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gados ofrecemos nuestros sus servicios
legales y la forma como los clientes nos
encuentran y contratan. Son muchas las
ventajas que ellas nos reportan una de
las cuales es conectarnos con potenciales
clientes en cualquier momento y desde
cualquier lugar. Si bien la relación entre
los abogados y los clientes hoy en día fre-
cuentemente comienza en internet nues-
tra presencia en la red ya no se limita a la
web del despacho: ahora es posible estar
presentes también en estas plataformas
administradas por terceros. Parece claro
pues que existe la necesidad de facilitar
el uso de los marketplaces para abogados.
El funcionamiento del modelo de pla-
taforma genera diferentes relaciones ju-
rídicas: abogado-prestador de la platafor-
ma, cliente-prestador de la plataforma y
abogado-cliente. Esto provoca que surjan
cuestiones deontológicas para los abo-
gados así como riesgos para los propios
clientes. Los retos deontológicos se relacionan
principalmente con cómo los abogados
deberían actuar cuando usan estas pla-
taformas: ¿Qué reglas deberían seguir en
materia de publicidad? ¿Comparte sus
honorarios el abogado con el administra-
dor de la plataforma? ¿Para quién traba-
ja el abogado? ¿Quién es el beneficiario
del servicio legal prestado? Una de las
más relevantes probablemente sea la que
plantea el artículo 19 del vigente Códi-
go Deontológico de la Abogacía Española
que habla de infracción por el pago de
posibles comisiones por la “captación” o
“recomendación” de clientes.
Existen también riesgos para éstos úl-
timos: ¿Deberían estas plataformas ga-
rantizar a los usuarios que los profesio-
nales que se dan de alta son realmente
abogados y tienen las especialidades que
dicen tener? ¿Deberían los marketplaces
responder por la transparencia e inco-
rrección de sus algoritmos de recomen-
dación? l
ANA MARÍA
MUÑIZ CASARES
Abogada Alianzas
Interprofesionales: abogados y peritos
E l futuro jurídico es de la especialización. El abogado del futuro,
que ya está aquí, deberá ser un abogado dedicado a materias
concretas, puesto que la diversidad y abundancia legislativa,
han hecho prácticamente imposible, que el abogado generalista que
todos conocemos, y que una gran mayoría de nosotros es, sea una
especie en extinción.
La especialización parte de la necesidad del mercado, y afecta
a los abogados, pero la necesidad hace ya en muchos casos, y su-
pondrá más aún en el futuro, la presencia de otros profesionales en
colaboración directa con el letrado.
Informáticos, ingenieros, médicos… profesiones a las que ahora
solo acudimos de modo puntual y para la elaboración de un infor-
me, pasan a ser capitales no solo de cara a elaboración de un do-
cumento para su presentación en juicio, sino para el asesoramiento
concreto del letrado en una materia, se utilice o no la figura del
técnico en cuestión en una sala.
Pensemos en la pluralidad de asuntos, casi en cualquier materia,
donde las redes sociales o las aplicaciones informáticas tienes que
ver, y pensemos a continuación cuántos de nosotros poseemos co-
nocimientos suficientes para entender esa materia, y a continuación
plantear un acción con ese trasfondo. No se trata solo de encargar
una pericial, también se trata de saber que pedir, y de adecuar lo
técnico a lo jurídico.
Los peritos son los solistas de una orquesta, pero el abogado debe
ser el director. En ninguna de las fases del trabajo de los técnicos
debe desaparecer la figura del letrado, ni en el examen del proble-
ma (con la presencia “in situ” acompañados del técnico), ni en la
elaboración del informe si es necesario (con la orientación de las
conclusiones, teniendo en cuenta que quien nos juzga es lego en la
materia), ni siquiera en la presentación en sala, (comunicación ver-
bal y no verbal, y la importancia de los recursos visuales).
Las alianzas interprofesionales son el germen de éxitos futuros. l
Mayo 2019 _ Abogacía Española _ 21