Imagen de perfilDISTORSIÓN

Eva María Algar García 

Accedo a una sala amplia e iluminada, como urna gigante de cristal, para comunicar con mi cliente. Se encuentra en prisión provisional por el presunto asesinato de su hermano. Hablamos del arma homicida, del análisis de ADN hallado en la escena del crimen, del hipotético móvil…
Niega los hechos, pero su defensa resulta harto complicada; todas las pruebas lo incriminan de forma abrumadora. Intento transmitirle un mensaje tranquilizador. La competencia para juzgarlo será del Jurado y éste es más fácil de conmover.
Se despide de mí destilando tristeza, cuando un funcionario me acompaña a la salida. Avanzamos por un largo pasillo flanqueado por gruesas puertas cerradas y numeradas. Confuso y desorientado, me percato de que aquél abre una de ellas para cerrarla tras de mí.
-Está peor de lo que pensaba. Cree que es mi abogado- oigo decir a una voz lejana.
Horrorizado, rememoro una fuerte discusión familiar. Me desvanezco…

 

+24

 

Queremos saber tu opinión

23 comentarios