26 diciembre 2018

Formación + conocimiento = excelencia

“La observación indica cómo está el paciente; la reflexión indica qué hay que hacer; la destreza práctica indica cómo hay que hacerlo. La formación y la experiencia son necesarias para saber cómo observar y qué observar; cómo pensar y qué pensar”. La cita es de 1882, de la británica Florence Nightingale, pionera de la enfermería profesional moderna, además de la primera mujer admitida en la Royal Statistical Society británica y en recibir la Orden de Mérito del Reino Unido. Suscribo íntegramente sus palabras. Resulta casi imposible no hacerlo y son, de principio a fin, perfectamente aplicables a cualquier disciplina y profesión, la Abogacía incluida, por supuesto.

De ahí el título de este post. De ahí, también, que la formación y los programas de divulgación e intercambio de experiencias y conocimiento ocupen un espacio preferente en el Plan Estratégico de la Abogacía 2020 que presentamos en febrero del pasado año. Y de ahí, del desarrollo de dicho Plan, la intensa actividad desplegada a lo largo de este último semestre desde el Consejo General de la Abogacía Española, en estrecha colaboración con muchos de nuestros Colegios, para enriquecer y cualificar en los más diversos ámbitos la práctica de nuestra profesión y la propia gestión colegial.

Parece que fue ayer cuando arrancábamos el año judicial, pero el tiempo, el implacable, el que pasó -como canta Pablo Milanés- no nos ha impedido, ni un solo mes desde septiembre hasta hoy, desarrollar una agenda de jornadas y encuentros formativos de enorme calidad a lo largo y ancho de la geografía española, donde se han tratado temas de sumo interés para la Abogacía. Aprovecho estas líneas para agradecer el trabajo y la participación de quienes las hicieron posible: a los organizadores, a los ponentes y expertos y, muy especialmente, a los participantes, auténticos protagonistas en este tipo de citas.

En septiembre empezábamos en Logroño, con las IV Jornadas de Tesorería, ocupándonos de una cuestión capital para la organización y gestión de los Colegios de Abogados: la prestación de servicios que se suministran desde los mismos según la naturaleza pública o privada de dichos servicios. Y ese mismo mes, en colaboración con el CGPJ y otras entidades, participábamos en el Congreso Internacional de Justicia Restaurativa organizado por la Universidad Carlos III de Madrid, sumando ideas y propuestas para una mejor justicia para las víctimas y su reparación en el complejo proceso penal.

Llegó octubre y, en Reus, tenían lugar las VI Jornadas de Abogados y Abogadas de Violencia de Género, ocupándonos de un asunto de la máxima gravedad, buscando soluciones, encontrándolas y proponiéndolas, aportándolas al compromiso colectivo para la erradicación de este tipo de violencia contra la mujer. Después, coincidiendo con el Día de las Naciones Unidas, organizamos una Jornada para debatir el papel de la Abogacía en el desarrollo de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, porque también queremos implicarnos en los grandes desafíos que afectan a todo el planeta. Y antes de que finalizara el mes, en Zaragoza, celebrábamos las VI Jornadas de Asistencia Jurídica Gratuita, defendiendo con orgullo la prestación de un servicio crucial sin el cual no se entendería ni la democracia, ni el Estado de Derecho, ni la libertad, ni la Justicia.

Noviembre comenzó citándonos en Pontevedra, en las XX Jornadas de los Servicios de Orientación Jurídica Penitenciaria (SOAJP), dedicándole espacio, tiempo y reflexión a otra de las labores insustituibles que presta la Abogacía cuando lleva el derecho de defensa y la asistencia jurídica tras los muros de las prisiones. Días más tarde, como conté en otro post, estábamos en Soria, en las II Jornadas de Mediación CGPJ-Abogacía Española, trabajando para que la mediación se normalice en España como método útil y recomendable para la resolución de conflictos. Luego nos veíamos en las Jornadas Tecnológicas de la Abogacía, donde pudimos profundizar en los muchos retos a los que nos enfrentamos los Colegios en el ámbito de la protección de datos y de las tecnologías. Y cerrábamos el mes en Valencia, con las VI Jornadas sobre Prevención y Represión del Blanqueo de Capitales, uno de los arquetipos de delito de naturaleza transnacional más difíciles de combatir.

Finalmente llegó diciembre, con dos citas tradicionales ya en nuestra agenda dedicadas este año monográficamente a la prevención y lucha contra los delitos de odio. Primero, el V Congreso de Derechos Humanos de la Abogacía Española, donde presentamos la Guía Práctica para la Abogacía sobre los Delitos de Odio, la primera vez que editamos una  publicación de este tipo centrada específicamente en esta cuestión. Y después nuestra Conferencia Anual, donde entregamos los reconocimientos correspondientes a la XX edición de los Premios Derechos Humanos Abogacía Española que con tanta sensibilidad se promueven desde la Fundación Abogacía Española.

Más formación, conocimiento, aprendizaje, capacitación, experiencia compartida…, sin duda, el sumatorio perfecto que garantiza la excelencia y la calidad en la prestación de servicios y en el ejercicio profesional. Decía Proust que “el verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos”. Cuidar esa suma perfecta es crucial para que la Abogacía pueda seguir ofreciendo su mirada distinta, crítica, inteligente y necesaria. Nunca se deja de aprender, no dejemos de hacerlo.

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