18 febrero 2021

Almudena Arpón: “En la IBA tenemos que dar un paso más, analizando las tendencias de la sociedad y ayudando desde el derecho”

Por Andrea Pardo

Almudena Arpón de Mendívil es la actual vicepresidenta de la IBA (International Bar Association), pero su carrera en la asociación es bastante amplia: desde 2009 ha sido miembro del consejo y casi desde el comienzo de su carrera colabora con ella. Su trayectoria profesional está ligada al despacho Gómez-Acebo & Pombo, donde ejerce como experta en derecho de telecomunicaciones, audiovisual y nuevas tecnologías desde 1987. La nueva vicepresidenta quiere que la IBA tome más el pulso de la sociedad y se adelante a sus necesidades, “ayudando desde el derecho”. Además intenta atraer a los abogados jóvenes, a los que considera el futuro de la IBA.

  • ¿Cuáles son los proyectos a corto y largo plazo de la IBA?

El proyecto inmediato que tenemos en la IBA es afrontar la pandemia y analizar los temas legales que se presentan desde una perspectiva global. Por ejemplo, tenemos una página web IBA/COVID 19 en la que ofrecemos un estudio global de cuestiones legales específicas, como una guía comparada de ayudas fiscales y medidas de protección al empleo de diferentes jurisdicciones. Además, hemos organizado unos 130 webinars de forma abierta y gratuita. Y nuestro buque insignia en la IBA, la Conferencia Anual, se ha hecho por primera vez completamente online, y hemos contado más de 10.000 asistentes y con participantes de un perfil muy alto como Christine Lagarde o Ursula von der Leyen. También estamos muy centrados en reforzarnos en el entorno digital.

  • ¿Cómo es la presencia actual de España en la IBA y cómo podría aumentarse esta presencia?

La presencia actual de España en la IBA es excelente. Participan abogados de grandes y pequeños despachos y muchos tiene cargos importantes dentro de la IBA. Para mejorar esta presencia tenemos tres obstáculos: en primer lugar, no se sabe bien qué es la IBA y lo que puede aportar, y esto tenemos que solucionarlo ofreciendo información. En segundo lugar, el coste de inscripción como socio puede resultar alto y hay que pensar en fórmulas de ayuda económica para determinados abogados o grupos. Y por último, hay una brecha generacional, tenemos que abrir la puerta y dar oportunidades a los jóvenes. Yo empecé muy joven en la IBA y me ha aportado mucho en mi carrera.

  • ¿Qué propone para lograr una mayor implicación institucional en la IBA?

Dar facilidades, que se vean las ventajas de participar en la IBA. Yo lo veo claro, la IBA es una plataforma única para lograr impacto. El eco que puede lograr una iniciativa que desarrolles dentro de la IBA es muy importante. Ya no es una opción, tienes que estar en foros internacionales, porque todo se ha globalizado.

  • ¿Cómo se podría ayudar a la internacionalización de los abogados españoles?

Hay una parte de la abogacía española que ya está muy internacionalizada y otra que se está quedando atrás. Tenemos que hacer un esfuerzo para ayudarles a esa internacionalización. A mí me parece que uno de los temas clave es el idioma, el aprendizaje del inglés; el segundo punto es la tecnología, hay que tener recursos tecnológicos. Hoy en día puedes internacionalizarte en el entorno digital sin tener que viajar. Y hay que apoyar en formación en esos dos temas, en esas materias podemos pensar en programas conjuntos con la IBA, la Abogacía Española e instituciones educativas.

  • ¿Se han propuesto nuevas medidas en la IBA debido a la situación actual de crisis económica?

Lanzamos un fondo de ayuda dotado con 200.000€ que han sido concedidos a entidades de ayuda legal en diferentes jurisdicciones. Es un gesto que refleja la esencia de la IBA: aportar a la sociedad mediante el Derecho. Los más vulnerables están enfrentándose a retos sin precedentes y las organizaciones de ayuda legal sin ánimo de lucro han visto mermados sus ingresos.

Hemos ofrecido de manera abierta y gratuita toda la información legal relacionada con la pandemia y además los webinars son gratuitos.

Además, la crisis ha ayudado a reforzar determinados aspectos de la Asociación , dejando claro que es algo más que una asociación para hacer reuniones o que su utilidad está restringida a los grandes despachos. Por ejemplo, estamos publicando boletines especiales sobre la libertad de expresión especialmente en plataformas digitales y también sobre protección de otros derechos humanos durante la crisis.

  • ¿Qué medidas de conciliación deberían implantarse en la abogacía?

Cuando yo empecé a trabajar no existía una preocupación sobre la conciliación, especialmente para las mujeres y se esperaban sacrificios de vida personal. La situación ha mejorado mucho, pero aún quedan medidas que adoptar. La solución reside en seguir concienciando sobre la importancia del tema y en la flexibilidad de horarios y de presencia.

Esto está siendo aún más importante durante la pandemia, que ha puesto de relieve el papel tan importante de la mujer en el cuidados a niños, ancianos y enfermos, trabajos esenciales pero infravalorados. Esto conlleva, en muchos casos, la dificultad de las mujeres o incluso su desmotivación para progresar profesionalmente, por la triste razón de falta de tiempo y agotamiento. Esta situación puede acarrear un lamentable retroceso en los avances alcanzados en la igualdad de género.

  • ¿Es efectivo el teletrabajo?

En la mayoría de los casos sí es efectivo. Pero hay que prestar especial atención a que no se pierda ni la relación humana, que es fundamental para el desarrollo personal, ni la cultura de empresa, un elemento que añade valor en el ejercicio profesional. El teletrabajo es una herramienta importante para la conciliación de la vida personal y la profesional, se trata de conseguir un buen equilibrio. Un dato reciente interesante: ahora que prácticamente todo el tiempo de trabajo se cumple teletrabajando, muchos abogados jóvenes están insistiendo en el retorno al trabajo presencial porque les resulta más atractivo. Creo que, de nuevo, hay que llegar a un equilibrio.

Yo me organizo bien, en realidad he teletrabajado desde hace muchos años. Sin teletrabajo no hubiera podido viajar, por ejemplo. Tengo buena capacidad de concentración, prácticamente puedo trabajar en cualquier sitio. Aun así, me gusta ir al despacho, ver a mis compañeros y me ayuda a estructurar la jornada.

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