01 marzo 2022

Perros de unidades caninas de rescate: necesidades etológicas y bienestar animal

Susanna Vilaseca Hoyas. Abogada titular del despacho ÈTiC Advocats. Presidenta de la Comisión de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Terrassa. Instructora canina.

  1. ORIGEN DEL PERRO Y ADAPTACIONES FUNCIONALES

Los cánidos tienen un cerebro muy desarrollado, siendo el olfato el sentido que más destaca: una octava parte del cerebro y más de la mitad de la superficie de la nariz están destinados al olfato. Los perros tienen una superficie 10 veces superior de células olfativas que el ser humano, a parte de tener una sensibilidad 100 millones de veces superior a nosotros. Un perro puede discriminar una molécula odorífera entre millones de ellas.

Debemos tener en cuenta que los perros viven gran parte de la realidad a través de los olores, siendo capaces de saber en todo momento qué ha pasado en el lugar donde se encuentran (los perros que han pasado, cuándo han pasado, el sexo y edad, situación hormonal del animal que también ha estado allí…).

Está científicamente comprobado que el perro es perfectamente capaz de percibir las emociones de las personas, aspecto que contribuye también su olfato (se debe a la emisión y detección de feromonas).

Como ya es conocido, el origen del perro se encuentra en lobo (canis lupus). Tal como ya decía Felix Rodríguez de la Fuente, “el rasgo más destacado que se encuentra en el lobo, reside en su capacidad por establecer lazos emocionales con otros individuos”. Esta capacidad permitió al ser humano “convertir” al lobo en su mejor amigo (el perro). La relación entre los lobos y los humanos empezó hace 125.000 años, si bien diferentes estudios apuntan que necesariamente hubieron diferentes procesos paralelos de domesticación de los cánidos a diferentes partes del planeta.

La domesticación del lobo ha provocado que la mayoría de los perros tengan un comportamiento “adulterado” respeto a la conducta de la especie silvestre y siempre a favor de la funcionalidad del ser humano, que desde su origen ha venido “utilizando” para diversos fines. Esto es la clave para entender que existen diferentes razas de perros o sus cruces que actualmente su instinto y genética hacen que tengan unas necesidades etológicas que deben ser cubiertas. Si bien está claro que no todo vale ni de cualquier forma.

En efecto, los dos grandes transformadores del proceso filogenético son la mutación: modificaciones espontáneas y aleatorias del acervo genético, alteraciones, errores en el proceso de la transmisión de la información genética; y la selección: por si sola ha provocado grandes variaciones sin necesidad de aparición de las mutaciones.

Lo que tenemos claro es que todos los perros son “producto” de la selección artificial que ha venido realizando el ser humano desde hace miles de años.

  1. DIFERENCIAS CONDUCTUALES HACIA DETERMINADAS FUNCIONALIDADES

La crianza dirigida ha provocado diferencias conductuales de los perros hacia determinadas funcionalidades. En efecto según la función a la que han sido dirigidos, podemos clasificar a los perro como: pastores, de protección, de caza, nórdicos y otras funcionalidades.

En relación a los perros de caza (según funcionalidad, no los utilizados para la caza) existen diferentes subgrupos dependiendo de su identidad e impulsos instintivos (recordemos, seleccionados por el humano). La caza es la función más antigua. El ser humano, en un momento empieza a aprovecharse del olfato de los cánidos para seguir a las presas y poco a poco irían explotando otras facultades sensitivas e instintivas del perro hacia la actividad seleccionando durante años y años hasta conseguir diferentes especializaciones.

El resultado de todo ello ha sido el desarrollo y la fijación del impulso de búsqueda, de rastreo, de la presa…

  1. INSTINTO DE CAZA Y ETOLOGÍA DEL PERRO

El INSTINTO es una conducta genéticamente preprogramada (heredada) al conjunto de pautas de comportamiento, que tiene el objetivo de servir para la supervivencia del individuo y de la especie.

El objetivo de toda conducta instintiva es llegar al final de la misma a través de un acto consumatorio determinado que relaje la psique del animal y restaure el equilibrio funcional interno del organismo.

Es importante que la conducta instintiva alcance su objetivo eto-biológico y la conexión que existe con todas las funciones del organismo.

La conducta instintiva de caza es una cadena organizada de impulsos instintivos, con diferentes coordinaciones hereditarias. Cada impulso tiene una motivación autónoma propia. Hay una coordinación innata de la conducta instintiva de caza. Cada impulso instintivo pone en marcha el mecanismo del siguiente.

Los diferentes impulsos instintivos de caza son:

  • a) El rastro: es la búsqueda de emanaciones odoríferas. El olor es el estimulo clave para desahogar el impulso endógeno.
  • b) El acecho: es la espera al momento, observación de la presa. Prepara al organismo física y emocionalmente para una acción eficaz en el lance. Dentro encontramos la “MUESTRA”= acecho duradero (parada hipnótica).
  • c) La persecución: este impulso instintivo se dispara durante la fuga de la presa. Va a depender del grado de impulso del predador, hay perros con alto impulso de rastro que una vez encontrada la presa no encuentran interés…
  • d) Presa o sujeción: Viene seguido de la persecución que estimula la necesidad endógena del apresamiento. Hay perros que solamente con la persecución tienen suficiente y no tienen necesidad de agarre. El impulso llega a su fin.
  • e) Cobro o porte de la “presa”: en la naturaleza, después de la muerte de la presa esta es transportada con actitud de posesividad.
  • f) Actitud final y acto consumatorio: se tumba con la “presa” en los pies. Es la actitud final de la coordinación instintiva. Restaura el equilibrio interno óptimo.

Debemos aclarar que no todos los perros tienen el mismo grado de cada uno de los impulsos instintivos de caza. Hay perros que pueden tener solamente uno, todos, ninguno…

Ejemplo de “muestra” = acecho duradero (fuente propia)
  1. EXPRESAR LA CONDUCTA PROPIA DE SU ESPECIE

En primer lugar debemos tener presente que hay perros que tienen unas necesidades etológicas muy diferentes a otros perros. Con algunos puede ser suficiente un paseo por la ciudad, pero para otros va a ser totalmente insuficiente, necesitando desarrollar su olfato, y “sacar” su conducta instintiva (y no nos referimos a llevar al perro a cazar). En efecto, cuando un perro no puede canalizar su conducta instintiva, pensemos por ejemplo, de caza, es cuando aparecen los conocidos problemas de comportamiento tales como un perro que se lanza a morder a los ciclistas por ejemplo, un perro que persigue a perros de tamaño más pequeño hasta que los alcanza, un perro que sigue un rastro de un animal y se pierde, un perro que rompe y muerdo mobiliario en casa…. y podríamos seguir con una larga lista. Estos problemas de comportamiento, en la mayoría de los casos vienen derivados a la falta de satisfacción de sus necesidades etológicas.

Queremos dejar claro que partimos de la base que el perro tiene sus necesidades de alimentación e hidratación cubiertas, se encuentra libre de incomodidades físicas y térmicas (ambiente adecuado, refugio, área de descanso confortable), que se encuentra libre de dolor, lesiones, enfermedades, gracias a una prevención adecuada y/o un diagnóstico y tratamiento, se encuentra libre de estrés, distrés y miedo.

Pero si revisamos las 5 LIBERTADES que se deben garantizar a los animales (FAWC, 1992-1993) nos falta una igual de importante que las ya descritas: “que el animal pueda expresar las conductas propias de su especie”. En este mismo sentido, la modificación del Código Civil español, que ha entrado en vigor en fecha 5 de enero de 2022, por el que se modifica el estatuto jurídico de los animales, con la introducción del artículo 333 bis queda establecido que: “Los animales son seres vivos dotados de sensibilidad”, “El propietario, poseedor o titular de cualquier otro derecho sobre un animal debe ejercer sus derechos sobre él y sus deberes de cuidado respetando su cualidad de ser sintiente, asegurando su bienestar conforme a las características de cada especie y respetando las limitaciones establecidas en ésta y las demás normas vigentes”.

Aquí nos detendremos a pensar: la mayoría de animales (nos centraremos con los perros) que conviven o se encuentran bajo control humano, ¿consideramos que tienen un nivel de bienestar óptimo?, ¿Expresan un comportamiento social adecuado?, ¿expresan o se les permite expresar adecuadamente su conducta natural? ¿Tienen un estado emocional positivo?.

Más habitualmente de lo que podemos pensar, los perros no muestran un nivel óptimo de bienestar a causa de la intervención (negativa) humana en su desarrollo psíquico y físico.

  1. BIENESTAR EMOCIONAL Y FÍSICO DE LOS PERROS DE RESCATE

Los perros que hacen rescate, son seleccionados por sus impulsos instintivos.

Uno de los impulsos que se busca en rescate, o detección, es el de presa, que deberá estar bien canalizado y orientado hacia el motivador (mordedor, pelota etc. ..). De este modo, los perros con elevado impulso de presa, satisfacen esta necesidad y esto les aporta bienestar emocional y físico.

Los perros necesitan ejercitar el sentido del olfato. Les aporta beneficios físicos y mentales. Ayuda al perro a relajarse, reducir el estrés y estimular la mente.

Un perro que entrene y se dedique al rescate por ejemplo de personas (vivas) en grandes áreas (bosques, prados, montañas…) no significa que de deba explotar para que trabaje por nosotros. En efecto la palabra “perro de trabajo” tiene una connotación que puede ser negativa y es cierto que existen diferentes especialidades de las que no nos vamos a referir, pero lo que debe quedar claro que se trata de una actividad que aportará bienestar emocional y físico al perro siempre que el pilar básico sea precisamente su bienestar. De allí la importancia de la creación de protocolos y ya que estamos tampoco iría mal una normativa que incluya a los perros de rescate, justamente para garantizar que siempre se actúa en beneficio del perro y nunca en contra del mismo.

En efecto no todo vale a la hora de hacer rescate con el perro. El entrenamiento se debe basar en el juego, el refuerzo positivo y los tiempos de búsqueda y descanso (no vale estar 5 horas buscando) y claro está, en tener la formación profesional especializada que te habilite para ello, no vamos a hacer pruebas con un perro si no estamos formados debidamente.

Para el perro, el hecho de buscar ya es un refuerzo, repite la conducta porque obtiene un refuerzo positivo (juego). En primer lugar, con su olfato busca el olor a persona (perro de venteo) de manera libre y sin condicionamientos. Una vez encuentra a una persona hace el marcaje correspondiente para indicar que ha encontrado a alguien y se mantiene al lado de la víctima (por ejemplo ladrando). Una vez el guía llega en el lugar, le entrega un motivador (juguete) al perro y juega con él. La base del entrenamiento es el JUEGO. La relación del guía con el perro va a ser siempre basada en el respeto, la empatía, la ética, la amabilidad y el refuerzo positivo. Esto conllevará una buena base para establecer entre ellos un buen vínculo que aportará bienestar a ambos.

Tal y como hemos mencionado, concepto de bienestar animal incluye tres elementos: el funcionamiento adecuado del organismo, es decir, que los animales estén sanos y bien alimentados; el estado emocional del animal (la ausencia de emociones negativas tales como el dolor y el miedo crónico) y la posibilidad de expresar algunas conductas normales propias de la especie (Fraser et al., 1997).

Desde un punto de vista práctico, la indicación más clara de que una conducta es importante en sí misma es el hecho de que el animal muestra una respuesta de estrés o manifiesta conductas anormales cuando no puede expresar la conducta en cuestión.

Si bien en base a lo expuesto, consideramos necesario y prioritario la creación de protocolos de protección animal de los perros de rescate que tengan como base el bienestar animal ampliamente explicado, des de su selección, con valoraciones periódicas por parte de profesionales (veterinarios, etólogos…), su entrenamiento, su operatividad, lugar donde viven (des de nuestro punto de vista en casa de su guía con la familia), su jubilación… todo ello siempre con base a un equilibrio físico y psíquico. Y recordemos, no todos los perros van a poder hacer la actividad de rescate, quizá no tengan un instinto tan fuerte y no los podemos obligar, o quizá su estado de salud tampoco permita que lo hagan. En todo caso, siempre debemos tener claro que son seres vivos dotados de sensibilidad.

“Todas las virtudes del perro, la fidelidad, la nobleza, la alegría, al altruismo, la inteligencia, la sensibilidad, restan acrecentadas y acrisoladas en sus tatarabuelos, los lobos”

[FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE]

 

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