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C PREMIO DERECHOS HUMANOS DE LA ABOGACÍA 2017 “INSTITUCIONES” Proyecto CAPRE De niños y niñas soldados a constructores de paz en Colombia Texto_Sonia Sánchez Llamas Fotografías_Proyecto CAPRE 30 _ Abogacía Española _ Diciembre 2017 atalina huyó de su casa con 13 años. Vivía con su madre y su padrastro, un tipo vio- lento que maltrataba a am- bas y que intentó abusar de Catalina. Cuando se lo contaba a su ma- dre, ésta no la creía. Con solo 13 años ya consumía drogas. Así que, cuando huyó y se marchó con la guerrilla, al principio su nueva vida le pareció un sueño. Manuel se fue de casa incluso antes: con solo ocho años y miembro de una familia con recur- sos bajos, se escapó con su hermano y un tiempo después, “por curiosidad”, ambos se integraron en la guerrilla. Catalina y Manuel (nombres ficticios) son solo dos de los más de 2.300 menores desmovilizados de los grupos armados co- lombianos acogidos en el programa CA- PRE Construyendo Sueños de los Salesia- nos de Medellín (Colombia) en los casi 15 años que han pasado desde su fundación el 28 de abril de 2003. Se estima que, al fin del conflicto con las FARC, en las filas de las guerrillas colombianas había entre 8.000 y 13.000 menores. Y, según datos de UNICEF, en todo el mundo hay alrede- dor de 300.000 niños y niñas soldado que participan en más de 30 conflictos. Niños y niñas que empuñan armas desde muy pequeños, que son convertidos en escla- vos sexuales, que se utilizan para realizar ataques suicidas o como moneda de cam- bio… En definitiva, menores a los que les roban su infancia y adolescencia. Y ahí entra la labor del programa CA- PRE –Casa de Protección Especializada- Construyendo Sueños, que los Salesianos de Medellín desarrollan en Ciudad Don Bosco y que tiene como objetivo ayudar a los menores reclutados por los grupos armados y a los que han vulnerado sus derechos. Un proyecto que acompaña a estas víctimas en el camino de recupera- ción de su autonomía y de reintegración familiar, educativa, formativa, social y laboral, desde un proceso de formación humana y pastoral. Estos menores son soldados perfectos porque están atemorizados y porque son fáciles de convencer. En palabras del pa- dre Rafael Bejarano, director de Ciudad Don Bosco, “son sumisos y obedientes”. Algunos han tenido que decidir a qué familiar asesinar. Otros han tenido que matarlos ellos mismos. Y cuando dejan la guerrilla siguen sufriendo temor, piensan que van a ser reconocidos por la guerrilla y que les van a asesinar por haber deser-