26 noviembre 2019

¿Cómo interrogar al testigo sin necesidad de leer las preguntas escritas?

Oscar LeónPor Óscar León
TWITTER @oscarleon_abog

Si partimos del principio de que todo abogado, cuando interroga, debe mantener el control del interrogatorio, y más concretamente, de la persona del testigo, perito o parte mientras responden a las preguntas, resulta evidente que a medida que transcurre el interrogatorio, el proceso de lectura de las preguntas escritas se convierte en uno de los grandes enemigos de dicho control.

Efectivamente, si examinamos nuestra propia experiencia, podemos comprobar fácilmente, que si bien elaborar por escrito un listado de preguntas debidamente ordenadas constituye un elemento que ayuda al abogado a la mejor preparación y planificación del interrogatorio (pues indudablemente supone un análisis y reflexión profunda de los términos en los que debe realizarse la prueba) otorgándosele mayor seguridad al interrogar, lo cierto es que durante la ejecución del interrogatorio dicha práctica genera diversos inconvenientes que pasamos a examinar:

– Concentrados en la lectura de la próxima pregunta, perdemos la atención en la respuesta del testigo a la pregunta precedente, y con ello el hilo conductor de nuestro interrogatorio se resiente, viéndonos privados de la oportunidad de introducir aclaraciones o concretar aspectos confusos o poco concretos, o incluso para enfatizar informaciones esenciales.

– Al no estar plenamente concentrados, nuestra capacidad para intervenir ante cualquier imprevisto (denegación de una pregunta, planteamiento de una impugnación de preguntas, respuesta agresiva de un testigo,  etc.) queda mermada con nueva pérdida de oportunidades.

– Consecuencia de lo anterior, ante cualquier imprevisto el abogado tendrá dificultades para reposicionarse y continuar el interrogatorio en el orden y ritmo previsto.

– Un interrogatorio sometido a la rigidez de unas preguntas escritas, provoca que nuestra intervención pierda espontaneidad y frescura, lo que puede incidir en la atención que el juez esté prestando al interrogatorio.

– Especialmente durante el contrainterrogatorio, en el que el ritmo y la velocidad deben ser rápidos, estos factores se verán limitados por las pausas y silencios que se producen durante la lectura de la pregunta.

A la vista de estas circunstancias nada favorables, las técnicas de litigación nos ofrecen una interesante alternativa para llevar a cabo el interrogatorio sin necesidad de emplear una relación de preguntas escritas.

Esta técnica consistente en la elaboración de una FICHA DEL INTERROGATORIO parte de la base de un estudio pormenorizado del asunto, y especialmente de la persona del testigo (sus intereses, motivaciones, etc.) y de, en su caso, su testimonio precedente. Una vez disponemos de dicha información, y siempre al amparo de nuestra teoría del caso, planteamiento de defensa o estrategia, podemos trabajar siguiendo la siguiente línea (que acompañamos con un ejemplo):

Objetivos: Identificación del objetivo/s que pretendemos alcanzar con el interrogatorio del testigo.

Objetivo 1.– Desacreditar al testigo.

Objetivo 2.- Desacreditar el testimonio.

Temas: Aspectos concretos de los hechos sobre los que girará el interrogatorio.

Objetivo 1/Tema 1: La parcialidad del testigo.

Objetivo 2/Tema 1: La capacidad de percepción auditiva del testigo.

Hechos relevantes: Hechos que queremos probar y que serán expresados a través de un determinado mensaje fáctico que se pretende enviar al juez respecto de una prueba o de un tema en particular. Cada objetivo y tema están compuestos por uno o varios temas relevantes.

Tema 1/Hechos relevantes: 1º.- El testigo por sus relaciones profesionales y de dependencia pretende beneficiar al acusado. 2º.- El testigo mantiene una gran amistad con el acusado, por lo que pretende igualmente beneficiarlo

Tema2/Hechos relevantes: 1ª.- El testigo no pudo escuchar la conversación que mantuvieron en el bar el acusado y la víctima.

Preguntas: Serán las preguntas con las que gestionaremos las líneas de interrogatorio que disponemos. Estas preguntas no deben de estar determinadas en formato pregunta, bastando el tema básico de cada una a fin de ser transformado como pregunta durante el juicio y en función de las circunstancias concurrentes.

Tema 1/Preguntas: Su actividad, tiempo que lleva trabajando en el bar con el acusado, posible amistad, indagar sobre el aprecio que tiene al acusado, razones para ayudarlo en juicio, grado de confianza sobre el mismo, consecuencias de la condena para su empleo.

Tema 2/ Preguntas: Situación en la que se encontraba el testigo y la que se encontraba el acusado y la víctima, distancia, gente en el local, ruidos, imposibilidad de escuchar una conversación, que estaba haciendo el testigo, dificultad de la tarea, no puede hacer dos cosas a la vez.

Evidencias: Pruebas de referencia que puedan servirnos para confrontar las respuestas del testigo y apoyar nuestras afirmaciones.

Tema 1/Evidencias: Declaración sumario, declaración interrogatorio directo y testifical de Juan y Rocío, testigos más creíbles.

Tema 2/Evidencias: Medición del local, cálculo de la gente que había en el bar a esa hora, conocer sus tareas, interrogatorio del acusado, interrogatorio directo del testigo y de Juan y Rocío. Falta de credibilidad. Falta de coherencia interna y experiencia común.

Los beneficios de esta técnica son evidentes:

  • Dispondremos de una información valiosísima para ir haciendo las preguntas que correspondan a cada objetivo, tema y línea de interrogatorio, sabiendo además que contamos con determinada cobertura probatoria.
  • Durante el interrogatorio nos centraremos en el apartado “preguntas”, y conocido el objeto de la misma, lo desarrollaremos con nuestras propias palabras elaborando la pregunta a realizar, lo cual nos dará un margen de creatividad y espontaneidad mucho mayor, lo que supone aumentar el control sobre el testigo.

Esto no es improvisación, y todo lo más será improvisación preparada, pues he tenido ocasión de practicarlo (cambiando mi anterior proceder) y si bien al principio puede costar algo de trabajo, las preguntas vienen solas y, además, en un contexto en el que se consigue mantener el ritmo del interrogatorio.

Concluyo con unas recomendaciones:

1º.- Con los datos anteriores (objetivos, temas, etc.) se pueden hacer fichas por cada testigo empleando las formas, colores, etc. que se deseen, lo que facilitará el mejor examen de la misma.

2º.- Para la elaboración de la ficha, nada impide que realicemos el interrogatorio por escrito y de ahí extraigamos el contenido del apartado “Preguntas”.

3ª.- Este método puede seguirse de forma progresiva empleando el método tradicional de las preguntas escritas pero combinándolo con la FICHA DE INTERROGATORIO, hasta que este quede asentado en nuestra práctica.

¡Suerte!

Óscar León
TWITTER @oscarleon_abog
BLOG: http://oscarleon.es/

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