Imagen de perfilALEGATO FAMILIAR

Amparo Martínez Alonso 

En la sobremesa el corazón se me acelera. Tras los postres, mi familia presume de sus viejas victorias (un circo de payasos camorristas, acróbatas desafiantes, prestidigitadores temerarios…). Sin respetar turnos, ni definir tiempos de intervención, se jactan de cada conquista del pasado.

Yo, espectador sospechoso, trato de desviar dudas y preguntas. ¡Hasta hoy! Hoy tengo el firme propósito de no flaquear, de confesarles mi secreto: ¡No soy otro aprendiz de camorrista, como fuera el abuelo al desembarcar en este país! Pronto, mi foto saldrá en los periódicos, y el texto que la acompañará rezará algo así: “El nieto de uno de los capos más famosos de los últimos tiempos será nombrado, próximamente, juez de la Audiencia Nacional”.
Así que me levanto, miro a mis tíos, luego a mis primos y comienzo mi alegato: “Tenemos suerte de vivir en un país democrático, donde cada ciudadano es libre de elegir su futuro…”

 

+14

 

Queremos saber tu opinión

7 comentarios