso de los Diputados y que actualmente se encuentra pendiente de su toma en consideración.

Se trata de la primera iniciativa legislativa en este ámbito que, a través de la modificación de la Ley de Cultivos Marinos, busca prohibir la explotación industrial intensiva de pulpos, en respuesta al rechazo frontal expresado por la ciudadanía, la ciencia y entidades de protección del medio ambiente hacia esta actividad, todavía inexistente en nuestro país.

Un animal altamente inteligente, cuya naturaleza salvaje y atributos quedarán aniquilados y que sufrirá en estas granjas

Los estudios científicos sobre los pulpos han demostrado que son animales con una gran complejidad cognitiva y conductual, memoria, curiosidad y capacidad para explorar, utilizar instrumentos, resolver problemas complejos, planificar y anticiparse. La evidencia científica también indica que los pulpos pueden padecer dolor físico y emocional, así como recordar ese sufrimiento y experimentar temor.

Los pulpos son animales únicos cuya cría y confinamiento en granjas, además de ser cruel, supone aniquilar las características naturales de un animal salvaje. Mantenerlos en cautividad es destruirlos, es incompatible con sus necesidades, sometidos a un entorno sin estímulos y con riesgo de sufrir lesiones y enfermedades. La mayoría de los pulpos son solitarios por naturaleza y se ha documentado que en situaciones de confinamiento y hacinamiento se automutilan o se agreden entre ellos. Por otro lado, hay evidencia de que la falta de estimulación ambiental puede tener un impacto perjudicial en los atributos y capacidades cognitivas del pulpo. Además, tampoco existe un método que permita aturdirlos antes de matarlos, sin provocarles dolor ni angustia.

Multitud de consecuencias negativas para el medio marino

En un momento en el que la protección de los ecosistemas y la biodiversidad marina es cada vez más necesaria y urgente, no pueden obviarse los negativos impactos y daños al océano asociados a la cría y explotación intensiva de estos animales (cuyo consumo hasta ahora procede de la pesca artesanal). Estos negativos impactos incluyen vertidos al océano, uso de productos químicos y tóxicos, o emisiones de CO2, entre otros. Existe también el riesgo de que pulpos criados en cautividad, con mermadas y disminuidas capacidades, sean liberados accidentalmente al mar, afectando negativamente a otros pulpos y al equilibrio ecológico. Por no hablar de los riesgos que las explotaciones de animales conllevan también para la salud pública, por ejemplo, en relación con las resistencias a los antibióticos.

A lo anterior hay que añadir que la acuicultura con especies carnívoras como los pulpos presenta en sí misma un problema de insostenibilidad: su actividad se centra en mantener en cautividad y explotar animales salvajes que para alimentarse necesitan proteína de otras especies de animales acuáticos, lo cual conllevaría una mayor presión pesquera sobre las poblaciones de peces y crustáceos.

Como ha afirmado INTERCIDS, todas estas negativas consecuencias, sobre los animales y sobre el ya muy fragilizado medio marino, no pueden ser asumidas en favor de la explotación industrial masiva del pulpo, que ni resulta un alimento básico ni responde a necesidades de seguridad alimentaria que justifiquen su producción intensiva en granjas. Es por ello que la asociación, integrada por jueces, fiscales, abogados, procuradores, agentes de policía y forestales, apuesta por su prohibición legal.

Modificación de la Ley de Cultivos Marinos y base competencial

La propuesta de INTERCIDS consiste en modificar la Ley 23/1984, de 25 de junio, de Cultivos Marinos para prohibir la acuicultura con pulpos para consumo y otros fines productivos, así como la comercialización de pulpos procedentes de estas granjas.

Para ello, la entidad apela a la competencia del Estado para legislar de manera básica sobre protección del medio ambiente y planificación general de la economía, a la vez que se respetan las competencias de las Comunidades Autónomas sobre acuicultura y la gestión medioambiental.

Obligada aplicación del principio de precaución

Los poderes públicos tienen el deber de proteger el medio ambiente y los animales. Y tienen que hacerlo aplicando el principio de precaución. En virtud de este principio, cuando una actividad puede tener efectos potencialmente peligrosos, debe ser evitada y prevenidos sus impactos.

En el caso de las granjas de pulpos se trata de una actividad totalmente nueva, sobre la que ya sabemos que, de forma inevitable, conllevará consecuencias dañinas para estos animales y para el medio ambiente. Teniendo en cuenta esos negativos impactos, debe prohibirse. Y considerando que en la actualidad es una actividad inexistente, el momento de prohibirla es ahora.

Fuentes:

Página web de INTERCIDS

https://intercids.org/intercids-propone-la-prohibicion-legal-de-las-granjas-de-pulpos-en-espana/

https://intercids.org/registrada-proposicion-ley-prohibir-granjas-pulpos-espana/

Texto de la propuesta redactada por INTERCIDS, publicado en el Boletín Oficial de las Cortes Generales

https://www.congreso.es/public_oficiales/L15/CONG/BOCG/B/BOCG-15-B-241-1.PDF

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