Imagen de perfilLa becaria

Raquel Lozano Calleja 

Llegó con una carta de recomendación. Nunca he sido partidario de becarios en el despacho, pero el currículum era impecable. Tampoco negaré que el eclipse que provocaban sus pestañas al mirarme y la sensual panorámica que ofrecía su escote me sedujeron sin remedio, pero quise adoptar una postura íntegra y la puse a prueba durante un mes.
En realidad, señoría, y haciendo memoria, en tan sólo unos días el volumen de nuestro despacho creció cuantiosamente. El gráfico de nuestra facturación se disparó velozmente y todos asumimos que no podía deberse a la casualidad, sino a esa particular manera tan suya de tratar a nuestras nuevas clientes, viudas de hombres acaudalados fallecidos en extrañas circunstancias.
Desconozco su paradero actual pero tengo miedo. Mi mujer últimamente recibe llamadas de una joven y me sonríe como nunca lo había hecho hasta ahora.

 

+5

 

Queremos saber tu opinión