Imagen de perfilMi alumna tenaz

Maria Navedo Saurina 

Siempre dijo que estudiaría Derecho a pesar de la oposición paterna que le replicaba en un idioma distinto . “Eso no es cosa de mujeres” le increpaban tras censurar sus razones. La veía imitar en el patio del colegio a aquellos abogados de las series de la tele que devoraba, mientras las demás calzaban tacones y volantes con el sueño de ponerse un anillo en el dedo. Quería abogar por los de su raza, casi siempre viviendo al margen, en el límite de la legalidad. Por eso le pagué la matrícula y firmé el albarán del temario para estudiar a distancia; tuvo que compaginarlo con las tareas domésticas y trabajos a tiempo parcial. Muchas horas de estudio robadas al sueño a la luz de una candela…pero hoy recoge su merecido título. Será la primera abogada de su estirpe, orgullosa de ser mujer y gitana.

 

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