19 junio 2013

El futuro de las Escuelas de Práctica Jurídica y la formación continuada

Aitzol Asla Uribe, abogado, director de la EPJ del Colegio de Abogados de Vizcaya y profesor de Derecho Procesal en la Universidad de Deusto

Desde hace ya algunos años, la preocupación básica de los responsables de formación de los Colegios de Abogados o de los directores de las Escuelas de Práctica Jurídica, e incluso de la propia Comisión de Formación del Consejo General de la Abogacía Española, ha venido siendo la tantas veces comentada Ley de Acceso a la profesión.

Nos guste o no, nos satisfaga más o menos, la ley está ya en vigor. Eso no significa que debamos olvidarnos de ello, al contrario, debemos seguir haciendo esfuerzos desde nuestros ámbitos de responsabilidad para que su aplicación sea lo más adecuada y beneficiosa para la profesión de abogado.

Pero lo cierto es que, también desde hace algún tiempo vengo sosteniendo y defendiendo, que independientemente del devenir de la citada regulación de acceso e independientemente del papel prevalente de la Universidad en algunos casos, esto no afecta al futuro de las Escuelas de Práctica Jurídica o los centros de formación de los Colegios de Abogados, más bien al contrario, creo que se abren nuevas oportunidades.

De ahí que asumiera con gusto el encargo de la Comisión de Formación del Consejo General de la Abogacía Española de opinar sobre esa cuestión en las recientes Jornadas de Escuelas de Práctica Jurídica celebradas con mucho éxito en Valencia.

Como dije allí, hay vida después de la ley de acceso, y hay mucha vida además, como subrayo el vicepresidente de la Comisión y Decano de Melilla Blas Jesus Imbroda.

En este artículo, mantendré la misma estructura que mi presentación en Valencia.

1.- En primer lugar, tomando como ejemplo el que conozco, la Escuela de Práctica Jurídica “Pedro Ibarreche” del Colegio de Abogados del Señorío de Vizcaya, explicaré lo que entendemos en nuestro Colegio lo que es una Escuela actual. Eso supone, como también hacen ya muchos colegios,  no limitarnos a la formación inicial de los futuros compañeros, sino convertirnos en los CENTROS DE FORMACIÓN INTEGRAL DE NUESTROS COLEGIOS, independientemente del nombre o forma que tomen. En nuestro caso, por razones sentimentales y de tradición seguimos llamando Escuela de Práctica Jurídica “Pedro Ibarreche” a lo que en la actualidad es el centro de formación del Colegio de Abogados de Bizkaia.

Creo también que el ejemplo de Bilbao, un Colegio mediano, lejos de los grandes números de Madrid, Barcelona y Valencia, puede ser útil o al menos servir de ejemplo de análisis para muchos otros Colegios.

2.- En segundo lugar, hay que recordar algunas cuestiones sobre la necesidad de replantear la estructura actual de los Colegios para adaptarse en general a las novedades que parece que están por llegar y en particular para ofrecer  un servicio de Formación adecuado.

La Escuela de Práctica Jurídica del Colegio de Abogados de Bizkaia se fundó en el año 1.986 con el principal objetivo de garantizar una más que adecuada incorporación a la profesión de abogado de los letrados noveles, convirtiéndose con el paso de los años en un referente y en una de las Escuelas de Práctica Jurídica más prestigiosas a nivel nacional y Europeo.

Desde entonces, son miles los Licenciados en Derecho que han pasado por la Escuela y que, en la actualidad, se dedican a la profesión de la Abogacía.

Es decir, nació con vocación de formación inicial, como la mayoría de las Escuelas de los distintos Colegios.

No obstante, con el tiempo, y con distintas decisiones de otros tantos responsables, se fue convirtiendo gradualmente en el Departamento de Formación del colegio. Es decir, en este momento, existe una estructura con distintos responsables para cada área que trabajan coordinadamente entre ellas y con las comisiones colegiales, con el objetivo de que todas las actividades formativas lleven el sello de garantía de la EPJ.

Eso no significa que no se sigue colaborando con la Comisiones, como ya decía, sino que se trata de organizar ese trabajo desde un único departamento con distintas áreas de actuación, que en la actualidad son:

1.- Formación inicial

1.1.- MASTER DE ACCESO A LA ABOGACIA JUNTO CON LA UNIVERSIDAD DE     DEUSTO

1.2.- MASTER DE ACCESO A LA ABOGACÍA CON LA UNIVERSIDAD DEL PAIS      VASCO.

1.4.- CURSO DE ACCESO A LA ABOGACÍA PARA LICENCIADOS –       ORGANIZADO POR EL COLEGIO

2.- Formación continuada: En la presentación que se expuso en Valencia, se aportaron diversos datos en relación al incremento que ha SUFRIDO esta formación en los últimos años. No reproduciré en este artículo todos esos datos, pero  en  el siguiente enlace pueden acceder a la presentación completa por si fuera de  su interés (Presentación Jornadas Valencia).

3.- Formación continuada especializada.

4.- Actividades formativas en el ámbito internacional.

Si creo que es interesante destacar, como ya decía al inicio, que en este momento, la nueva situación nos abre nuevos horizontes  en la formación continua.

La entrada en vigor de la Ley de Acceso, hace aun más necesaria una formación continua intensa de distintos niveles – MÁS BÁSICA para los abogados que terminan el máster o curso de acceso a la profesión, MAS ESPECIALIZADA por la propia estructura de la profesión, MÁS CLÁSICA debido a los innumerables cambios legislativos, MAS INNOVADORA Y TRANSVERSAL debido a las nuevas necesidades del mercado, etc….

En relación a esta formación transversal, el Colegio forma parte de una asociación de distintos Colegios Profesionales del País Vasco, entre cuyos objetivos se encuentra también el de ofrecer formación transversal a los Colegiados, ya que es evidente que cada día existen más ámbitos en los que podemos colaborar con otras profesiones.[1]

No nos olvidamos de la formación on-line, por supuesto. en este área estamos ya trabajando con distintos proyectos, pero aún están en fase de creación. Esto supondrá la creación de otro departamento en este ámbito en particular.

Estas áreas, están necesariamente relacionadas, por lo que es básica también una adecuada coordinación de las mismas.

La segunda parte de este artículo la quiero dedicar, como decía, a plantear diversas cuestiones, cuyas respuestas pueden ofrecernos algunas pistas sobre el futuro de las Escuelas de Práctica Jurídica.

Sin olvidar por supuesto, y porque es indiscutible, el papel que los Colegios tienen asignada como garantes de la profesión, del cumplimiento de las normas deontológicas, etc…. , considero que los últimos cambios legislativos, propuestas y movimientos en pro de la liberalización de la profesión, nos obligan a ofrecer servicios  concretos y efectivos a nuestros colegiados.

En un hipotético horizonte de profesión liberalizada (independientemente de que eso sea deseable o adecuado) es evidente que se debería incidir en ofrecer servicios, pero incluso en el horizonte actual, debemos incidir en ser cada vez más útiles a la sociedad y a nuestros colegiados ofreciendo servicios de utilidad.

Las estructuras de los Colegios han cambiado y deben seguir cambiando para estar preparados para cualquier eventualidad. No es malo ni negativo por ejemplo plantearse que quizás, desde un punto de vista estrictamente práctico y formativo, existen demasiados colegios, para una vez planteado, aportar soluciones, como pueden ser la colaboración inter-colegial, la posibilidad de compartir parte de las estructuras formativas, etc…

Esa colaboración entre colegios, como decimos, puede ser importante dada la actual configuración colegial en España y un ejemplo del mismo es el curso de arbitraje on-line organizado conjuntamente entre los Colegios de Barcelona, Valencia, Malaga y Bilbao, con el objetivo de compartir recurso y así poder ofrecer un servicio más adecuado y de forma mas eficiente a los Colegiados. El curso ha sido un éxito y se pretende repetir, además de continuar colaborando en distintas materias.

No cabe duda pues, que en ese sentido, la formación es uno de los principales servicios que podemos y debemos ofrecer los Colegios de Abogados, tanto porque es algo fundamental para nuestra profesión, y porque de formas distintas lo venimos haciendo desde hace ya muchos años y en muchas ocasiones con el esfuerzo y voluntarismo de muchas personas.

No obstante, cara al futuro, creo que es necesario dar un paso a mas, quienes no lo hayan hecho ya, y cada uno en su medida, por supuesto, incidir entre otro, en estos aspectos:

  • Profesionalización de los Departamentos de Formación de los Colegios de Abogados
  • Colaboración con las Universidades tanto en formación inicial como continua
  • Necesidad de medios  y recursos.

Todo ello, nos puede llevar incluso hacía la autofinanciación de la formación, pero autofinanciación con el objetivo de poder utilizar esos recursos en ofrecer, por ejemplo, formación gratuita en turnos de oficio, formación más económica a nuestros colegiados, más económica a los compañeros que se están iniciando en la profesión, etc…

Creo también que debemos obligatoriamente mirar alrededor, sobre todo a Europa. Es muy importante involucrarse en proyectos formativos supranacionales como ya hacen muchos colegios.

No debemos olvidarnos también de  llevar a cabo actividades conjuntas no solo con colegios sino con otras entidades europeas. Aunque parece algo lejano  o ajeno para muchos de nuestro colegiados creo que una formación continua de calidad debe de tener al menos en el punto de mira esa visión global.

El siguiente reto, mirando también a Europa, puede ser la llegada de la formación continuada obligatoria, que merece un artículo específico y que de alguna forma ya existe en determinados ámbitos, siempre sin olvidar por supuesto que se debe seguir apostando por una formación continuada de calidad para garantizar un servicio adecuado y con garantías al ciudadano y así cumplir con esa función que tenemos constitucionalmente asignada.

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