Si existe ciudad en España que evoque toda la esencia de este país esa es sin duda Granada. Cruce de civilizaciones desde tiempos inmemoriales y situada en una localización inmejorable, Granada se configura como una metrópolis vibrante, viva, cultural y cercana. La Alhambra, buque insignia de su vasto patrimonio histórico, vigila la ciudad desde su colina, una ciudad que atrae cada año a cerca de tres millones de visitantes.

CENTRO HISTÓRICO

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La monumentalidad de la ciudad favorita de los Reyes Católicos se deja ver en edificios tan impresionantes como la Catedral, símbolo de la cristiandad de Granada, que marca un punto excelente para empezar un paseo por el corazón de la ciudad. A su lado se encuentra la Capilla Real, panteón de los monarcas, y un poco más adelante, el monasterio de San Jerónimo, joya renacentista de primer orden.
El centro de Granada también se caracteriza por ser un espacio de animado bullicio, con sus calles de comercios y numerosos bares de tapeo. Destaca la Alcaicería, antiguo mercado de seda, y la plaza Bib-Rambla, llena de frescor y color gracias a los puestos de flores que la adornan todo el año.
ALHAMBRA Y ENTORNO

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El conjunto de la Alhambra, la ciudadela árabe más espectacular del mundo y símbolo de Granada, se compone de distintas zonas a visitar: la Alcazaba, núcleo de la fortaleza dedicada a la vigilancia; el palacio de Carlos V, de construcción cristiana que también alberga el museo de Bellas Artes; el Generalife, lugar de descanso y jardines; y los Palacios Nazaríes, corazón de la Alhambra y sede de los sultanes.
Hay otros monumentos y lugares de interés en la colina y el bosque de la Alhambra como el carmen de los Mártires, uno de los jardines más románticos de Granada, o la fundación Rodríguez-Acosta, declarada monumento nacional tanto por su valor arquitectónico como por sus jardines.
Desde cualquier punto de la ciudad, se divisa la silueta en forma de barco, punteada por cipreses, de un monumento que desde hace doce siglos constituye el emblema de Granada.
La Alhambra ha sido ciudad palatina, palacio de reyes y fortaleza, todo en uno. El conjunto es una construcción sorprendente: no tiene fachada principal, ni centro, ni un eje determinado. Edificios, torres, palacios, patios y jardines se van sucediendo de forma natural, como si la propia vida de sus habitantes hubiera ido diseñándolos. 

ALBAICÍN

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No es de extrañar que la UNESCO declarase al Albaicín Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1994, pues sus callejuelas y casas típicas poseen una belleza y encanto sin igual y conservan desde hace más de mil años su carácter popular, íntimo y acogedor.
La mejor forma de conocerlo es comenzar la visita en el Centro de Interpretación de la Casa de Zafra para después pasear y perderse por sus rincones. En el Albaicín (también escrito Albayzin o Albaycín) respirarás la esencia de un barrio que evoca tanto a la arquitectura árabe como a la de otras antiguas ciudades mediterráneas. Gran parte de su encanto reside en los muchos cármenes que pueblan el barrio (casas típicas con huerto y jardín), así como en las cuestas que conducen a sus impresionantes miradores, de entre los que destaca el mirador de San Nicolás.  
REALEJO

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El Realejo es el antiguo barrio judío de Granada, o Garnata al-Yahud (Granada de los judíos), tal como se llamaba en la época musulmana. Está situado justo a los pies de la Alhambra, y sin duda, la herencia sefardí se puede apreciar en sus calles y rincones, así como en la estatua del judío erudito Yehuda Ibn Tibon, que preside la entrada al barrio desde la calle Pavaneras.
Hoy en día, se trata de un barrio muy agradable y tranquilo, que invita a pasear y descubrir sus secretos, como la corrala de Santiago, casa típica de vecinos del siglo XVI, o la placeta de la Puerta del Sol, un bonito mirador que conserva su viejo lavadero, así como descansar o disfrutar de los sabores típicos de Granada en las terrazas del Campo del Príncipe, una gran plaza en el centro del barrio con un ambiente relajado y popular.

SACROMONTE

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El Sacromonte es el barrio más distintivo de Granada, de fama mundial por sus viviendas en cueva y sus magníficas vistas, así como por ser considerado cuna del flamenco.
Su tradición flamenca y festiva se percibe en los espectáculos que se celebran a diario en las zambras (cuevas usadas como tablaos), así como en las muestras espontáneas que pueden surgir en cualquier momento en los bares y terrazas del barrio.
También es de admirar su particular fisonomía, con sus laderas plagadas de chumberas y sus casitas blancas que el sol tiñe de un rojo intenso al atardecer, toda una invitación a pasear por sus recovecos y dejarse llevar por el embrujo del barrio.

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GASTRONOMÍA

La Gastronomía de Granada representa la tradición de la cocina arábigo-andaluza. Por un lado, la herencia árabe, que pervivió gracias a los moriscos y que se hace evidente en el uso de especias; y, por otro, la amplia variedad de materias primas con las que nos encontramos, determinada por las grandes diferencias climáticas de las distintas comarcas granadinas. 
Aunque no son lo más destacable de la gastronomía local, las tapas que se sirven gratis en todos los bares junto con un vino o una caña de cerveza son un símbolo de Granada que recuerdan todos los visitantes.

Gastronomia

Su cocina en mayúsculas, tiene una gran herencia árabe, muy generosa en especias, rica en sopas y potajes y golosa. Los productos de la fértil vega de la ciudad de Granada son la base de muchos de los platos típicos, como las tiernas habas fritas con jamón, la pipirrana, las pencas de acelga rellenas, los cardos y el indispensable gazpacho.
Entre los vinos de Granada destacan los de la Contraviesa, de Albondón y de Albuñol, que van desde vinos con solera y de alta graduación, hasta vinos modernos, jóvenes y afrutados, ligeros y equilibrados.
Si preguntas a un granadino te recomendará la Cerveza Alhambra sin pensarlo, una cerveza que se elabora en la ciudad desde 1925.
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