Imagen de perfilMI PRIMER PLEITO

VICTORIANO AYLLON CALIZ 

Aquella mañana el viento soplaba con fuerza. Las palmeras se inclinaban doblegadas. Me había puesto mi camisa favorita y mi mejor traje. El asunto lo merecía. Que la comunidad de propietarios “Urbanización Costa Milagros” hubiera confiado en mí suponía un gran paso. Y eso que estuve a un tris de rechazarlo. A veces no es fácil conciliar familia y trabajo. Hay quien no comprende la ansiedad de un recién colegiado. Necesitas calmar la adrenalina, y sobre todo, necesitas abrir expedientes. Como sea. Entré a la sala y allí estaba, sentada en el banquillo, con cara de pocos amigos. El juez se encajó las gafas y examinó la causa. Luego alzó la vista y me miró. Después miró a mi madre. Yo estaba la mar de tranquilo: colocar macetas en la ventana se había prohibido en la última reunión. Más claro, el agua. ¡Iba a ganar mi primer pleito!

 

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