La Fundación condena la situación de la abogada iraní Nasrin Sotoudeh
La Fundación Abogacía Española manifiesta su apoyo y solidaridad con la abogada y defensora de derechos humanos iraní Nasrin Sotoudeh, Premio Derechos Humanos de la Abogacía Española 2010, encarcelada desde el 2011. La abogada fue condenada a 11 años de prisión bajo los cargos de divulgación de propaganda contra el Estado y conspiración para atentar contra la seguridad nacional. La sentencia emitida por el tribunal revolucionario número 26 de Teherán, conlleva además la inhabilitación para ejercer la profesión y establece la prohibición de abandonar el país en los próximos 20 años. Un tribunal de apelación redujo la pena a seis años de cárcel y a 10 años la prohibición de viajar y de ejercer el Derecho.
Su labor de representación legal a favor de activistas de la oposición encarcelados tras las elecciones presidenciales de junio de 2009, así como de jóvenes que se enfrentan a la pena de muerte, mujeres, menores y presos de conciencia habrían sido los motivos que desencadenaron la persecución legal inaceptable contra la abogada. Según denuncia la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán, la sentencia tendría por objetivo castigar deliberadamente el ejercicio de la defensa de los derechos humanos y la representación legal de prisioneros de conciencia.
La abogada se encuentra en huelga de hambre desde el pasado 17 de octubre en protesta por el acoso al que las autoridades están sometiendo a su familia y por las restricciones de sus derechos de visita.
La Fundación Abogacía Española condena las prácticas represivas de las autoridades iraníes hacia los abogados defensores de derechos humanos y hace un llamamiento a la repulsa por el trato inhumano, cruel y degradante que se está dando a Nasrin Sotoudeh.
DENUNCIAS DE MALOS TRATOS
Por otra parte, la activista iraní Shirin Ebadi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz, y seis organizaciones de Derechos Humanos han reclamado a las autoridades de Irán que pongan fin a los malos tratos de que es objeto la abogada Nasrin Sotoudeh, premio Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española en 2010 y recientemente galardonada con el Premio Sajarov 2012.
Asimismo, Ebadi, Amnistía Internacional (AI), Human Rights Watch (HRW), la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán, Reporteros Sin Fronteras (RSF), la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) y la Liga Iraní para la Defensa de los Derechos Humanos han exigido a las autoridades iraníes que permitan el acceso de todos los presos al tratamiento médico necesario y a las visitas de sus familias, en aplicación del Derecho Internacional de Derechos Humanos, informa Europa Press.
Los firmantes también han reclamado que se anulen las condenas impuestas a “activistas pacíficos” y que se les ponga en libertad “incondicionalmente”. “Periodistas, abogados de Derechos Humanos y defensores de derechos recluidos solo por sus actividades pacíficas: ninguna de estas personas debería haber ingresado siquiera en prisión”, afirmó Ebadi.
“Acosar a la hija de una presa o negar a ésta las visitas de su familia y la atención médica solo sirve para que se deteriore aún más la imagen de Irán en el mundo”, agregó. Nasrin Sotoudeh, abogada de Derechos Humanos de 47 años y madre de dos hijos, está encarcelada desde 2010, y desde esa fecha las autoridades la han sometido a menudo al régimen de aislamiento y le han impedido reunirse con su familia o hablar con ella.
EN HUELGA DE HAMBRE
La activista recibe tratamiento en la enfermería de la prisión de Evin (en Teherán) desde que inició una huelga de hambre, el pasado 17 de octubre de 2012, en protesta por el acoso al que las autoridades someten a su familia y por las restricciones de sus derechos de visita, según informó su esposo, Reza Jandan, a las organizaciones de Derechos Humanos.
El pasado 26 de octubre, el Parlamento Europeo anunció la concesión del Premio Sajarov a la libertad de conciencia a Nasrin Sotoudeh y al cineasta iraní Jafar Panahi.
Según Khandan, Sotoudeh se declaró en huelga de hambre tras ser informada de que las autoridades judiciales habían citado a su hija de 12 años para informarle de que no se le iba a permitir viajar al extranjero. Sotoudeh pensó que “no tenía más elección” que hacer una huelga de hambre para expresar su protesta por el acoso de las autoridades a su familia y por la denegación de sus derechos de visita, prosiguió su marido.
En los últimos tres meses, las autoridades de la prisión de Evin han impedido que los hijos de Sotoudeh visiten personalmente a su madre y han limitado severamente sus llamadas telefónicas. Aparte, hace casi un año que le prohíben ver a su madre y a su hermano.
Según el comunicado, la legislación iraní no otorga autoridad ni a los tribunales penales ni a los revolucionarios para prohibir a los abogados el ejercicio de su profesión, que es competencia del Tribunal Disciplinario de la Magistratura.