Imagen de perfilCOMO ESTE. COMO ELLA

ÁNGEL SAIZ MORA 

Mis padres cumplían una máxima de forma rigurosa y sin género de dudas: dar a su hija pequeña lo mismo que al mayor. Empeñados en que fuésemos iguales, me apuntaron a baloncesto, igual que a él, pese a que no soy hábil con el balón. Solo concebían que llegase a ser ingeniera, como el primogénito, pero lo mío son las letras. Vivía traumatizada, incapaz de conciliar mi singularidad con sus deseos.
La tía Luisa me regaló una mascota. Mis padres se empeñaron en que, igual que al perro de mi hermano, debía sacarlo a pasear con correa. Cuando un gato callejero destrozó a Ricky, mi hámster, la tía vio una oportunidad de romper la barrera intolerante de mis progenitores. Logró que un juez les retirase la patria potestad para adoptarme, bendito el día.
Quiero ser escritora. En muchos de mis relatos, como este, aparecen abogados, como ella.

 

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