01 septiembre 2022

Criptomonedas: ¿La vuelta al trueque como medio de pago?

Por Jesús Lorente, socio en Consultoría Legal Cripto.

Hace 10.000 años, cuando las tribus abandonaron su estilo de vida nómada, nació el trueque como mecanismo para intercambiar riqueza. Con las criptomonedas, en la España moderna y tecnológica, volvemos al trueque como medio de pago.

El trueque fue el primer medio de pago, pero su uso era complicado por la necesidad de obtener dos activos con valor equivalente o la dificultad de cruzar oferta y demanda en el momento exacto. Para solucionar estos problemas, se reemplazó por el uso de elementos como las piedras, la sal, el cacao y finalmente la moneda.

En la actualidad, los medios de pagos se constituyen como herramientas para transmitir la moneda oficial de un país. Todo cambia radicalmente con la entrada en escena de las criptomonedas. Se pasa de transmitir la moneda oficial del país para comprar un bien o cancelar una deuda, a transmitir un activo digital, la criptomoneda. Es decir, intercambiamos un activo (el bien o servicio recibido) por otro activo (la criptomoneda). Es la versión moderna del trueque.

Pero, ¿es legal usarlas como medio de pago? En España la única moneda de curso legal es el euro y, por lo tanto, a falta de un acuerdo sobre el medio de pago, los acreedores están obligados a aceptar el pago en euros. No obstante, las partes pueden aceptar otros medios de pago de forma voluntaria, pero nunca de forma obligatoria. Por lo tanto, podemos decir que, si ambas partes aceptan usar las criptomonedas como medio de pago, éste sería legal, aunque con alguna limitación.

En algún país, como por ejemplo El Salvador, bitcoin se ha convertido ya en moneda cooficial, y por lo tanto ya es obligatorio aceptarlo como medio de pago.

Una de las principales ventajas del uso de las criptomonedas como medio de pago es a la hora de realizar pagos internacionales. Frente a las transferencias actuales, que pueden tardar días y tienen grandes comisiones, el pago con criptomonedas nos ofrece un servicio casi inmediato y con un coste mínimo. No obstante, a día de hoy, cuando se realizan pagos de pequeñas cantidades, resulta más eficiente el pago por medios tradicionales, debido a los tiempos de espera para la confirmación de la transacción o por las comisiones a pagar.

Otra de sus ventajas es la capa de seguridad que se consigue gracias a la imposibilidad de revertir las transacciones, el pseudoanonimato de las wallets y la no embargabilidad de estas wallets de criptomonedas.

El gran problema de su uso, sin embargo, es su gran volatilidad, como ha podido verse en las últimas semanas. Frente a esto lo más recomendable es utilizar una stablecoin una criptomoneda diseñada para mantener la paridad con una divisa, principalmente el dólar, a la que va referenciada, como, por ejemplo, el USDT o USDC, que tienen un precio muy cercano a 1 dólar en todo momento.

Otro inconveniente son sus consecuencias fiscales. Al usar el euro, ya sea en metálico o tarjeta, no se genera ningún evento fiscal ya que estamos entregando 100 euros cuyo coste fue 100 euros. Sin embargo, si para cancelar una deuda de 30.000 euros, llegamos a un acuerdo ambas partes en entregar 1 bitcoin a cambio, el que lo hace tendrá una ganancia o una pérdida patrimonial en función de cuanto le costó.

Si hubiese comprado el bitcoin, por ejemplo, en 2018 por 2.000 euros, estaría entregando un activo cuyo coste fue de 2.000 euros para cancelar una deuda de 30.000 euros, lo que genera una ganancia de 28.000 euros, que en la renta le supondría un pago de 5.760 euros de impuestos. En este sentido el uso de una stablecoin también nos mitiga este problema, ya que, al mantener la paridad con el dólar, no se generan casi beneficios o pérdidas fiscales.

El uso de las criptomonedas no se limitaría al pago de las facturas, sino que va mucho más allá. En la actualidad se están empleando ya para pagar nóminas, sobre todo a los desarrolladores de proyectos blockchain a los que se les paga en parte con los propios tokens creados. Y décimos en parte, puesto que en España el Estatuto de los Trabajadores limita el pago en especie al 30% del salario bruto. Otro uso muy común en la actualidad es la solicitud de préstamos en criptomoneda y su devolución también con dicho activo. Gracias a las Finanzas Descentralizadas (DeFi) la facilidad de obtener, conceder y finalmente devolver el préstamo con criptomonedas es tal, que lo podemos hacer en pocos minutos desde nuestro propio móvil.

A día de hoy el uso de las criptomonedas como medio de pago es residual frente a los medios tradicionales. No obstante, sus ventajas y su paulatina adopción auguran un cambio en el peso de estos activos frente a las monedas oficiales. Mientras tanto, gracias a las tarjetas de débito, de crédito, de prepago, etc, asociadas a nuestras wallets, ya podemos usar en cualquier comercio nuestras criptomonedas para pagar, aunque la otra parte no recibirá criptomonedas sino euros y ni siquiera sabrá que estamos cancelando la deuda usando criptomonedas por nuestra parte.

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