Imagen de perfilLos de antes

María Carmen Caamaño López 

Volvimos a vernos veinte años después, en aquel congreso de abogacía al que te habían invitado como ponente. Ya no tenías melena y todos te decían “señor” con un tono de admiración. Desde el estrado nos hablabas de innovación, del mundo digital y de la fuerza transformadora del futuro. Sin embargo, desde el palco de asistentes, yo sólo pensaba en el pasado, en aquellos años juntos en la universidad, en tu sueño de ser cantante y el mío de convertirme en escritora. De tu boca salían palabras pero yo escuchaba canciones. Las de Silvio Rodríguez. Las de Joaquín Sabina. Las de antes. Mi mano fingía tomar notas en un cuaderno aunque en realidad hilaba un poema que bien podría ser la letra de tu música. Al final el público aplaudió con ganas y yo, al igual que tú, me puse en pie e hice una reverencia para dar las gracias.

 

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