Imagen de perfilEl todo y las partes

Mikel Aboitiz 

Apreciado señor Domínguez:

Con arreglo a derecho no puede adquirir la nacionalidad alemana, por muy made in Germany que sea su recién implantado corazón artificial. Una transformación quirúrgica del calibre de la sufrida por usted, por muy eficiente que sea, no justifica ni su deseo ni un desafío al sentido común, estimado Domínguez. No se líe con averiguaciones obsesivas ni con el derecho europeo. Déjelo estar. Coincido con el insigne matemático Pascal en que «El corazón tiene razones que la razón ignora», sin embargo, en tanto que abogado y movido por circunstancias familiares ajenas al caso, he de incidir en mi consejo: olvide el asunto, se trata de una vía muerta.

Reciba un cordial saludo de su asesor legal,

Dr. Dagmar Frankenstein

P.D.: En cuanto a su prótesis de cadera made in Japan, le remito a los anuncios de prensa escrita donde hallará sugerentes y variados cursillos de ikebana.

 

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