18 diciembre 2019

J.M. Marraco, Premio DDHH 2019: “La crisis climática tiene que ser un asunto prioritario también para la abogacía”

Por Andrés Garvi

“Dar voz a los sin voz. He tenido como clientes a un oso, un buitre, un río y un árbol”, así define su vocación y ejercicio profesional José Manuel Marraco Espinós, Premio Especial Derechos Humanos de la Abogacía por su larga e intensa trayectoria como defensor de causas relacionadas con el medio ambiente. El abogado zaragozano es un referente nacional e internacional en el derecho de defensa medioambiental como coordinador, desde 1990, de la Asesoría Jurídica de Greenpeace-España. Además ha participado en el asesoramiento a asociaciones de defensa de la naturaleza como Adena-WWF, Sociedad Española de Ornitología (SEO/Bird Life), Lobo Marley, Asociación Naturalista de Aragón (ANSAR), Fondo para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS) o Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), entre otras. Desde 1992, es Secretario de la Fundación Ecología y Desarrollo. Marraco participó en la defensa en Copenhague del director de Greenpeace que se coló en la cena de gala ofrecida por la reina Margarita de Dinamarca a los mandatarios asistentes a la Cumbre del Cambio Climático; ha defendido tanto a miembros de la asociación Lobo Marley acusados por el derribo de casetas para la caza del lobo como a activistas de Greenpeace por protestar en defensa del medio ambiente…

  1. ¿Cree que desde que se configuró el concepto de sostenibilidad en 1987 hemos avanzado en defensa del medio ambiente?

Indudablemente hemos avanzado en la defensa del medio ambiente, pero no todo lo que querríamos. Sólo por citar un ejemplo, hemos pasado de tener un solo artículo en el Código Penal a contar con un Capítulo dedicado al medio ambiente. Sin duda nos encontramos con una mayor sensibilidad, pero no es suficiente  y hay que seguir trabajando en la defensa del planeta.

Además estamos ante una situación de emergencia climática; y no lo considero yo, sino que lo consideran los científicos, lo que es más grave. Si se hubieran llevado a cabo los 26 principios que se aprobaron en la primera Conferencia de Medio Ambiente celebrada en Estocolmo en 1972 no estaríamos en la actual situación de crisis climática.

  1. ¿Cómo valora la aplicación en España del artículo 45 de nuestra Constitución sobre la conservación del medio ambiente?

Hay una asignatura pendiente en nuestra norma fundamental y es que el artículo 45 debe pasar de ser un principio rector a ser un derecho fundamental. El Derecho al medio ambiente debería estar incorporado al Título I de la Constitución Española para convertirse de esa forma en un derecho fundamental.

  1. ¿En qué consiste la litigación climática?

En términos generales, podríamos decir que la litigación climática es la defensa de los ciudadanos ante la crisis climática.  Véase por ejemplo el Caso Urgenda en Holanda que así lo explica claramente e introduce varias cuestiones novedosas como la aplicación que se hace del principio de objetivación de la tutela jurídica ambiental.

  1. ¿Cuál es la función de las ONGs en la defensa del medio ambiente? ¿Qué opina de su actuación ejerciendo la acción popular?

Como insisto repetidamente, las ONGs medioambientales representan la voz de los sin voz, y organizaciones como Greenpeace, han hecho más por la humanidad que muchos gobiernos juntos.

En cuanto a la acción popular, debería haber una determinación procesal clara y precisa de quiénes actuamos efectivamente en nombre de los intereses difusos para diferenciarlo de aquéllos que se valen de la acción popular para articular fines ajenos al espíritu que recoge el artículo 125 de la Constitución Española.

  1. ¿Cree que con la aplicación del Convenio de Aarhus se ha conseguido el acceso a la Justicia?

La aplicación del Convenio de Aarhus es otra de las asignaturas pendientes en la defensa del medio ambiente, porque efectivamente el panorama jurídico–ambiental habría cambiado sustancialmente si el derecho a la información, a la participación y a la justicia en los asuntos ambientales se hubieran hecho efectivos como así prescribe el convenio.

Aunque sea una asignatura pendiente, el Convenio de Aarhus es un elogio de la sostenibilidad, cuya base es la información ambiental y la posterior participación de los ciudadanos, pero nos encontramos en la cultura de las alegaciones y no de la participación.

  1. ¿Cómo valora la actitud y sensibilidad de los tribunales en la defensa del medio ambiente?

No estamos en la misma situación como cuando empecé a plantear cuestiones ambientales ante los tribunales. Sin embargo, lamentablemente no hemos avanzado lo que sería necesario para lograr la puesta en marcha de secciones o tribunales especialistas en la materia como sí ha ocurrido con las Fiscalías Especiales de Medio Ambiente.

El acceso a la Justicia que reconoce el Convenio de Aarhus tendría que ser libre para que acudieran los ciudadanos, pero en la actualidad carecemos de una Justicia Gratuita ambiental.

  1. ¿Por qué es necesaria una Justicia Gratuita Ambiental?

Porque como diría Bob Dylan “los tiempos están cambiando”. La abogacía siempre ha estado en la vanguardia en la defensa de los derechos, y hoy en día la crisis climática tiene que ser un asunto prioritario. El caso del Mar Menor, si hubiera habido una justicia gratuita ambiental probablemente no hubiera tenido la gravísima magnitud que hace unos días se puso de manifiesto. Por tanto, la abogacía tiene que estar implicada en esta defensa de una manera clara y efectiva.

  1. ¿Considera suficiente la reforma del Código Penal de 2015 para hacer frente a los delitos medioambientales?

Las leyes por sí solas no solucionan nada. Hacen falta medios. También es necesaria la educación ambiental, y un cambio de actitud en la sociedad. El error es pensar que el Código Penal lo soluciona todo.

  1. ¿Cuáles son los casos medioambientales que ha llevado y le han dejado mejor recuerdo?

Desde 1977 que me colegié en Zaragoza llevo 42 años como abogado y 30 de ellos con Greenpeace. Recuerdo que me colegié cuando mataron a los abogados de Atocha y siempre que recibo un premio, les recuerdo como homenaje. Empecé en 1986 ganando una sentencia de tráfico de especies protegidas cuando ni siquiera estaba en el Código Penal. Habían robado unos huevos de águila y de halcones peregrinos para venderlos porque después del tráfico de armas y de drogas es más rentable el tráfico de especies protegidas. Gracias a la campaña que iniciamos, se tipificó como delito y ahora hemos pasado de tener un solo artículo sobre protección del medio ambiente a contar con un Título completo en el Código Penal.

  1. ¿Cómo definiría su trayectoria profesional?

He defendido siempre el derecho al medio ambiente. Es el derecho a respirar y sin él no vivimos.

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