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obituario la Paz para analizar posibles actuaciones jurídicas frente a los decretos sanitarios que limitan el acceso a los servicios de salud pública de los inmigrantes en situación irregular. El día 9, Ángel era hospitalizado y el día 25 de julio fa- llecía en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza como con- secuencia de un fulminante y devastador cáncer digestivo rodeado de su mujer, hijos, familiares y amigos. Si he querido resaltar en forma casi minuciosa estos úl- timos meses, semanas, de la vida de Ángel, lo ha sido con la pretensión de presentar en forma destacada algunas de las facetas personales e intelectuales que siempre estuvie- ron presentes en su dilatada vida profesional: De una parte, Ángel G. Chueca Sancho, su obsesión por el más exigente rigor técnico-académico y su apasionada entrega al trabajo y de otra, su comprensión IN MEMORIAM Pascual Aguelo Navarro Presidente de la subcomisión de Extranjería del Consejo General de la Abogacía Española C on gran dolor y casi sin haber podido todavía asimilar la noticia, el día 25 de julio comunicaba el fallecimiento del amigo y compañero, Ángel G. Chueca. Hace apenas unos meses, en la Sede del Consejo Gene- ral de la Abogacía, celebramos, con Ángel, los 20 años del inicio del trabajo colectivo de la abogacía española en la defensa de los derechos de las personas migrantes. Por idénticas fechas, casi al alimón con el Curso de Espe- cialización en Derecho de Extranjería para jueces y magis- trados, inaugurábamos la 13 Edición del Máster en Migra- ciones Internacionales y Extranjería. Poco después nos embarcaríamos en la organización de una nueva edición de los Cursos Universitarios sobre De- recho Migratorio de la UE y el habitual de Introducción al Derecho de extranjería y su práctica. En abril participamos activamente en la Sesión de traba- jo del Seminario de Investigación para la Paz desarrollan- do la ponencia “Los Derechos Humanos de las personas migrantes, exigencia de justicia”, además de organizar la Sesión 19 del Seminario Intermigra en la sede del Colegio de Abogados de Zaragoza; y en mayo proyectamos la rea- lización de un Curso sobre Derecho Procesal Europeo para abogados y juristas que debería comenzar en septiembre. En mayo además de participar con Ángel en la inaugura- ción en el Colegio de Zaragoza de la exposición “Derechos Humanos, ¿todavía?”, compartí con él mi “Medalla al méri- to de la Abogacía” destacando el relevante papel que en el plano personal, intelectual y académico ha significado mi amistad y relación con él. En junio, impartíamos la sesión inaugural del Curso de extranjería para nuevos Abogados del Turno de Oficio y como casi todos los años nos acompañó en el desarrollo de las sesiones del XXIII Encuentro de la Abogacía de Ex- tranjería y Asilo celebrado en Lleida. Todavía el 5 de julio, casi a la vísperas de su hospitaliza- ción y ya conocedor de su grave enfermedad, asistimos a la reunión convocada en el Seminario de Investigación para del derecho como herramienta de intervención en el mun- do real. Calidad técnica y calidad emocional; unidad de la teoría y la praxis fueron unas constantes permanentes en el desarrollo de todo nuestro trabajo académico-profesio- nal. No entendíamos lo uno sin lo otro. El Derecho como guía para la acción de los juristas, como instrumento transformador de la realidad; una realidad con la que tanto Ángel como yo fuimos siempre profun- da y coherentemente críticos. Una realidad en la que los derechos de los más débiles no encuentran una adecuada protección y que por ello precisan de mecanismos y perso- nas que los defiendan y garanticen y que al menos sean capaces de mitigar las consecuencias más perniciosas de este injusto y desigual orden social. La continua e innovadora aportación del Catedrático, Profesor, Ángel G. Chueca, difícilmente podrá ser reem- plazada; sin embargo, y en ciertas ocasiones así lo deja- mos tácitamente acordado, en el caso de ausencia de uno de los dos, la tarea común que hace ya cerca de 20 años emprendimos debería ser continuada por uno u otro con el concurso de todos los amigos y amigas, compañeros y compañeras que han compartido y comparten idénticos o similares principios. He querido dejar para el final, lo que quizás hubiera de- bido figurar al comienzo: la pasión de Ángel por la conse- cución de un mundo gobernado por los valores encarna- dos en la protección, respeto y promoción de los Derechos Humanos: igualdad y no discriminación de todas las per- sonas; solidaridad y promoción de los Derechos Humanos culturales, económicos, políticos y sociales; la fraternidad más completa entre conciudadanos universales en un mundo que resuelve pacíficamente sus conflictos. Mientras las fuerzas físicas e intelectuales me acompa- ñen trataré de proseguir la tarea que tan intensamente durante décadas desarrollé mancomunadamente con Ángel. (Este sería el momento en que, como siempre era habitual entre nosotros, procedería a remitir el texto a Ángel para su revisión, visto bueno y sucesivas versiones. Aunque parezca inverosímil, así lo he hecho y colocándome en el punto de vista de Ángel, que estimo conocía muy bien, y tras la lectura del texto me habría dicho esta frase… “por mí, final”). Hasta siempre querido amigo y compañero. l 64_Abogados_Septiembre-Octubre 2013