entrevista_ Aurelio Gazzera, misionero Carmelita en Bozoum, Centroáfrica “África es un continente joven, donde la voluntad de vivir jamás muere” Texto_Andrés Garvi Carvajal Fotografías_Aurelio Gazzera Llevar más de 23 años en África permite al pa- dre Aurelio Gazzera hablar con autoridad de la defensa de los derechos humanos en el conti- nente. Este misionero italiano ve con la mayor naturalidad tanto haber salvado la vida a miles de personas en Bozoum como reunirse pesonal- mente con los sanguinarios cabecillas de los gru- pos armados que pusieron en jaque la República Centroafricana hace ahora un año. Defiende el trabajo de los misioneros y de la Iglesia porque “estamos en África desde hace años” y en situaciones de conflicto “nos queda- mos aunque resulte peligroso”. Su capacidad de mediación es tan reconocida que la delegación 34_Abogados_Diciembre 2014 de la UE en el país africano tiene línea directa con el padre Gazzera para recibir sus peticiones de apoyo. Sus innumerables viajes por África no le impiden, a pesar de las limitaciones tecnológicas, mantener actualizado un blog con el sugerente título ‘En vivo desde Bozoum’ En su dilatada actividad en la República Centroa- ficana ha ayudado a cristianos y musulmanes por igual. ¿Cree que los conflictos por motivos de religión son una nueva lacra en el continente? África, especialmente al sur del Sáhara, ha sido durante siglos un lugar ejemplar en la cohabita- ción entre animistas, cristianos y musulmanes. Sin embargo, últimamente la situación es mu- cho más difícil: Al Qaeda, Boko Haram y otros movimientos están destruyendo esta cohabita- ción. Algunas intervenciones -Afganistán, Iraq y, especialmente, Libia- han empeorado notable- mente la situación, han desencadenado fuerzas que antes estaban de algún modo bajo control. El problema es muy complicado y sus causas son muy profundas. El radicalismo islámico es muy peligroso y está avanzando rápidamente. La República Centroafricana es un ejemplo de ello: la llegada, a comienzos de 2013, de los rebeldes de la Seleka (provinientes del norte del país, pero también de Chad y Sudán) ha roto un equilibrio que, aun siendo frágil, permitía la convivencia entre musulmanes, peuls (ganaderos musul-