26 abril 2018

Estrategias de liderazgo en la abogacía

Berta SantosPor Berta Santos
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El verdadero liderazgo no se mide por las apariciones en prensa, por las personas que un abogado/a tiene a su cargo o por la posición que el abogado/a ocupa en el despacho. El liderazgo en la abogacía no está reservado a unos pocos, sino que incluye a todos/as los abogados/as, puesto que todo ejercicio profesional conlleva un impacto en los demás. Tú que estás leyendo estas líneas y que ejerces la abogacía eres líder, sin importar el tamaño de tu despacho, la forma en la que hayas decidido ejercer o a la materia a la que te dediques.

El concepto de liderazgo no es estático y no es único. El liderazgo contiene diferentes posiciones que como abogado/a puedes adoptar en el ejercicio profesional. No se trata de anclarse en una única posición, sino ser capaz de ver cuál es la mejor posición a adoptar según la situación concreta a la que te enfrentes.

  1. El autoliderazgo

Se refiere a conocer la forma de liderarse hacia uno mismo y resulta el pilar fundamental en el que sustentar tu liderazgo. Se trata de conocerte y reflexionar sobre tu posición de líder frente a ti mismo. ¿Cómo está tu autoliderazgo? ¿Qué esperas de tu carrera profesional como abogado/a? ¿Qué aspectos de ti mismo desearías desarrollar para convertirte en el líder que deseas? ¿Conoces tu impacto frente a los demás?

 2. El liderazgo desde la dirección

Esta posición de liderazgo es la más conocida. Es el líder que está en la dirección de un asunto, de un despacho o de un equipo de abogados. Esta perspectiva puede resultar muy positiva y atractiva en algunos momentos, aunque también puede generar situaciones de estrés, pérdida de motivación o momentos de soledad para el abogado/a. Por ello, resulta necesario que cuando detectes que esta posición te está desbordando seas capaz de moverte a otra perspectiva o buscar una solución que resulte más favorable para ti, aunque suponga ceder el protagonismo. Recuerda que tu carrera no es estática y tiene diferentes etapas, que requerirán en algunos momentos cambiar tu forma de liderar.

3. El coliderazgo

Esta perspectiva supone colaborar y cooperar. Esta posición resulta imprescindible para los abogados/as cuyos clientes son empresas. Las empresas buscan “partners”, abogados/as que comprendan su negocio y sus necesidades, en aras a definir una estrategia conjunta, para conseguir el éxito de un asunto.

Además, la complejidad del ejercicio profesional requiere en algunos momentos buscar la colaboración de otros profesionales vinculados o no al sector que también pueden actuar como “socios estratégicos” en algunos momentos y pueden ayudarte a darle una perspectiva más amplia y más eficiente en la consecución de objetivos.

4. Liderazgo del equipo

Aprender a delegar resulta fundamental en esta perspectiva. Para ello, hazte la siguiente pregunta: ¿Confías realmente en tu equipo y en tus colaboradores? Si es así, prueba a alejarte de la dirección del asunto, confía en que serán capaces de llevarlo adelante sin tu presencia. No les hagas dependientes de ti. Te interesa contar con un equipo que sea independiente, que te libere de carga de trabajo.

Para ello, es importante depositar confianza en el equipo, ayudarles a crecer y a mejorar para que cada vez tu presencia en algunos casos no resulte necesaria.

5. Liderazgo desde la reflexión

Las grandes empresas y despachos conocen la importancia de esta perspectiva. Por ello, ofrecen a sus abogados/as unos días de “retiro” al año. Este retiro les ayuda a reflexionar sobre el año en curso y realizar una evaluación sobre los aspectos a mejorar. No es posible analizar lo que ocurre si no consigues alejarte por unos días del despacho. Sé que puedes pensar que no puedes permitirte cerrar el despacho por unos días, pero si no lo haces no podrás obtener la distancia necesaria para conocer la marcha del despacho y cuáles son las posibles soluciones y alternativas a los problemas que has de afrontar. Distanciarse posibilita mejorar la visión y la dirección de lo que el despacho necesita.

En mi opinión, la abogacía necesita abrirse a estos conceptos de liderazgo más novedosos que suponen mejorar la colaboración y la interdependencia con otros profesionales. De esta forma, la abogacía se beneficiará y abrirá a un mundo en el que cada vez más se busca la interconexión con los demás y en el que trabajar de forma aislada, supone seguir formando parte de un antiguo paradigma que, en nada tiene que ver con el progreso y el mundo actual.

Berta Santos
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