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Ocio POR DERECHO Resoluciones -casi siempre- justas para demandas -a veces- delirantes SANDRA GÓMEZ-CARREÑO GALÁN R esoluciones judiciales a demandas tan absurdas que siempre dejan la duda de si serán reales o un invento, que mue- ven a la risa, aunque son totalmente serias. Aunque en España cada vez son más fre- cuentes las demandas o denuncias más estrafala- rias –un vecino a otro por haber puesto un toldo de diferente color al de la comunidad o por hacer demasiado ruido al orinar; un ladrón a un pro- pietario por no tener en condiciones el patio de la casa de la que escapó tras entrar y torcerse un pie; un ciudadano a un bar porque nunca le ha to- cado el premio de la tragaperras a pesar de jugar todos los días…- lo cierto es que el paraíso de las demandas insólitas sigue siendo Estados Unidos. Algunas de ellas no se llegan a admitir a trámite, pero otras no solo prosperan, sino que consiguen indemnizaciones millonarias, a pesar de su apa- rente debilidad en los argumentos. Sin duda, una gran labor de los abogados, acostumbrados mu- chos de ellos a bregar en este tipo de contenciosos, en un país donde la jurisprudencia juega un papel determinante. Estas son algunas de las más ridícu- las de los últimos años: STELLA, EL CAFÉ Y EL INICIO DE UNA SAGA El caso de Stella Liebeck fue tan célebre que dio nombre a unos premios, los Stella Awards, que hasta 2007 se otorgaban a las demandas más raras que se producían en Estados Unidos. El caso no es 68 _ Abogacía Española _ Mayo 2017 para menos: la señora Liebeck, que contaba con 79 años en 1992, cuando se produjeron los he- chos, se derramó un café de la cadena McDonald´s en sus piernas cuando lo abrió para echarle azú- car, lo que le provocó quemaduras de tercer grado que la obligaron a pasar 8 días en un hospital por- que incluso necesitó injertos. Tras esta experien- cia, la señora demandó a McDonald´s y reclamó 20.000 dólares en gastos médicos. Confiada, la conocida cadena de comida rápida consideró que era una cantidad desorbitada y llevó el caso a los tribunales. Craso error. La sentencia no solo dio la razón a la mujer, que consideraba que la bebida estaba tan caliente que resulta peligrosa, sino que obligó a pagar a la multinacional 600.000 dólares en indemnización. USO DE PODERES DIVINOS SIN PERMISO Si crees que eres Dios y consideras que están usan- do tus poderes sin tu permiso, estás en todo tu de- recho de demandar a quien hace este uso fraudu- lento de semejante don. Esto es lo que debió pen- sar Christopher Roller, que decidió demandar a los magos David Copperfield y David Blaine, porque consideró que sus trucos solo se podían lograr con poderes divinos, y él no había autorizado a uti- lizarlos. Les pedía un 10% de sus beneficios. La demanda no encontró eco y se quedó en anécdota. A VECES, UN DULCE SÍ PUEDE AMARGAR… Dos niñas tuvieron una idea cargada de buena in- tención que acabó costándoles un disgusto: deci- dieron endulzar la vida a su vecindario horneando galletas, dejándolas en la puerta en pequeños pa- quetes y llamando al timbre para luego desapa- recer y que los vecinos se llevaran una agradable