07 enero 2010

DEIA – Entrevista a Inés Miranda

Inés Miranda

DIARIO DEIA 

BILBAO. No es de extrañar que hiciera, y que siga haciendo, tándem con la activista saharaui Aminatu Haidar: es rotunda, de ideas claras, dulce a la vez que tenaz y contundente, y amante de su tierra. "En casa siempre digo que, si muriera en alguna parte del mundo, me traigan de nuevo a Gran Canaria", asegura con su acento isleño, mucho más cálido que cuando denuncia sin tapujos las violaciones de Derechos Humanos que viene sufriendo el pueblo saharaui.

Acosos y torturas en El Aaiún, tras el regreso de Aminatu a su casa. ¿La repercusión mediática sirve de escudo protector a los saharauis?

Creo que sí, porque además la situación antes de la huelga de Aminatu y la de ahora son muy similares: la represión, el abuso, la desaparición de personas, las violaciones, el que los militares entren en la casa de los saharauis y destruyan… Los medios, afortunadamente, os estáis haciendo eco de esto, que estéis es una forma de defenderlos, como en otros conflictos. Porque llevamos 34 años en esta situación.

Habla de violaciones. Como en otros conflictos, ¿la mujer es la que sale peor parada?

La violación es un instrumento empleado en la guerra y, en el caso saharaui, tanto hombres como mujeres han sido víctimas de violaciones en este periodo. Las mujeres desaparecidas son un instrumento a mano de carceleros, y a veces les cuesta sincerarse porque no son consideradas víctimas. Hayh Erguidi denunció hace meses ante el mundo cómo la violaron y sodomizaron en un furgón, pero algunas no denuncian por vergüenza, y otras por el temor a represalias con sus familias. Las jóvenes desaparecen durante días en el desierto, a manos de la policía marroquí. Este territorio no ha vivido un minuto de paz en décadas. A los chicos jóvenes también se les amenaza mucho con la violación. A veces se les obliga a hacer declaraciones bajo tortura, y aun así son sodomizados. El terror es el único instrumento que Marruecos entiende con la población civil saharaui.

¿El Sahara es un paradigma de los pueblos oprimidos por razones económicas (como RDC, Sudán, Irak…)?

Si no hubiera un interés económico y de poder detrás de todo ello, a lo mejor el conflicto del Sahara Occidental no existiría. No es pobre, tiene bastante salida al mar y no debemos olvidar el elemento expansionista que en el régimen marroquí, tan feudal, aún impera. Marruecos no sólo invoca para sí el Sahara Occidental, sino también gran parte del Norte, con Mauritania, las regiones españolas… Tampoco olvidemos que España ha estado expoliando sus recursos naturales, sin ningún respeto, como no lo tiene Europa.

Lleva años implicadándose en la aplicación de los Derechos Humanos, y de hecho le dieron el Premio Internacional de la IBA en Chicago, ¿no?

Sí, la International Bar Association, con sede en Londres, cada año celebra su congreso en una ciudad del mundo. El Instituto de Derechos Humanos de la IBA entrega cada dos años el premio a un abogado o abogada por su trabajo en defensa de los DD.HH. A mí me lo concedieron en 2006, siendo la primera abogada española, y europea, que recibía esta distinción, que más que un premio a Inés Miranda es un reconocimiento al trabajo que vengo desarrollando en el Sahara, y una denuncia a lo que sucede allí. Así lo dije cuando recogí el premio (también estaba presente Aminatu Haidar).

¿Cómo contempla la postura de España en el proceso de Haidar?

Entiendo que España no está actuando conforme a la legalidad internacional, cuando se niega a condenar la ocupación por parte de Marruecos de los territorios autónomos, a pesar de que en varias ocasiones Naciones Unidas la ha definido como potencia ocupante, por la fuerza. Porque se niega a condenar la vulneración de los DD.HH. de la población saharaui, aun teniéndolo en documentos gráficos. Se niega a que el problema concluya con el referéndum de autodeterminación, y que el pueblo saharaui diga cómo quiere que sea su futuro. Y se olvida de que aún figura como potencia administradora de este territorio, y por lo tanto tiene la obligación de defender a esa población, y no dejarla en manos de asesinos, como está haciendo, además mirando hacia otro lado, de espaldas a la legalidad internacional. Somos lo que hacemos, no lo que decimos. Aminatu Haidar no ha hecho nada que no haya dicho y no ha dicho nada que no haya hecho. España dice una cosa y luego hace otra. Es duro, porque es mi país el que lo hace…

Hombre, a mí no me parece un lugar que se distinga por su conciencia…

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