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PORTADA_ XI CONGRESO NACIONAL DE LA ABOGACÍA VITORIA-GASTEIZ
TEXTO ÍNTEGRO DEL DISCURSO DE SM EL REY
“ES ESENCIAL EL PAPEL QUE DESEMPEÑÁIS
LOS ABOGADOS AL DEFENDER LOS DERECHOS
E INTERESES DE LOS CIUDADANOS”
“CUANDO ESTÁ CERCA DE CUMPLIRSE el primer
centenario de vuestro Iº Congreso Nacional, que
tuvo lugar en San Sebastián en 1917, otra ciudad
vasca, Vitoria, recoge ahora el testigo de ser, du-
rante tres días, el punto de encuentro y espacio
para el debate de la Abogacía. Sé que es todo un
acontecimiento reunir al conjunto de los aboga-
dos de España, históricamente algo no muy fre-
cuente —¡once ediciones en un siglo!—, aunque
últimamente ya se celebra cada cuatro años. Por
ello, y porque la Abogacía es, ante todo, un refe-
rente inmediato para los ciudadanos en todo lo
relacionado con la Justicia, la Ley y el Derecho, me
alegra poder acompañaros hoy en este acto inau-
gural para daros todo mi apoyo. Y, por supuesto,
me alegra que hacerlo me traiga a Vitoria, a esta
querida capital del País Vasco, por primera vez en
este —todavía— primer año de reinado.
Por tanto, mi presencia en este Congreso tie-
ne mucho de reconocimiento a la labor impres-
cindible que desempeña el Abogado en nuestra
sociedad y, al mismo tiempo, es un testimonio
del respeto y el aprecio de la Corona por la Abo-
gacía. Un respeto y un aprecio que siento, tam-
bién personalmente, por esta profesión que tiene
un irrenunciable compromiso con algo tan noble
—y siempre necesario— como es la defensa de
los derechos de los ciudadanos.
Además de haber estudiado la carrera de Dere-
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cho en la Universidad Autónoma, tengo la satisfac-
ción de haber sido nombrado Colegiado de Honor
del Colegio de Abogados de Madrid, además de
ostentar otras distinciones de otros Colegios de
Abogados de España. Gestos que siempre he valo-
rado y apreciado profundamente y que interpreto
como una expresión del estrecho vínculo que, an-
tes como Príncipe de Asturias y ahora como Rey,
siento y tengo con la Abogacía. En definitiva, con
todos vosotros.
Sé que son muchos los desafíos que han ocu-
pado —y ocupan— vuestra actividad y vuestras
preocupaciones a lo largo de estos tiempos. Vues-
tro Presidente los ha enumerado y valorado. Por
ello, en esta ocasión, me vais permitir que me
refiera solo a dos cuestiones: en 1er lugar, a la
relevancia de vuestra profesión para el funciona-
miento de nuestro Estado de Derecho; y en 2do
lugar, a la oportunidad y el acierto de la temática
seleccionada para este Congreso, centrado en la
influencia de las nuevas tecnologías en vuestros
ámbitos de actuación.
En estos últimos cien años, España, Europa y el
mundo se han transformado radicalmente, más y
en menos tiempo que nunca antes. El mundo se
ha globalizado, tecnificado, sofisticado… y conti-
núa haciéndolo aceleradamente; por tanto, la de-
fensa de los intereses y derechos de las personas
y entidades es hoy global, y es mucho más com-
pleja. Nuestro continente, por otra parte, avanza
hacia la meta de ser un espacio compartido de li-
bertad, seguridad y justicia; y en España los ciuda-
danos gozan de libertades y derechos protegidos
por la ley y amparadas por los tribunales.
Una protección en la que es esencial el papel
que desempeñáis los abogados. Al defender los
derechos e intereses de los ciudadanos, los abo-
gados contribuís a la seguridad jurídica, un pilar
fundamental del Estado de Derecho, cuya solidez
y fortalecimiento es una garantía para el desarro-
llo de nuestra sociedad en paz, libertad y justicia.
También la sociedad demanda hoy algo más
de los juristas: sensibilidad ante las situaciones
a las que se enfrentan los ciudadanos, y compro-
miso con el fortalecimiento de nuestro modelo de
convivencia. Es decir, con el respeto y defensa de la