25 marzo 2020

Santiago Santana, abogado y enfermero: “El juego del coronavirus para niños se me ocurrió como equilibrio entre lo divertido y lo necesario”

-Por Mercedes Núñez Avilés-

Abogado y enfermero, doctor en Derecho, decano de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales y profesor de la Universidad Fernando Pessoa de Canarias, Santiago Santana se ha propuesto enseñar a los niños a lavarse las manos jugando con el coronavirus. Su original idea se le ocurrió al poco de estallar la crisis y ya se ha hecho viral por todo el mundo digital. El abogado pintó a sus hijas en ambas manos la imagen del virus. Al final del día deben conseguir borrarlo por completo. Quien lo consigue tiene un punto. Cuando tienen 20 consiguen un premio. Así, muchos niños aprenden de forma lúdica y sin darse cuenta la importancia de lavarse las manos. Al ver que la idea funcionaba internamente y para contribuir a prevenir la enfermedad, decidió editar la infografía y mandarla a amigos en redes sociales. El éxito ha sido tal que a día de hoy ya se juega, al menos, en 24 países y el autor ha traducido la imagen al inglés, portugués, italiano, ruso, alemán y francés.

Una iniciativa educativa para que pequeños y mayores tomemos conciencia de la importancia del hábito de limpieza en esta alerta sanitaria y que demuestra además que la constancia es fundamental.

1. ¿Cómo surgió la idea del juego de limpieza del Covid-19?

Santiago Santana

El juego del coronavirus, como lo llamé desde el principio para hacerlo cercano a los niños, surgió de la manera más inesperada. La semana antes a la suspensión de las clases de mis hijas eran las fiestas del carnaval. Mi hija Lara, de 6 años, quería ir disfrazada de unicornio, así que le pintamos la cabeza de rosa con un spray. La cosa fue que me manché los dedos con esa pintura y, durante el día, anduve intentando quitármela con agua y jabón sin mucho éxito.

Al tiempo que esto sucedía, en las noticias se hablaba continuamente de la pandemia del Covid-19, y de las necesidades de extremar las medidas de prevención. Uní ambas cosas y se me ocurrió el juego: pintarle un coronavirus a mis hijas en sus manos para que estuvieran todo el día limpiándoselas con agua y jabón. Para motivarlas era necesario buscar un sistema de premios, así que se me ocurrió que por cada día que consiguieran borrarse los virus de las manos, ganarían un punto, y a los 20 puntos conseguirían un premio.

2. ¿Esperabas tal repercusión cuando editaste la infografía y la enviaste a tus amigos?

En absoluto. El día que me inventé el juego hice la infografía y esa misma noche la lancé a las redes, por si más padres la veían interesante para sus hijos. Soy profesor universitario, al día siguiente tenía clases (aún no se habían suspendido) y cuando salí de ellas vi que mi móvil tenía un tremendo número de mensajes. No se trataba solamente de texto, se adjuntaban imágenes de puños de niños pintados con el coronavirus en varios sitios de España. El primero que me llegó fue de Sevilla, a día de hoy él último que he recibido ha sido de Senegal. Entre medias contabilizo 24 países en donde sé con certeza que el juego se está usando, entre ellos,territorios tan distantes como Estados Unidos, Venezuela, Qatar, Paraguay, Argentina, Brasil, Líbano, Canadá, Austria, Bielorrusia, Alemania, Perú o Polonia.

A esa difusión tan internacionalizada contribuyó que a los pocos días, y viendo la buena aceptación que había tenido el juego en España, me animara a traducir la infografía en inglés, portugués, italiano, alemán, francés y ruso.

3. La Abogacía Española reclama la asistencia telemática al detenido y, en su defecto, la utilización de instalaciones amplias y, siempre que sea posible, la utilización de guantes y mascarillas. En ningún caso hacerlo en calabozos. ¿Qué otras medidas preventivas se podrían tomar?

En mi opinión es una reclamación lógica si atendemos a cómo es la vía de transmisión del virus. Eminentemente los contagios son por gotitas despedidas al hablar, toser o estornudar que se alojan directamente en el interlocutor (por este motivo se exige una separación física de al menos un metro y medio -o dos-) y por medio de contagio por la presencia del virus en superficies (por esto es tan importante el lavado de manos y la desinfección de superficies).

Ahora bien, debemos tener en cuenta que las mascarillas y los guantes no son milagrosos. Son solamente una barrera para prevenir el contagio, pero, al mismo tiempo, pueden ser una vía de contagio en sí, si no se usan convenientemente. Una mascarilla expuesta a las gotas del Covid-19 quedará contaminada durante horas o días. Si nosotros nos quitamos la mascarilla con las manos, y luego nos tocamos la boca, estamos recogiendo el virus de un sitio para meterlo en nuestro organismo.

Lo mismo pasa con los guantes, que pierden toda su utilidad si, por ejemplo, después de usarlos tocamos su superficie con las manos desnudas. Podemos estar contaminándonos las manos, con la falsa seguridad que nos da la presencia de los guantes y la mascarilla.

La reclamación es lógica y necesaria, pero solamente si va acompañada de formación en la prevención de los contagios y en técnicas básicas de asepsia. Desgraciadamente no creo que se haga de esa manera, y por este motivo, en mi opinión, lo más sensato es impedir la asistencia presencial al detenido, debiendo ser exclusivamente telemática, y reduciendo el riesgo de contagio a aquellas personas que necesariamente tienen que estar en contacto con el detenido, como los agentes de policía, que merecen todos nuestro respeto por el gran trabajo que están realizando. Y estos, desde luego, convenientemente formados y equipados con los equipos de protección individual necesarios.

Es necesario tener en cuenta que el problema del contagio no lo genera el detenido, es posible que seamos nosotros quienes contagiemos al detenido o a la policía, o al juez o la fiscal o ellos a nosotros. El virus, lógicamente, no entiende de roles judiciales. Se trata en esencia de un problema relacional, de la misma forma que puede darse en el metro o en cualquier otro lugar donde estemos a menos de 2 metros del resto de personas. Por ese motivo, en mi opinión de enfermero no debería de permitirse las actuaciones en lugares que propicien un acercamiento que no respete esa distancia, y fomentaría la higiene a modo de prevención entre todos los que puedan verse implicados en las actuaciones judiciales o penitenciarias. Pero lo más importante es que dichas medidas deben tomarse cuanto antes, es ahora cuando debemos prevenir. Son decisiones que no pueden demorarse en el tiempo, y con la situación actual y la curva de contagios, cada día cuenta mucho.

4. Cuando se te ocurrió esta iniciativa, el estado de alarma aún estaba lejos, ¿utilizas otras técnicas para ayudar en la motivación? ¿qué otros experimentos piensas poner en marcha para motivar a tus hijas en esta lucha?

Infografía del juego

Además de abogado soy enfermero, y tengo la suerte además de que mi esposa es veterinaria. Es decir, en casa somos dos sanitarios y tenemos plena conciencia de la necesidad de prevenir el contagio del virus.

Es cierto que el juego del coronavirus ha servido para que nuestras hijas adquieran un hábito higiénico fundamental como es el lavado de manos, y más en este momento; pero también es cierto que los niños aprenden mucho por medio de la imitación de los adultos.

Yo estoy trabajando en casa, por lo que me quedo con mis hijas y atiendo a mis alumnos por vía telemática. Mi esposa va a la clínica veterinaria y cuando vuelve se desinfecta por completo antes de saludarnos siquiera. Se quita la ropa, y la mete en la lavadora, se ducha concienzudamente, se viste y, una vez limpia, se acerca a las niñas y a mí. Las niñas ven esto y entienden que estamos en un momento en que debemos extremar las precauciones. La conciencia, en mi opinión, también se adquiere a través del ejemplo.

Ahora bien, encontrar el equilibrio entre lo divertido y lo necesario no siempre es fácil, y creo que por eso el juego del coronavirus ha sido tan práctico y tan bien aceptado. Aúna de manera sencilla la adquisición de un hábito de prevención que es fundamental, y un juego por puntos que los niños entienden bien, y, además, no de manera puntual sino durante un tiempo determinado (al menos 20 días, para obtener el premio).

He visto otras ideas aportadas por la gente que me han parecido interesantes y las he utilizado con las niñas, como el experimento de la pimienta en el plato con agua. La ejecución es sencilla: se llena un plato hondo de agua, se espolvorea pimienta en su superficie y se le pide al niño que meta el dedo. Cuando lo saca tiene la pimienta en el dedo. A continuación se le dice que meta el dedo en jabón superconcentrado (como el lavavajillas) y que con el dedo enjabonado repita la operación de meterlo en el agua. Al hacerlo la pimienta se dispersa hacia los bordes del plato. No es veraz, pero es gráfico. El jabón no reacciona así con el coronavirus, pero para la mente de un niño puede ser útil para transmitirle la imagen de cómo repele el jabón ese riesgo de contagio.

Me ha parecido, sin embargo, mucho más interesante el vídeo que ronda por las redes de una persona que imita el lavado de manos con guantes de látex y pintura en vez de jabón. Es muy gráfico y tremendamente útil para darse cuenta de cuáles son las zonas que no lavamos cuando el lavado de manos no es efectivo.

5. ¿Qué otros consejos y recomendaciones le darías a niños y padres para estos días que nos quedan de confinamiento?

Que disfruten de los hijos. He sido abogado durante muchos años y la profesión es muy sacrificada. Resta muchísimo tiempo a la familia y a uno mismo. Esta situación nos puede ayudar a ser resilientes aprovechando lo que puede tener de positiva. La salud, como tal, es un estado de completo bienestar físico, psíquico y social, y no solamente la ausencia de enfermedad, tal y como establece la Organización Mundial de la Salud, y los enfermeros procuramos tenerlo siempre presente para dar cuidados de forma holística.

Ahora mismo estamos en cuarentena porque estamos procurando no contagiarnos de un virus que nos afecta físicamente, y, sin embargo, el tiempo con la familia y con la gente con la que convivimos también nos puede ayudar a fortalecernos en los aspectos psicológico y social, que solemos descuidar por nuestro ejercicio profesional como abogados.

Por eso es importante conservar la calma, y transmitirles tranquilidad a nuestros hijos. Al fin y al cabo es una cadena de concausas que conlleva un beneficio nada desdeñable en su último eslabón: si estamos tranquilos y en paz nuestro sistema inmune se refuerza, y siendo así, el virus, en caso de contagio, lo tendrá más complicado para derrotarnos.

Por otro lado, los niños también necesitan respirar tranquilidad y tener la certeza de que todo está bajo control. Quieren jugar con nosotros, no tienen clases presenciales, no ven a sus amigos con normalidad, y nos toca estar ahí para hacerles sentir que todo está bien. Esa seguridad percibida también predispone su sistema inmunológico al reforzamiento contra el virus, y a una mejor actitud ante esta crisis.

6. El covid-19 afecta al ejercicio profesional en la defensa de la ciudadanía y a la situación económica de los despachos. Como abogado, ¿qué medidas te has visto obligado a tomar?

Dejé el ejercicio profesional como abogado procesalista hace unos tres años. Hoy en día soy Decano de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales en la Universidad Fernando Pessoa Canarias, profesor y asesor jurídico de la propia universidad. Afortunadamente esta crisis no me ha afectado en este sentido, pero puedo hacerme una idea de cómo podría haberlo hecho, después de haber tenido mi propio despacho.

Creo que estamos ante un serio problema sanitario con repercusiones económicas, y como tal requiere de soluciones eminentemente sanitarias, y eso pasa por limitar los contactos, la higiene de manos, y el imponer barreras para impedir el contagio. Y esto no solamente entre quienes forman parte de la justicia (abogados, jueces, fiscales, letrados de la administración y resto de funcionarios de los juzgados) sino también de los Agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado con el tratamiento de los detenidos, el personal de limpieza, los guardias de seguridad, etc.

7. Como enfermero, ¿qué le dirías a los compañeros que están enfrentándose al virus en los centros sanitarios cada día?

Gracias. Siento por ellos un agradecimiento tremendo y sincero. Tengo muchos compañeros enfermeros que están enfrentándose día a día a esta situación, haciendo turnos imposibles y trabajando con vocación y entrega en la ardua tarea de salvar vidas, viviendo con el miedo de llevar el virus a casa y contagiar a la gente a la que quieren. En mi opinión, no existe una cota de filantropía y de compromiso social mayor que ese.

8. Como profesor, ¿qué formación piensas llevar a cabo en los próximos meses en la Universidad en relación a esta alerta sanitaria?

En la universidad imparto varias asignaturas de Derecho en distintos grados, entre ellas Derecho Sanitario (en el grado de Terapia Ocupacional y el Master en Gestión Sanitaria), y Normalización y Regulación Alimentaria en la UE (en el grado de Nutrición Humana y Dietética), y también otra de Primeros Auxilios en colaboración con Cruz Roja Española.

A día de hoy ya se imparten contenidos relacionados con la microbiología según los grados. Cuando estudié enfermería en esta misma universidad tuvimos una asignatura llamada Microbiología clínica en la que estudiamos, ya en ese entonces, el coronavirus y otros patógenos y las enfermedades que generan. Así mismo, en Normalización y Regulación Alimentaria en la UE imparto las principales crisis alimentarias que hemos sufrido en los últimos tiempos, como el mal de las vacas locas, la fiebre porcina o la gripe aviar.

Esta pandemia que nos afecta ahora mismo será añadida, sin género de dudas, en los estudios de los distintos grados de Ciencias de la salud, de una u otra manera.

9. Además eres autor de poemas y varias antologías, voluntario de Cruz Roja, aficionado a la fotografía y co-director de un documental, ¿qué más te queda por hacer?

Muchas cosas. La vida está repleta de cosas que me causan interés y pasión. Es una buena manera de sentirse vivo.

10. Jugar al coronavirus pude ser divertido y esta situación un avance más en la conciliación, ¿cuál es la fórmula para afrontar mejor este estado en materia de conciliación familiar, profesional y social?

En mi caso ha sido la planificación. En mi casa se hicieron dos tesis doctorales simultáneamente: la de mi esposa y la mía, al mismo tiempo que yo tenía mi despacho de abogados y mi esposa su clínica veterinaria. Además, yo estaba terminando enfermería (acabé enfermería y el doctorado en Derecho el mismo año), y había nacido hacía poco nuestra segunda hija.

Todo esto ha sido posible gracias a la planificación, pero sobre todo al respeto mutuo y la coordinación de los tiempos entre mi esposa y yo. A día de hoy hacemos menos cosas de manera simultánea y procuramos disfrutar un poco más del tiempo y la compañía, pero bien es cierto que cuando se tienen metas hay que ir a por ellas, porque si no, todo queda en un intento

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