EL ARTE DE ABOGAR II EL COMPROMISO DE LOS ABOGADOS CON LA DEFENSA DE LOS CONSUMIDORES E conoces, es mirar de frente a quien te supera en número y fuerza, pero con quien no temes enfrentarte en bravu- ra y destreza jurídica. Abogar por los consumidores y n los estrados, como en el ruedo, no hay usuarios, por los derechos sociales, es haber alcanzado lugar para el perdón, ni para los despistes, el privilegio en la vida de ofrecer la tuya por el bienestar lo que el abogado dice o calla es confirma- y la defensa del prójimo. do en la sentencia para toda la eternidad y La vida diaria del abogado es dura. No el cliente puede pagar con años del fruto solo tiene que bregar con los hechos y las de su trabajo, o con una buena cornada, pruebas, los rígidos plazos (sólo para el el imperdonable error de su abogado: “Ha- abogado, no para el juzgado), o la inago- ber podido hacerlo mejor”. El arte de abogar table fuente de causas de oposición de en derecho de consumo, como el de torear, la parte adversa y sus auténticas inten- requiere temple, elegancia, mando, inteli- ciones, sino que además tiene que cono- gencia, vocación, técnica, entrenamiento cer la intensa gama de normas –más de y estudio. Mucho estudio. Abogar es ena- un millar en materia de consumidores y EUGENIO RIBÓN morarse de la luna y hacerla compañera usuarios- que sustantiva y procesalmente SEISDEDOS de noches de soledad, silencio e investiga- regulan la acción que pretende y, ¡cómo Abogado. Presidente ción. Abogar es soñar con poder cambiar no! ‘el pelaje’ de los miembros del tribu- de la Asociación el mundo –¡que digo el mundo, el univer- nal. Tantas sensibilidades, tesis jurídicas Nacional de Derecho del Consumo so!- desde el minúsculo espacio de nuestros y usos del foro, como vientos soplan en despachos. Abogar es creer que esos sue- nuestra piel de toro íbera. Desde la tra- ños son posibles y no dejar de perseguir- montana de aquel magistrado de Mataró, los a pesar de la jurisprudencia contraria concienzudo, estudioso y creativo, con a nuestras pretensiones. Abogar es unir la espíritu empático al sufrimiento ajeno, a razón y el corazón. aquél otro a quien acaso el cierzo heló el Abogar produce una sensación indes- alma, incapaz de hacer otra lectura social criptible, sobre todo cuando con entusiasmo y devoción de una ley decimonónica e impertérrito ante el lanza- te entregas a la noble causa de defender a los consumi- miento de una familia aragonesa. Frente a todo ello, el dores frente a situaciones injustas o abusivas impuestas abogado ha de ser otro viento capaz de insuflar aires por astados poderosos cuyas normas parecen ser incues- propicios para su cliente. Y el abogado de consumo, en tionables. particular, no ha de ser cualquier viento, sino un venda- Abogar en consumo, es togarse en humildad, en el val gaditano, de esos que cuando la injusticia se alza, el silencio de la sala de letrados, y concentrado en tu ob- levante se rebela furibundo y no hay playa, escollera o jetivo, hacer el paseíllo hasta el estrado, desplegando puerto que lo contenga. De esos vientos que en mi Cádiz tus secretas notas, para enfrentarte a poderosos mor- milenario van pregonando a ritmo de tanguillo burlón lacos que han sido entrenados para embestir sin piedad la igualdad y la libertad desde que el mundo es mundo. a quienes osen alzar su voz frente al poderoso. Abogar Hay actuaciones recientes en la historia que hacen por los consumidores, por los derechos de quienes no que pareciera que la justicia pudiera saltarse “a la to- 42 _ Abogacía Española _ Octubre 2017