Imagen de perfilEl verdadero final del cuento

Carolina Navarro Diestre 

Supongo que creéis saber el final de ese cuento de Tolstoi: el de la camisa feliz. Dicha camisa era necesaria para salvar la vida del zar, enviaron emisarios a los cuatro vientos, ¡y resultó que el único hombre feliz que hallaron no vestía camisa! El cuento intenta dar una lección sobre cómo conciliar humildad y felicidad —supongo—, pero de lo que no habla es del verdadero final. ¿Sabéis? Antes de morir, el zar interpuso un pleito contra sus médicos, un juicio cuya sentencia les dejó arruinados de por vida. También levantó un edicto por el cual toda la comunidad bajo su mando, del primer al último ruso, estaba obligado a llevar camisa. ¡Por decreto zariano! “Casacas”, denominaron a la nueva prenda, tan popular fue a partir de entonces. ¿Y la felicidad? El zar falleció sin hallarla, mucho me temo.
Pero de esto no nos habla Tolstoi. Menudo pájaro.

 

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